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03 de septiembre de 2014

Conversamos con Luciano “Tano” Narduli, coordinador de la CCC de la zona Suroeste de la Capital Federal, quien echa luz sobre el desalojo en Lugano, y el negociado del gobierno de Macri y de los Kirchner que se mueve detrás.

“Desalojaron a los pobres, no a la mafia”

Brutal operativo en Asentamiento en Lugano

“Hay un tema que es  clave, pa-ra poder desalojar dejaron zona liberada en todos los barrios por-que en el transcurso de dos o tres días hubo tres muertos, enfren-tamientos entre mafias y demás. Como no pudieron desalojar de entrada a los vecinos de Papa Francisco, se dieron un plan perfectamente organizado para aislar a esa gente, para ello instalaron a la mafia ahí adentro, así la principal víctima de la inseguridad no eran los vecinos en general, eran los que estaban en la toma.

“Hay un tema que es  clave, pa-ra poder desalojar dejaron zona liberada en todos los barrios por-que en el transcurso de dos o tres días hubo tres muertos, enfren-tamientos entre mafias y demás. Como no pudieron desalojar de entrada a los vecinos de Papa Francisco, se dieron un plan perfectamente organizado para aislar a esa gente, para ello instalaron a la mafia ahí adentro, así la principal víctima de la inseguridad no eran los vecinos en general, eran los que estaban en la toma.
Nosotros tenemos compañeros que fueron desalojados por las mafias a punta de pistola y a los tiros. Todos los vecinos fueron a hacer denuncias y la cana dice “no podemos hacer nada porque ustedes son ilegales”. Pero la policía no hace nada porque está en combinación con la mafia, con los narcos. Entonces, primero atemorizaron a los que estaban ahí adentro, segundo a la gente que está en la manzanas 28, 29 y 30 de la Villa 20, les comenzaron a golpear, a tirar abajo puertas, ventanas porque son las manzanas linderas con la toma. Aislaron a la gente que necesita vivienda de la que ya tiene dentro de la villa, agudizaron ese tipo de contradicción.
También, organizaron múltiples afanos y diferentes hechos delictivos por todos lados. Entonces estaba la gente de la villa, la del asentamiento y la gente que no está en el barro, que está en el asfalto, alentando la idea de que era una toma de narcos, como dijo Clarín el domingo pasado. Y después, cuando mataron a la chica la usaron como pretexto para entrar y desalojar. Pero no fueron y dijeron: “vamos a desalojar”. Dijeron que iban a hacer allanamientos para sacar a la mafia. Pero la mafia está bien vivita y coleando, hasta tienen un territorio liberado en ese lugar que lo ocupan ellos. 
 
Marcha al Gobierno de la Ciudad
La Corriente de la zona Suroeste hace tres días habíamos decidido venir a la Legislatura por el tema de la vivienda y denunciar la represión. Porque las topadoras nos hacen acordar a lo que fue la época de la dictadura, durante el gobierno de Cacciatore. Por otro lado, anteayer, habíamos resuelto que durante la primera jornada del paro de 36 horas, en lugar de irnos a un corte, íbamos a marchar a Jefatura de Gobierno, una hora antes de que vinieran todos los compañeros de los distintos cortes, para empalmar la lucha de la vivienda junto con el resto de los reclamos que venimos peleando.
Nos llamaron a una reunión para hacer una actividad específica por la problemática de la vivienda y allí es que salió esta actividad. Hubo muchas discusiones porque sectores prokirchneristas planteaban no hacerlo hoy sino ayer (martes 27), nosotros planteamos que se hiciera en la misma jornada donde toda la gente estaba protestando. Parece ser que les molestaba que confluyera el reclamo de la vivienda con los generales.
Hay un cartel que hicieron los compañeros que dice “los buitres también son los represores”. Hoy estuvimos aquí (en la Jefatura de Gobierno), estuvieron legisladores: Bodart, Gustavo Vera, entre otros, acompañando a los delegados y a algunos vecinos, rodeados de todas las organizaciones sociales para entregar un petitorio muy corto que plantea que el gobierno ponga a disposición hoteles para que la gente no esté en la calle, y que den un subsidio por todas las cosas que destruyeron. 
Hay una compañerita que estaba de ocho meses y medio, le tiraron abajo lo que iba a ser su nido, en el que había invertido 60 mil pesos, no solamente le tiraron abajo las columnas, la losa, sino que le destruyeron la ropita del bebé.
Cuando llegamos a la Jefatura de Gobierno, cerraron la reja, no quisieron recibir el petitorio. Entonces hicimos una propuesta de la CCC para que los vecinos, los legisladores y las organizaciones, ya que estaba la prensa presente: hicimos una conferencia de prensa en el medio del quilombo mostrando lo que necesitamos y que no nos quieren recibir. Al final nos salió mejor que si nos hubiesen recibido y el petitorio quedara durmiendo en el cajón de un escritorio.
 
