Noticias

28 de mayo de 2014

Desocupación, informalidad y precariedad

Un drama de más de 10 millones de personas en edad laboral

 El gobierno kirchnerista ha dado a conocer los datos del Indec sobre la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondientes al primer trimestre de 2014. Su balance es que la tasa de desocupación en este trimestre es de 7,1%, inferior a la del primer trimestre de 2013 (que fue de 7,9%), aunque es superior en 0,5 puntos a la del último trimestre de 2013, que fue de 6,4% como puede verse en el cuadro.

 El gobierno kirchnerista ha dado a conocer los datos del Indec sobre la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondientes al primer trimestre de 2014. Su balance es que la tasa de desocupación en este trimestre es de 7,1%, inferior a la del primer trimestre de 2013 (que fue de 7,9%), aunque es superior en 0,5 puntos a la del último trimestre de 2013, que fue de 6,4% como puede verse en el cuadro.
Aparte de las limitaciones de los datos, que consideran ocupados a los desocupados que tienen algún plan y a los suspendidos (pues mantienen su relación laboral), el tema es que esos datos ocultan además un gran número de gente sin trabajo pues solo consideran desempleados a los que lo han buscado activamente en la última semana (antes era en el último mes). Por eso es importante ver qué ha sucedido con la tasa de empleo, es decir de la gente que tiene trabajo, que disminuyó de 42,2% en el año a 41,8%. Lo mismo la tasa de actividad, que define la población considerada ecnómicamente activa, que también cayó de 45,8% en el primer trimestre de 2013, a 45,0% en el primer trimestre de 2014 –por la mayor cantidad de personas que dejó de buscar trabajo–, lo que de por sí ya elevaría la tasa de desocupación a 7,9%. A lo que habría que agregar los subempleados demandantes de trabajo, cuyo porcentaje pasó de 8,0% a 8,1%, en la comparación del primer trimestre de 2013 con el primer trimestre de 2014.
La encuesta cubre la mayoría de la población que vive en los conglomerados urbanos, no así la población rural donde la desocupación suele ser mayor por la temporalidad de muchas de las actividades del agro. Aún sin tener en cuenta eso, una simple cuenta sobre los 40 millones de habitantes nos da que las personas que buscan trabajo en el país sin lograrlo son tres millones que no tienen ningún empleo (ni plan) y otro tanto los que están subocupados.
A esto habría que agregar los millones de trabajares que están en la informalidad o en la precariedad, o sea carecen del acceso a una obra social o a la jubilación futura, y los que además están en la inestabilidad y con ingresos tan bajos que no cubren necesidades básicas, por lo que no eluden la pobreza e incluso, en muchos casos, la indigencia. Sólo para los trabajadores asalariados, en la población urbana ocupada que registra el Indec, el 33,5% de los mismos está “en negro”. Y entre los cuentapropistas, la informalidad caracteriza a siete de cada diez ocupaciones.
Según datos del Barómetro de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, que abarca 5.700 hogares de 18 centros urbanos, sumando a las personas que buscan trabajo y no encuentran y las que están en la informalidad y en la precariedad se llega aque está en esta situción nada menos que 56,6% de la población activa de 18 años y más. Y esto siempre sin perder de vista que el total de la población considerada económicamente activa no incluye a los mayores de 18 años que no trabajan ni buscan trabajo (como los jóvenes llamados “ni-ni”, porque no estudian ni trabajan).