Los talibanes han anunciado un gabinete puramente clerical y solo para hombres, formado por los antiguos y nuevos líderes y comandantes del grupo. Los talibanes habían prometido inicialmente formar un «gobierno inclusivo». Por lo tanto, muchos restos del antiguo régimen títere y de las potencias imperialistas y reaccionarias, que habían creído a los talibanes, están decepcionados.
“Gobierno inclusivo”, para los talibanes, significa la división del poder entre sus líderes, comandantes y diversas ramas, que ven el poder político como un botín de guerra. Las divisiones y contradicciones internas de los talibanes también parecen haber jugado un papel importante en la determinación de la composición de su gabinete. En el régimen títere anterior, las concesiones y demandas de la élite política por su participación en el poder político se habían convertido en el modo dominante de gobierno, lo que contribuyó a su eventual colapso. Los talibanes, como cualquier otra fuerza de las clases reaccionarias, no son una excepción, y también están sumidos en ambiciones de poder despiadadas en sus capas superiores.
Aislamiento político y colapso económico
Los partidarios regionales e internacionales de los talibanes están preocupados por el aislamiento político y el colapso económico total del gobierno talibán. Otro tema que pone a los talibanes en aislamiento político son los vínculos de los talibanes con al-Qaeda y otros grupos extremistas islámicos en la región. El ala militar más importante del régimen talibán está llena de personas que tienen un historial de cooperación y conexión con al-Qaeda y están en la lista negra de las Naciones Unidas y el gobierno de Estados Unidos. Sin el apoyo de los imperialistas estadounidenses, el régimen talibán permanecerá aislado y no será reconocido por la mayoría de los países. Dada la situación económica en Afganistán, donde el 80 por ciento de los gastos del gobierno dependen de la ayuda exterior, existe la posibilidad de que la economía colapse debido a las sanciones al régimen talibán por parte de Estados Unidos y Europa.
Con el anuncio del gabinete talibán, Estados Unidos y sus aliados europeos no solo han anunciado que no tienen prisa por reconocer al gobierno talibán, sino que incluso los países cercanos a los talibanes, a saber, Irán y Turquía, han declarado explícitamente que no reconocen al gobierno talibán debido a su falta de inclusión. Al anunciar su apoyo a los talibanes, los socialimperialistas chinos les han aconsejado que mejoren sus relaciones con el mundo. Pakistán y Qatar, partidarios cercanos de los talibanes, aún no han reconocido a los talibanes. El régimen talibán, incluso después de tomar el poder, no tiene un plan económico y depende completamente de la ayuda exterior.
Los talibanes están atrapados entre el compromiso ideológico de establecer una teocracia rígida basada en la ley Sharia y la necesidad de apoyo financiero extranjero. Con los imperialistas estadounidenses cortando la ayuda y congelando los activos del Banco Central de Afganistán, el poder financiero de los talibanes se ha erosionado por completo y practicamente todas las antiguas administraciones civiles y militares están paralizadas. La consecuencia a corto plazo de esto es una severa recesión de la economía y el colapso completo de la economía a largo plazo.
Los talibanes son esencialmente una máquina de guerra y, por lo tanto, se basan principalmente en la fuerza y la violencia para responder a todos los complejos y conflictos sociales. Esto se debe principalmente a que los talibanes no son un movimiento popular sino una milicia militar que ha llegado al poder.
Los talibanes son incapaces de resolver los fragmentados y frágiles problemas sociales internos de Afganistán. El gobierno clerical monoétnico, solo masculino y de partido único se suma a la gravedad de las crisis y divisiones sociales de Afganistán. Sin embargo, cuanto más incapaces sean los talibanes para abordar una miríada de problemas sociales, más represión y violencia recurrirán.
Las mujeres, a la vanguardia de la lucha
El pueblo de Afganistán, especialmente las mujeres, no se dejó engañar por las promesas de los talibanes desde el principio y tomó las calles para oponerse a ellas. Desde el principio, los talibanes atacaron a las mujeres; las mujeres perdieron el derecho al trabajo y la condición social. Los talibanes son extremadamente misóginos y han reducido la presencia de mujeres en los medios de comunicación, oficinas gubernamentales, escuelas y universidades. La imposición de un apartheid de género estricto es una importante agenda social de la teocracia de los talibanes. Además, los talibanes tratan a las nacionalidades oprimidas con hostilidad y se comportan como fuerzas de ocupación en sus territorios, dominándolas y entregando las administraciones de estas provincias y distritos a sus propios comandantes, generando descontento entre las nacionalidades oprimidas.
Las masas populares se enfrentan al hambre y la catástrofe humanitaria. La pauperización cada vez mayor ha afectado a la mayoría de la población del país. Las Naciones Unidas han advertido sobre una hambruna severa en Afganistán, especialmente en el próximo invierno. Según la ONU, las personas por debajo de la «línea de pobreza» aumentarán del 70 al 95 por ciento. Para los pueblos de Afganistán, especialmente los trabajadores, los campesinos, las mujeres y las nacionalidades oprimidas, no hay otra opción que luchar contra el emirato reaccionario talibán. Las mujeres y los jóvenes trabajadores están al frente de la lucha contra los talibanes, y la valiente lucha de las mujeres contra los talibanes no solo ha afectado a otras partes de la sociedad, sino que también ha fortalecido el espíritu de lucha de los pueblos del mundo.
Nuestro partido, con un apoyo inquebrantable, defiende y apoya las luchas de las mujeres y se esfuerza por fortalecerlas organizando y promoviendo la conciencia revolucionaria. La situación actual es un momento de seria prueba para todos los grupos y organizaciones progresistas y revolucionarias.
Ahora que el proyecto colonial de los imperialistas estadounidenses y sus aliados en Afganistán ha fracasado, y el pueblo del país está nuevamente bajo el yugo de la teocracia de los talibanes, ahora está más claro que nunca que la única salvación y camino a seguir para la liberación del pueblo de Afganistán de los horrores del capitalismo-imperialismo y el fundamentalismo islamista es la Revolución de Nueva Democracia con una orientación socialista y comunista. Esta importante tarea se puede realizar con la unidad y solidaridad de las masas trabajadoras en torno a un programa revolucionario y al partido de vanguardia revolucionario.
Hoy N° 1885 13/10/2021