Desde el año 2009 la provincia de Tucumán no tiene niños desnutridos. Pero no es una noticia para festejar. Los desnutridos no han dejado de existir, han dejado de ser contabilizados. El diagnóstico de desnutrición en todos sus grados ha sido literalmente prohibido por resolución del Ministerio de Salud de la Nación y reemplazado por niños de bajo peso.
Desde el año 2009 la provincia de Tucumán no tiene niños desnutridos. Pero no es una noticia para festejar. Los desnutridos no han dejado de existir, han dejado de ser contabilizados. El diagnóstico de desnutrición en todos sus grados ha sido literalmente prohibido por resolución del Ministerio de Salud de la Nación y reemplazado por niños de bajo peso.
Esta resolución aplicada en Tucumán desde el año 2010 estableció una nueva forma de medir los problemas nutricionales, que hizo bajar milagrosamente la cifra de 22.000 desnutridos a 3.690 actualmente, como afirma el gobierno provincial.
Los médicos del sistema público de salud quedaron obligados a ignorar para el diagnóstico el factor edad de los niños, teniendo en cuenta únicamente la relación entre su estatura y su peso. Antes se evaluaba a los niños con riesgo nutricional de acuerdo a su edad. Ahora podemos tener un niño cuyo peso es acorde a su estatura pero no acorde a sus 6 años por ejemplo, sino que corresponde a un niño de 3 años. Una de las consecuencias de la desnutrición es la baja estatura, por eso es fundamental medir si el peso del niño es acorde no solo a su talla sino a su edad. Un niño de tres años que pesa determinados kilos y mide determinados centímetros puede ser normal, pero si se aplican a un niño de seis años estamos ante un caso de gravedad.
Los niños presentan síntomas alarmantes que incluyen delgadez extrema, decaimiento general, tendencia a contraer enfermedades, vientre abultado, cabello seco y ralo, y presentarán luego problemas de aprendizaje severos.
Las condiciones en las cuales viven estos niños son críticas, se trata de niños que viven en casas precarias, con piso de tierra y techos de chapa y cartón, la gran mayoría no tienen baños ni agua potable y pertenecen a familias donde los padres en caso de tener trabajo lo tienen precario.
Por eso esconder los datos de la desnutrición en la provincia de Tucumán como lo hace el gobierno de Alperovich es muy grave por las consecuencias que acarrea. Un gobierno que ya tiene 12 años de gestión, que ha recibido más dinero que ningún otro gobierno, no puede explicar si no miente esta realidad de miseria que vive un sector importante de nuestro pueblo, por eso es imprescindible, más que nunca otra política y otro gobierno.