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08 de diciembre de 2014

“Desde hace cuarenta años exigimos justicia”

Ana Rusconi:Docente, socióloga, miembro del Comité Zonal del PCR. Hija de Enrique Rusconi.

Amigos, familiares, compañeros, camaradas: Escribir estas palabras no fue fácil. Un remolino de recuerdos, dolor y fuerza nos sacude. Porque la bronca y el odio te revuelven el estómago y te sacan la respiración: el odio, cuando es de clase, cuando es odio hacia quienes tienen la manija y deciden el destino de miles, es un sentimiento sano y necesario, que batalla contra la indiferencia y la resignación a los que este sistema social nos empuja en el día a día.

Amigos, familiares, compañeros, camaradas: Escribir estas palabras no fue fácil. Un remolino de recuerdos, dolor y fuerza nos sacude. Porque la bronca y el odio te revuelven el estómago y te sacan la respiración: el odio, cuando es de clase, cuando es odio hacia quienes tienen la manija y deciden el destino de miles, es un sentimiento sano y necesario, que batalla contra la indiferencia y la resignación a los que este sistema social nos empuja en el día a día.

Bronca y odio, porque desde hace 40 años exigimos justicia. Bronca y odio porque van 40 años de asquerosa impunidad: por tercera vez el PCR presenta la querella para reabrir la causa, la investigación por el asesinato de mi viejo, Enrique Rusconi. A pocos días que lo mataran, en 1974; luego en 1983 y esta semana. Muchos de los asesinos de la dictadura, que ya actuaban antes del golpe para que éste se produjera, murieron de muerte natural o en una cómoda prisión domiciliaria como el genocida de Videla. Otros se disfrazan de demócratas y ocupan cargos de diversa importancia en el Estado con total impunidad, de no ser por las denuncias de organismos de DDHH.

 

Tenía 29 cortos años cuando nos lo arrancaron

Y para entender este odio hay que contar las cosas, porque así se mantiene viva la historia, el pasado, que es siempre parte del presente y del futuro. Como se mantiene entre los vecinos de nuestra querida Tolosa que no olvida. “Desde el primer instante, aún en el instante del asesinato, la solidaridad de la gente fue enorme, enorme, enorme. Traían cosas, juguetes, venían a ver que necesitábamos. Un hombre que nunca vimos antes trajo una escopeta francesa…

Hace unos días fuimos a Tolosa, como para cada homenaje y los vecinos fueran jóvenes o viejos conocían la historia. Un vecino, que en aquél momento tenía apenas 9 años, nos decía “Yo era pibe y me acuerdo cuando lo velaron en la casa: veía esas cuadras y cuadras de gente para el velorio, pibes de la facultad, de todos lados. Fue un líder para mí”.

Muchos de los que estamos acá, que lo tuvimos muy poco o no llegaron a conocerlo personalmente, conocemos a Enrique a través de las fotos de los homenajes, de traje y corbata, grandote y con bigote. Serio. Pero era un tipo jodón, un “tipazo” como dicen muchos. Y muchas anécdotas dan cuenta de esas cosas. Una que me contaron era que unviernes o sábado a la noche y Enrique y unos amigos estaban haciendo la cola para entrar al teatro. Comentaron la noticia que se había dado el golpe en Chile que destituyó a Allende. Entonces Enrique dijo “tenemos que hacer algo, lo miraron con sorpresa ¿Dónde? ¿Acá?” Entonces empezó a gritar pidiendo que se juntaran y armó una asamblea con la gente de la cola del teatro. Les planteó la situación en Chile y que el pueblo debía unirse y enfrentar los golpes de estado, todos escucharon y aplaudieron.

U otra vez, que se habían juntado con otro compañero, con el que eran muy amigos, a escribir un volante en casa. Y cuando llega mi vieja, los encuentra tirados mirando la tele “porque no les salía nada”. Era un tipo sencillo, como cualquiera de los que estamos acá. Era joven. Ese día tenía puesto un pantalón vaquero, camisa a cuadros y zapatillas de lona. Tenía 29 cortos años cuando nos lo arrancaron.

 

Impunes hasta hoy

Y Hay que contar… Como hace unos días contó mi vieja: “Estaba bajando el sol y hacia bastante calor y en la casa había una entrada que era una pérgola y un banco de plaza de piedra donde jugaban las nenas. Entonces Enrique se va, creo que caminando porque teníamos una 4L que andaba más o menos. Se va a una reunión de estatales. Volvió a la noche. Besó a las nenas. Después el timbrazo fue el anuncio. La casa tenía una entradita, la puerta chiquita y la puerta grande. Los tipos entraron y se metieron a la pieza de la abuela. Rompieron la puerta. Y entran 4 tipos. Antes de que lograran entrar nosotros empezamos a gritar por la ventana, primero Enrique les dice ‘orden de allanamiento’ y ellos dicen ‘Estado de Sitio’ entonces empezamos a gritar, ‘socorro, socorro, vecinos, gente, gente’. Con las dos en brazos, porque yo pensaba que nos mataban a todos la verdad. Los tipos venían con Itakas. Seguimos gritando por la ventana y uno de ellos grita ‘no hagas papelones pelotudo’, mientras los otros entraban por la puerta. Cuando entran se le abalanzan, primero se lo llevan a la galería, después lo vuelven a meter en la pieza, entran a revolver cajones, pero era todo muy por arriba, te dabas cuenta que no era un allanamiento, nosotros habíamos sufrido allanamientos antes. A

