1. Que todo el pueblo se vacune
La pandemia de Covid 19 sigue castigando al mundo. En la Argentina en las últimas semanas ha bajado la cantidad de casos y también la de fallecidos. Sin embargo sigue abierta la posibilidad de un rebrote con la variante Delta. Hay unos 150 casos en todo el país que han sido aislados, pero continúa el riesgo de que su circulación se vuelva comunitaria.
Llegaron a la Argentina 45.079.955 vacunas, se aplicaron 36.694.392, con una dosis 26.615.258 y con dos 10.079.134. A lo largo de la pandemia, los infectados suman 5.088.271, los recuperados 4.758.128 y los fallecidos 109.105. Luchamos para que todo el pueblo se vacune lo más rápido posible, para ganarle a la peligrosa variante Delta.
También sigue la pelea por tener una vacuna nacional. Ya son más de 2.000 las personalidades que vienen reclamando desde la “Declaración de apoyo a la investigación, desarrollo y producción de vacunas con patentes argentinas”. Hay múltiples pronunciamientos de científicos y de organizaciones populares en ese sentido. Es necesario exigirle al Gobierno que destine fondos para las investigaciones en curso.
2. Luchamos por resolver las emergencias
La inflación va hundiendo mes a mes el valor de salarios, asignaciones sociales y jubilaciones, profundizando el ajuste. La inflación fue del 3% en julio. De enero a julio fue de 29,1%, y en los últimos 12 meses, del 51,8%.
Los salarios perdieron 24,4% desde noviembre de 2017, con el infierno macrista primero y luego hasta julio de este año. Son 44 meses seguidos de pérdida en el poder adquisitivo de los salarios.
El Indec informó que una familia tipo necesitó $64.445 en mayo para no caer en la pobreza. La canasta básica subió casi 50% en el último año. En los últimos doce meses, la canasta total aumentó 49,6%. Y la canasta alimentaria, que es el nivel de indigencia, subió 53,4%.
Frente a esta situación las luchas de los tres torrentes del movimiento obrero -ocupados, desocupados y jubilados- no han cesado.
Se realizó la extraordinaria y masiva jornada del 7 de agosto convocada por los Cayetanos a lo largo y ancho del país, con más de 1 millón de compañeras y compañeros movilizados.
Esta semana los trabajadores rurales han tenido una conquista por la que vienen luchando hace largo tiempo, que es la posibilidad de trabajar los meses de la cosecha en blanco sin perder los planes sociales. El gobierno firmó este decreto y ha tomado algunas medidas para inyectar dinero en los bolsillos populares. Pagaron un bono de 5 mil pesos a los jubilados que cobran la mínima, darán préstamos de hasta 150 mil pesos sin intereses a los monotributistas. Medidas que están muy lejos de dar respuesta al brutal ajuste que arrastramos y que se ha ido agravando en este año y medio.
El pueblo seguirá siendo el que paga la crisis mientras no se toquen los intereses de los que la siguen juntando en pala.
No es justo seguir pagando la deuda externa e interna, contraída de manera fraudulenta. Tampoco es justo seguir subsidiando a las petroleras que imponen el precio internacional de los combustibles. Menos aún avalando las fabulosas ganancias de las cerealeras y monopolios de los agronegocios, que siguen amasando fortunas. Sigue el saqueo con la entrega del litio, el oro, otros minerales y recursos naturales por monedas, que después importamos a precios fabulosos.
Desde la lucha se juntaron voluntades para imponer el impuesto a las grandes fortunas, que marca un camino para que la crisis no la siga pagando el pueblo. Seguimos peleando la unidad del pueblo y la confluencia de las luchas para avanzar en la conquista de nuestros derechos, por las reivindicaciones populares y medidas como la ley de Techo, Tierra y Trabajo, y la defensa de nuestra soberanía sobre territorios y recursos naturales.
3. La disputa imperialista y las luchas populares
Crece la disputa en el mundo. El 9 de agosto los ejércitos de los imperialismos chino y ruso realizaron ejercicios militares conjuntos llamado “interacción 2021” en el Norte de China, participaron 10.000 hombres con helicópteros, tanques de guerra, y demás armamentos.
En Afganistán los talibanes, desde mayo a agosto del 2021, lanzaron una nueva ofensiva, ante el leve repliegue de las tropas yanquis. En la última semana tomaron el control de 14 provincias, con ciudades importantes. Finalmente, el 15 de agosto las fuerzas talibanes tomaron la capital, Kabul, y el presidente Ashraf Ghami huyó del país.
En esta situación grave aparecen China y Rusia por un lado, defendiendo a los talibanes, y las potencias occidentales acusándolos del retorno al terrorismo como principal inquietud internacional. Los avances del reagrupamiento imperialista en dos grandes bloques es un paso adelante en el crecimiento de los factores de guerra.
Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional del presidente de EEUU Joe Biden, le habría propuesto a Brasil una alianza con la OTAN, a cambio de que no le dé el negocio del 5G, la tecnología de telecomunicaciones, a la empresa china Huawei. La respuesta fue un comunicado de China denunciando la “presión intolerable” de Estados Unidos en esa licitación. El tema del 5G es estratégico, y como tal, es un punto clave en las negociaciones y chantajes de Estados Unidos con China.
Esta semana arrancó la comisión que intentará dar respuesta a la crisis política que sacude a Venezuela. Juan González, miembro del Consejo de Seguridad de Estados Unidos, dijo que su gobierno tenía la intención de que Argentina “sea parte de la solución de las crisis que azotan a países como Venezuela, Nicaragua o Cuba”.
