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19 de octubre de 2016

 El imperialismo inglés realizará una maniobra militar con sus fuerzas militares de la base colonialista en Malvinas. Ejercicio bélico que incluye el disparo de misiles. Es una abierta y descarada provocación contra la Argentina, a la  que sin ningún disimulo, presentan como blanco de la hipótesis de conflicto de la operación militar.

Desmalvinización a toda marcha

Provocación militar inglesa

 

 
La canciller Malcorra, como si fuera funcionaria de Gran Bretaña, sostuvo que la maniobra militar es una consecuencia de “la Guerra de Malvinas”. Ante el repudio que recogieron sus declaraciones, el gobierno hizo pública una protesta formal. Tan formal, que Malcorra volvió a defender el documento que firmaron las dos cancillerías, la Argentina y la pirata, en la que ratifican el “paraguas de soberanía”, y “acuerdan” los dos países negociar todo, violando la Constitución al hacer acuerdos que corresponden al Congreso, y pisoteando media docena de leyes. Entre esos acuerdos está asegurar la sustentabilidad de la economía de los kelpers y ser los cantineros de la explotación petrolera en las aguas que usurpan.
Malcorra miente a sabiendas. Una carta hecha pública del jefe de las Fuerzas Conjuntas del Reino Unido, Sir Richar Barrows, retirado en abril pasado, enviada al ministro de Defensa, Michael Fallon, critica la debilidad militar inglesa frente a las guerras convencionales en las que se pueda ver  envuelta. El ejercicio de guerra inglés en Malvinas, es parte del reforzamiento del dispositivo estratégico inglés, sobre todo, para hacer sentir su presencia militar en el Atlántico Sur y la Antártida, en donde tienen sus 10 submarinos atómicos, amenazando a los países de la región, en primer lugar a la Argentina.
Malvinas y el Atlántico Sur (con su proyección hacia la Antártida) son el mayor problema de soberanía nacional que arrastra la Argentina desde 1833 a hoy, con el intervalo del período que va de su recuperación patriótica —que rechazan Macri y Malcorra—, hasta la derrota de la batalla. Repudiamos la falta de respuesta del gobierno argentino, y las declaraciones que expresan la política de humillación frente a esta nueva amenaza del colonialismo inglés.