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10 de noviembre de 2010

Vamos por doble aguinaldo o aumento de emergencia, reabrir las paritarias, salarios de acuerdo a la canasta familiar real, asamblea y petitorio para exigirlo en todas las fábricas.

Desbordar desde abajo la política K y de Caló

Hoy 1343 > 10/11/2010 / Trabajadores metalúrgicos

Los trabajadores metalúrgicos estamos sufriendo la licuación violenta de nuestros magros salarios, con la inflación que impulsa la política de ajuste del gobierno K. Crece la superexplotación con el aumento de ritmos de trabajo, que descarga las consecuencias de la crisis mundial de sobreproducción relativa sobre nuestras espaldas.

Los trabajadores metalúrgicos estamos sufriendo la licuación violenta de nuestros magros salarios, con la inflación que impulsa la política de ajuste del gobierno K. Crece la superexplotación con el aumento de ritmos de trabajo, que descarga las consecuencias de la crisis mundial de sobreproducción relativa sobre nuestras espaldas.
Las ramas metalúrgicas tienen una reactivación relativa, las patronales imperialistas y también las de burguesía nacional están ganando plata, mientras la mayoría de nosotros estamos con salarios en el nivel de pobreza. Esto nos exige reabrir desde abajo la lucha por  paritarias, por el doble aguinaldo o una cifra de emergencia de fin de año que se mantenga mes a mes, que ayude en parte a paliar el aumento desbocado de la canasta alimenticia.
Desde que asumió Caló, ató a la UOM a las necesidades políticas del gobierno K y a las pautas salariales que les marcó el gobierno. Ni siquiera aprovechó las paritarias como hicieron en otros gremios también oficialistas para mejorarlas. Y miró para otro lado frente a los reclamos de efectivización de miles de contratados que quedaron como consecuencia de la crisis. Hoy la UOM está en una situación salarial calamitosa.
Un trabajador de la rama 17 con la categoría de operario gana un salario de bolsillo que no alcanza a los $1.800, realizados los correspondientes descuentos.

 

La realidad de la metalurgia
La otra característica que fue dejando la crisis internacional y nacional fue que en los nuevos trabajos, se pagan salarios de convenio sin ningún premio adicional. En la mayoría de las fábricas se están aplicando modalidades horarias como los turnos americanos de 6×2 o 4×3, es decir trabajar cuatro días de 12 horas y con tres de licencia, para evitar el pago de las horas extras de semana o fin de semana, que servían para aliviar los bajos salarios.
El grueso de los trabajadores metalúrgicos están empleados  en pequeñas o medianas empresas que en la mayoría de los casos no tienen delegados y si los hay, no tienen el apoyo necesario del gremio, con lo que se le hace muy fácil a las patronales violar el Convenio Colectivo de Trabajo, sobre todo la correcta calificación profesional de los compañeros, en tareas y categorías.
Uno de los argumentos de la UOM es que debemos “resignar salarios para conservar las fuentes de trabajo”. ¡Esto es falso! Los salarios de los metalúrgicos vienen, año tras año, siendo uno de los más bajos de toda la industria, a pesar de toda la primera etapa del gobierno de Néstor Kirchner cuando se empezó a recuperar la economía, como consecuencia del llamado viento de cola de la economía mundial.
Y sigue habiendo una gran cantidad de compañeros que son trabajadores contratados, a los que no se les respeta el convenio y tienen los salarios diferenciados de los efectivos, aun cuando realizan el mismo trabajo.
Salario de acuerdo a la canasta familiar real, respeto del convenio colectivo, y efectivización de los contratados, son problemas claves entre los metalúrgicos.
Cuando arreciaban los despidos en el gremio, la UOM se “preocupaba” porque se pagaran las indemnizaciones. Cuando se reactivó la economía se preocupaba por cuidar el empleo. Nunca tomó a fondo el problema salarial y siempre siguió la política del gobierno K de ir planchando los salarios. Esto le valió a Caló ser uno de los dirigentes preferidos de Cristina Fernández de Kirchner.
Una parte del gremio y sus trabajadores conserva conquistas logradas al margen de la conducción del Sindicato, pocas o ninguna se han logrado bajo la dirección de Caló.
La característica de las últimas luchas fue la participación de importantes contingentes de jóvenes trabajadores. Todas se dieron sin la participación del Sindicato o con el Sindicato en contra. Las pocas movilizaciones nacionales fueron empujadas desde abajo, por la creciente bronca que se expresaba en los congresos de delegados y en las fábricas.
Ni siquiera el sector siderúrgico que permanentemente fue puesto por el Sindicato como el enemigo principal, y la CIS (Cámara de Industriales Siderúrgicos), tienen un convenio salarial acorde con las grandes empresas que lo integran.
En nombre de defender las Pymes no pelean por los salarios haciéndole el favor a las grandes empresas imperialistas, cuando debemos luchar por el salario de $5.500 para todos, y tener una política diferenciada en la rama, que golpee impositivamente a los monopolios extranjeros y ayude a las pequeñas y medianas empresas de la burguesía nacional sobre la base que efectivicen personal, blanqueen, y cumplan con el convenio.
El Sindicato justifica desde allí la imposibilidad de pelear una mejor escala salarial ¿Qué política tiene el gobierno para la burguesía nacional, cuando Paraná Metal va a la lona? Ese es un ejemplo de que no hay una política para desarrollar la industria nacional, sobre todo en el sector autopartistas donde no se han desarrollado ni incentivado emprendimientos nacionales para reemplazar la creciente importación, en particular de Brasil y China.
Bosch se retiró del país, ya no fabrica nada de la Argentina y sigue importando para casi todas las terminales automotrices. No se puede fabricar un alternador o un motor de arranque en el país.
La recuperación de los cuerpos de delegados y su independencia es fundamental para dar batalla. Todas las últimas luchas han puesto de manifiesto que la línea del clasismo revolucionario y antiimperialista está totalmente vigente. Nosotros tenemos que destacar este hecho, y en nuestro gremio hay sobrados ejemplos  del papel que pueden jugar cuando son recuperados para el clasismo: Bosch, Emfer, Malhe, Paraná Metal y el papel de las  comisiones de lucha.

 

“El mal menor”
Esa es la línea del kirchnerismo y la de la UOM. Con esa línea, el Sindicato dejó de tener el peso histórico que caracterizó a los metalúrgicos. Eso no lo conocen los nuevos trabajadores, entre ellos no hay ninguna confianza en la dirección de nuestro Sindicato, la mayoría ni conoce a las autoridades nacionales de la UOM.
¡Solidaridad con los trabajadores de Paraná Metal y con los tercerizados ferroviarios! ¡Cárcel y castigo a los autores materiales y los responsables políticos del asesinato de Mariano Ferreyra! n