“Enrique lo vuelven a meter adentro, ahí lo esposan. Pero lo esposan en la espalda, me paro ante uno de ellos, un tipo con anteojos que vos no sabes si te está mirando o no, entonces le dice pero ‘¿por qué lo van a matar, tenemos dos criaturas?’, y le discuto en política digamos… Entonces ahí Enrique empieza a decir ‘sé que ustedes no son policías, pero me van a matar y quisiera saber quién me mata. Yo creo que ustedes son rusos, me van a matar no porque yo haya prendido una mecha, hoy escuché a la señora presidente, y nosotros estamos peleando contra todo golpe de estado, venga de los rusos o de los yanquis’.Ahí, cuando abren la puerta para sacarlo, el auto Falcon estaba a la salida de la casa con las puertas abiertas, bastaban tres empujones para meterlo adentro del auto. Antes de abrir la puerta, uno de ellos dice, con total cinismo‘espósenlo adelante porque es indigno para un hombre ir esposado atrás’. Ellos ahí, por decirlo de alguna manera, es como que perdieron. Perdieron en la intención de que Enrique apareciera en un basural, como Daniel Winer o que nunca encontráramos su cuerpo o que apareciera en un zanjón, porque Enrique era un grandote y era un hombre que estaba luchando por su vida. No solo por su vida, pero estaba luchando. Cuando se abre la puerta, en la puerta hay parado un tipo ahí Enrique… no lo pueden agarrar. No lo pueden agarrar, ya se había empezado a juntar gente y no hubo forma, mira que eran tipos, que además le metían armas por acá y por acá y por acá, y le decían quédate quieto, quédate quieto, y Enrique les pegaba y les pegaba, de una forma que no se puede creer. Los lleva hasta la vereda de enfrente ahí donde está el mural, y Enrique ahí lo último que dice ‘me van a matar, pero me van a matar acá carajo’, con un odio terrible y ahí lo masacran. Ellos se suben al auto caminando, tranquilos, impunes y cuando se van uno de ellos saca la pistola por la ventanilla y tira dos tiros. Impunes hasta hoy.”

 

Patrimonio de la historia del pueblo y de este partido

Revivir todo es muy difícil. Y lo contamos porque la vida y la muerte de mi viejo, como la de tantos otros camaradas no es, ni puede ser, patrimonio de una familia. Es patrimonio de la historia de este pueblo y este Partido que supo tomar una decisión histórica en la lucha por la revolución: denunciar y enfrentar el golpe de estado y al nuevo imperialismo que se escondía tras él. Porque no hay que olvidar de lo que son capaces las clases dominantes para también pensar de qué somos capaces nosotros.

Y a la hora del asesinato, con el dolor, el miedo y el odio a cuestas, este Partido salió a pintar las paredes de La Plata denunciando que nos mataban por antigolpistas y señalando a los asesinos.

En los archivos de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Pcia. De Bs. As. Hay un informe del Comando de Operaciones, del 7 de enero de 1975 que relata: “Siendo las 02.10 hs. de la madrugada se sorprendió en calles 12 y 49 a estudiante de 3er. año de Historia de la UNLP, otro estudiante de 2 año de Psicología, otro estudiante de 1er. año de Psicología, otro de 4to. año Filosofía de la misma universidad, en circunstancias en que se hallaban pegando afiches relacionados con el acto a realizarse en el cementerio de esta ciudad, en el día de la fecha a las 17.30 hs. conmemoración del mes del fallecimiento del dirigente del Partido Comunista Revolucionario Enrique Rusconi, se secuestran volantes relacionados con dicho acto en poder de los nombrados (…) a quienes se les labra infracción contravencional”.

Y relatan también: “El homenaje tuvo lugar en la tumba que guarda sus restos, dando comienzo a las 17.55 y finalizando a las 18.15. Puede ser apreciado un estandarte confeccionado en tela roja, con las siglas PCR, como así una bandera argentina. Hizo uso de la palabra, un dirigente de dicha organización, cuya identidad se desconoce, el cual en forma resumida, instó a los presentes a mantenerse en un pie de lucha, para evitar que el gobierno actual sea objeto de los ataques del imperialismo ruso o norteamericano; arengó a los presentes a fin de que el sacrificio de Rusconi se transforme en un ejemplo permanente para las generaciones futuras, que deberían emular su espíritu de sacrificio y permanente lucha contra el imperialismo. Luego de esas palabras se entonó el Himno Nacional Argentino y se descubrió una placa con la siguiente inscripción ‘Asesinado por patriota, antigolpista y antiimperialista- comunista revolucionario. Seguimos tu ejemplo. PCR’.”

