Hace unos años, denunciábamos el atropello de Diario UNO, despidiendo personal y separando a representantes gremiales de su puesto de trabajo inventando causas en el ámbito laboral, civil y penal mediante las cuales pedían la caída de la tutela sindical, resarcimiento económico y prisión.
Hace unos años, denunciábamos el atropello de Diario UNO, despidiendo personal y separando a representantes gremiales de su puesto de trabajo inventando causas en el ámbito laboral, civil y penal mediante las cuales pedían la caída de la tutela sindical, resarcimiento económico y prisión.
Esta situación comienza ante la organización de los trabajadores de prensa, que habiendo recuperado el sindicato, comenzaban a pedir mejoras en condiciones de trabajo y salariales. El sindicato de prensa, intervenido, desarrollaba sus reclamos aún sin autoridades elegidas, ya que este acto se realizaría en diciembre de 2013. Los empresarios de los medios mendocinos, en especial Vila-Manzano arremetieron contra la organización de los trabajadores dentro de los medios de comunicación.
Así comenzaron con los despidos, primero cinco compañeros de prensa, lo que generó protestas por parte de los trabajadores, luego para garantizarse un proceder sin problemas atacaron a la organización gremial. Amparándose en la ley excluían del lugar de trabajo a Luciano Grenon (delegado los trabajadores de prensa) y a Manuel Molina (miembro de la comisión directiva del sindicato de trabajadores gráficos). Luego de unos meses desvincularon y despidieron cerca de 40 trabajadores (prensa y gráficos) precarizando las condiciones de trabajo y amedrentando a los trabajadores en su organización mediante fallos judiciales. Hicieron circular un escrito firmado por el juez Bento, que impedía a los sindicatos realizar cualquier acción que pudiera perjudicar a la empresa, aunque fuera para reclamar por sus derechos.
En su momento denunciamos esto como un atropello del poderoso tándem Vila-Manzano, dueños de un enorme poder económico sostenido en la precarización laboral de sus empleados. A lo que se sumaba el apriete y la persecución (vía judicial) de los representantes gremiales.
Esto representó los primeros pasos de avance sobre los trabajadores organizados, hoy sumamos a compañeros de ATE y Sitea (estatales), es el propio estado el que judicializa y criminaliza la protesta. Con la “ley antiterrorista”, “códigos de convivencia”, “Ley antipiquetes” pretenden hacer pagar la crisis económica, a los trabajadores, y que estos se queden callados frente a tamaña injusticia.
En este contexto ha tenido lugar la “vista de causa” en el juicio laboral de los compañeros Grenon y Molina, esta es la instancia previa a la sentencia, que determinará si se hace lugar a la exclusión de la tutela sindical o no.
Varias organizaciones sindicales y políticas se congregaron el 18 de abril en las puertas del Palacio de Justicia, para solidarizarse con los compañeros juzgados. Esta unidad que viene dándose desde hace años en las calles, es la que necesitamos, hoy, ahora, en este tiempo decisivo, ya que el poder mediático y del dinero es lo que enfrentamos, y las posibilidades de ganar dependen de la unidad de los trabajadores y el pueblo. Ya que esta unidad es el arma de los obreros y el terror de los patrones, sean estatales o privados.
Hemos realizado una campaña de solidaridad con los compañeros judicializados, se pidieron firmas, adhesiones, y difusión por los medios alternativos contra la criminalización de la protesta y contra la persecución judicial de dirigentes sociales. Porque no pueden triunfar los adalides de la precarización y flexibilización laboral, no pueden triunfar los señores de la represión y la persecución. De nosotros depende.