Imponen el terror para dividir a los vecinos
Una parte de los compañeros de la Villa 20 están atemorizados por el terror de estas bandas que siguen operando, no solamente con lo que fue la toma sino con las manzanas que están más cercanas. Entendemos que a los que desalojaron es a los más pobres y no a la mafia, pero queda pendiente que con el tema de la represión, de la inseguridad quisieron tapar el problema de la vivienda. 

Se vuelven a unir las fuerzas para reprimir, lo mismo pasó con el Indoamericano, queda la asignatura pendiente de ambos estados porque viviendas populares no hacen, las tierras de la Capital cuesta muchas muertes. Desde agosto de 2005 hay una ley que contempla sacar los coches, sanear, urbanizar y construir 1.600 viviendas en ese predio. Pero salieron al cruce con el Plan Maestro y quieren agarrar todas las tierras y hacer meganegocios inmobiliarios. ¿Y cuál es el tema? Que con la toma les patearon el tablero y con esto acá también quedó en evidencia lo que ellos quieren: que la Capital sea para la gente pudiente, que pueda jugar al golf, como en las 45 hectáreas que están a cuatro cuadras de donde fue el desalojo, y no con viviendas populares para los trabajadores y el pueblo. 

 


 
Sobre la represión en Lugano
La hipótesis de conflicto es la represión interna
 
El gobierno de la Dra. Fernández de Kirchner ha cambiado de raíz las hipótesis de conflicto de la Gendarmería y de la Prefectura Nacional. Estas fuerzas federales han abandonado casi por completo la custodia de las fronteras nacionales –con el beneplácito del narcotráfico y los responsables de la trata de personas para la esclavitud sexual y/o laboral– y se han volcado a la represión interna. Altas fuentes de seguridad del gobierno nacional confirman que la Gendarmería Nacional y la Prefectura Naval Argentina basan su adoctrinamiento en la obediencia debida (obediencia ciega) y su entrenamiento en represión a reclamos callejeros y ocupación de barriadas populares como las que ejecutó en Villa Lugano.
Los diversos “Proyectos X” son parte de ese sistema represivo. A ellos se debe sumar la “Ley antiterrorista”, impulsada por las Dras. Vilma Ibarra y Cristina Fernández de Kirchner respondiendo a un reclamo de EEUU. El gobierno nacional ha intentado en el último tiempo, hasta ahora infructuosamente, sancionar una “Ley antipiquetes”, para completar un conjunto de leyes que liberen las manos del gobierno para sus objetivos represivos.
La Dra. Fernández de Kirchner puso en funciones el sistema de vigilancia interna biométrico Sibios, perfeccionado por los cubanos para su gobierno, que entrelaza todo el sistema de vigilancia por cámaras públicas y privadas contra la población. Julian Assange, refriéndose justamente al Sibios, señaló que la Argentina tiene “el régimen de vigilancia más agresivo de todos los Estados latinoamericanos de tamaño mediano”. 
Completan en parte este sistema represivo (más complejo y extendido de lo que la ciudadanía supone), el envío de tropas de las FFAA y FFSS para funciones de policía interna en la ocupación colonial de Haití, y la expansión de las tareas de espionaje interno de los sistemas de inteligencia de las FFAA, y que se denuncian, están a cargo del Tte. Gral. Milani –jefe del estado mayor general del Ejército– por orden y decisión del comandante en jefe de las FFAA, Dra. Fernández de Kirchner.
Conclusión: El relato kirchnerista busca encubrir la aplicación de la Doctrina de Seguridad Nacional, así conocida en la década del ‘70, pero “aggiornada” al modelo “nacional y popular”. Los ajustes y perfeccionamientos de los aparatos represivos, están en consonancia con la aplicación de las políticas de ajuste y entrega nacional del gobierno kirchnerista. Un sistema consolidado hacia el futuro (más allá de diciembre del 2015), por lo que cuenta con la complacencia de las variantes “opositoras”.
Queda así plenamente manifiesto que la viga maestra en la cuestión militar para el kirchnerismo es la combinación de indefensión nacional ante las potencias mundiales, en especial ante la ocupación británica de territorios argentinos, y represión interna contra los sectores patrióticos, democráticos y populares.