 

Éramos un obstáculo para el golpismo

Los registros de inteligencia que decidieron dejar siguen hasta 1998. De los actuales habría que preguntarle a Berni y Milani, actual jefe del Ejército puesto por Cristina Kirchner, con un oscuro prontuario desde la dictadura.

Así, comenzó a delinearse la trinchera antigolpista en La Plata, uno de los principales centros del golpismo, que tenía en el gobernador Calabró a su más activo representante político, algo que después de 40 años nos empiezan a reconocer. En La Plata, el PCR tuvo seis miembros asesinados, uno desaparecido y 57 detenidos: el 7 de diciembre asesinan a mi viejo. El 13 de mayo de 1975, asesinan a Ana María Cameira, Carlos Polari, David Lesser, Herminia Ruiz, y una semana después a Guillermo Gerini. Yiyo Andreani es secuestrado de la puerta de la facultad de Medicina en 1977.

La cadena conspirativa que funcionó para llegar al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 no terminaba en Calabró, las órdenes y logística acerca de los secuestros y asesinatos tuvieron lugar en la dirección del Ejército y los asesinatos de Daniel Winer y de mi viejo fueron una decisión tomada por quienes trabajaban con el sector lanussista de Videla- Viola.

Éramos un obstáculo para el golpismo, una piedra en el zapato y no nos pudieron callar ni barrer: incluso el Papa Francisco reconoce en un reportaje reciente, que el PCR fue el único partido de izquierda que se opuso al golpe de Estado. De ahí tanto odio al PCR y a un sector del peronismo que enfrentó el golpe, como el intendente de esta ciudad, Rubén Cartier, al que asesinaron en julio de 1975 cuando iba camino a una reunión de gobernadores e intendentes que se pronunciarían contra el golpe de Estado.

Y teníamos razón, porque el golpe y la dictadura de Videla-Viola vinieron a frenar el auge de luchas, concentrar la tierra en pocas manos, derrumbar la industria nacional e imponer el genocidio.

Por eso, la decisión política de empujar nuevamente la reapertura de la causa judicial, no sólo va a la búsqueda de los asesinos. Es la disputa por el pasado y el presente.

La magnitud y la gravedad de lo que empezó a denunciar el PCR en 1974 se ve hoy con más claridad. Ni Videla era un general democrático ni Rusia era socialista como algunos decían. Hoy los llaman países emergentes, porque decirles imperialistas sería admitir la profundización de la dependencia que llevan adelante. Pero son imperialistas, también China, y ahora les regalan nuestra soberanía y recursos naturales.

 

Los Kirchner falsean la historia

Los Kirchner no sólo falsean los números del Indec sino también la historia, hasta en los manuales de la secundaria. Se autoproclaman el mejor gobierno y nos quieren hacer creer que esta es la única Argentina posible. Es una mentira criminal.Nos hierve la sangre cuando vemos a los chicos revolver la basura para comer y las mafias del narcotráfico usando a los jóvenes de “soldaditos”. Nos rebela tanta injusticia. No nos da lo mismo, no nos puede dar lo mismo esta situación. Porque a pesar del discurso, este gobierno está tan podrido como el Estado que regentea.

Por eso vamos calentando las brasas que hagan arder tanta basura. Por eso impulsamos la unidad, el reagrupamiento de las fuerzas populares, la organización y decisión de la gente en la lucha por las necesidades y reivindicaciones. En las calles y en las urnas.

Hace 46 años que el PCR abre camino en la lucha por pan, trabajo, tierra y libertad. Y en cada paso va sembrando la semilla de la revolución. Porque sólo así se terminará con la dependencia del imperialismo y el latifundio. 46 años, un soplo visto desde la historia de nuestra Argentina. Seguimos adelante. Con la infinita confianza en el potencial revolucionario de la clase obrera y el pueblo para dar vuelta la tortilla. Con pasión y alegría, porque nuestro optimismo se basa en la doctrina científica del marxismo-leninismo- maoísmo.E invitamos a todos a afiliarse porque como marca la historia, no hay revolución triunfante sin un partido revolucionario que la dirija.

Porque la felicidad es la lucha por cambiar la realidad y tenemos el orgullo de ser el único partido en la Argentina que ha sido consecuente con sus objetivos, su historia y sus mártires. Nunca nos vendimos ni abandonamos nuestro compromiso con el pueblo y nuestras banderas. Y no traicionamos tratando de romper este partido que se prepara para grandes batallas.

Siempre es fuerte el anhelo de tenerlo y poder darle un gran abrazo, como me dijo una profesora de la facultad.

Pero es lo que escribió mi viejo desde la cárcel de Rawson: “la lucha, la cárcel, los sacrificios que debamos hacer, son parte de la herencia del legado que estamos construyendo para nuestros hijos. Por eso sentimos alegrías aún en la adversidad. No hay lugar para la tristeza, ni puede haberla en nuestros corazones”. Muchas gracias.