También en la semana que pasó, el Congreso de Brasil rechazó la reforma electoral de Bolsonaro, pese a que éste mandó a los militares a la calle para presionar a los legisladores.
La semana pasada fue la Argentina profunda la que le dio calor y fuerza a las rebeldías y puebladas que sacuden a Latinoamérica y el mundo. Así lo mostraron las publicaciones sobre la jornada del 7 de agosto en México, Estados Unidos, Holanda, Indonesia, Hungría, Inglaterra, Eslovaquia, Azerbaijan, Rusia, Ucrania, Polonia, Portugal, entre otras.
Se agrava la disputa imperialista por América Latina y en la Argentina se expresa esa disputa.
4. Se recalienta la campaña electoral
En el macrismo sigue la disputa interna por la jefatura de Juntos por el Cambio, ahora y hacia el 2023. Especulan con un “lavado de caras”, tratando de ocultar el infierno que vivió el pueblo los años que gobernaron, y trabajan para aprovechar las debilidades del gobierno frente a las crisis.
En el Frente de Todos, el presidente Alberto Fernández relevó dos ministros. El ministro de Defensa Agustín Rossi fue reemplazado, luego que decidiera enfrentar la lista oficialista del gobernador Perotti en las PASO de Santa Fe. Es llamativo que siendo Rossi un hombre del kirchnerismo, la vicepresidenta Cristina Kirchner apoye a Perotti en esa interna. En su lugar fue designado Jorge Taiana, que viene de integrar el grupo que negocia los contratos con China.
En Desarrollo Social, Juan Zabaleta, ex intendente de Hurlingham, reemplazó a Daniel Arroyo, lo que implica un cambio de perfil del ministerio que apunta a conformar a los intendentes del Gran Buenos Aires y cuestionar el trabajo de los movimientos sociales.
Esta semana renunció como diputado del Frente de Todos Facundo Moyano. En su comunicado dice «No podemos conformarnos con un país que tiene un índice de pobreza de más del 40% y una informalidad laboral del 50%, frente a un mercado que no genera empleo formal hace más de diez años”.
En medio de esa situación estalló la crisis de “las fotos” del cumpleaños de Fabiola Yáñez, en la quinta de Olivos, con la presencia de su compañero Alberto Fernández, juntos y sin barbijos. Este hecho fue en julio del 2020, en medio de las medidas sanitarias que no lo permitían. Este fue un error sanitario y político, agravado por su condición de presidente.
5. Aplastar al macrismo en las urnas y avanzar en las conquistas de nuestros derechos
El macrismo aprovecha el error del presidente, lo usa para sus planes de debilitar al gobierno y recuperarlo en el 2023, o antes si pueden. Han bombardeado desde La Nación, Clarín y sus canales con la foto de Olivos. Embarran la cancha para instalar en la campaña electoral la figura del juicio político.
Corren el eje porque no quieren que en la campaña se hable de lo que significó para nuestro pueblo su gobierno, el desastre social y económico que dejó Macri, creció el hambre, la desocupación y la entrega. No quieren que se hable de los 40 mil millones de dólares de deuda que se rifaron y que nos dejaron de clavo a todos los argentinos, del abandono de la educación y la salud pública, mientras un puñado de oligarcas se llenaba los bolsillos. No quiere que se hable de los crímenes represivos contra el pueblo.
No les va a ser fácil. Es cierto que hay descontento y bronca en amplios sectores populares porque las medidas del gobierno no resuelven las emergencias que sufren a lo largo y ancho del país.
Crecen las luchas obreras, de las organizaciones sociales y de jubilados, de los campesinos y chacareros, los originarios, las mujeres, los jóvenes, los trabajadores de la cultura, la intelectualidad, las economías regionales y la industria nacional, los movimientos por la recuperación de nuestra soberanía del Paraná, el Río de la Plata y las aguas y puertos patagónicos, el comercio exterior, los recursos naturales, etc. Pero también se hace sentir el convencimiento de que no hay que volver para atrás, que no hay que permitir que esta derecha reaccionaria vuelva al gobierno.
No hay que subestimarlos, tienen detrás sectores poderosos y operan sobre la división social, política y cultural que existe en nuestra sociedad.
Desde el PTP-PCR en el Frente de Todos impulsamos una gran campaña electoral, para aplastar en las urnas al macrismo y avanzar en el protagonismo popular, en la unidad y en la confluencia de las luchas, para conquistar medidas para resolver la crisis sanitaria, social y productiva.
La extraordinaria jornada del 7 de agosto plantó las banderas del pueblo en la agenda social y política. No es casual que los multimedios la oculten.
El PCR y su JCR, y los frentes únicos en los que participamos nos metemos en el debate político de masas con nuestra propuesta de los diez puntos para enfrentar las crisis.
Es un buen momento para luchar para que los pesos y dólares que entran sean para resolver las emergencias.
En esta América Latina rebelde, los pueblos no quieren seguir pagando las crisis y van buscando salidas en ese camino. En Argentina desde el PCR seguimos a la cabeza de la lucha obrera, campesina y popular y peleamos por acumular fuerzas, buscando abrir un camino revolucionario que acabe con la dependencia, el latifundio oligárquico y el Estado que los sostiene.
Escriben Jacinto Roldán y Ricardo Fierro
Foto: La Plaza de Mayo el 7 de Agosto
