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05 de febrero de 2018

Como venimos informando desde estas páginas, desde el 8 de enero de este año, la empresa Molinos Río de la Plata despidió a seis trabajadores. 

Despidos ilegales y persecución

Molinos esta fuera de la ley

 
 El primer despido se anunció en la entrada del turno noche. Desde ese momento se difundió la situación entre los trabajadores, y el día 9 de nuevo hubo paro total en los tres turnos. La empresa pidió la conciliación obligatoria, que fue acatada por los trabajadores a partir de las cero hora del miércoles 10.

 
 El primer despido se anunció en la entrada del turno noche. Desde ese momento se difundió la situación entre los trabajadores, y el día 9 de nuevo hubo paro total en los tres turnos. La empresa pidió la conciliación obligatoria, que fue acatada por los trabajadores a partir de las cero hora del miércoles 10.
A partir de allí se produjeron tres audiencias en el Ministerio de Trabajo, los días 11, 22 y 30 de enero. En las tres audiencias la empresa ratificó los despidos. Los representantes sindicales los rechazaron como nulos y pidieron la reincorporación, aunque aceptando una cláusula que no les permite el ingreso a la planta ni la participación en las audiencias.
Vencida la conciliación obligatoria, la empresa pidió una prórroga, convocándose a nueva audiencia para el martes 6 de febrero (al cierre de esta edición), en la sede del Ministerio de Alem 650.
 
Crece la solidaridad
En la audiencia del martes 30, los despedidos fueron acompañados por delegados de las comisiones internas de Felfort y Mondelez Pacheco, y por la Juventud de la CTA Capital. Todos hicieron uso de la palabra para expresar su solidaridad.
También lo hizo una compañera de la CCC de Barracas que destacó que estuvieron presentes no sólo con estos despidos sino que vienen acompañando desde el principio cuando se planteó la venta del predio de Molinos en Barracas y se organizó la lucha para conseguir el traslado de todos los compañeros a Echeverría, conflicto que duró más de dos años. 
También expresaron sus opiniones Luciano Greco y Mario Ponce, dos de los despedidos que tienen fueros, refiriéndose a la gravedad de la situación que implican estos despidos.
Son todos compañeros que tienen familia que sostener, en un contexto donde todos los días se producen cientos de despidos en el Estado, lo que implica que el gobierno de Macri da la señal a los privados para despedir sin causa real. 
En este caso Molinos Río de la Plata no está cerrando la planta, ni está presentando convocatoria ni pidiendo preventiva de crisis. Todo lo contrario. Continúa siendo una de las empresas líderes de la Alimentación tanto en el mercado local como en exportaciones.
A través de todas las audiencias realizadas está claro para cualquiera que lo analice que los seis despidos son nulos, ilegales, discriminatorios, de persecución sindical, encubiertos en una falsa causa de “bajo rendimiento”, para marcar un precedente que le permita a la empresa despedir a cualquier trabajador y avanzar en la flexibilización laboral.
Como ya hemos manifestado, el supervisor había felicitado poco antes por el trabajo a uno de los despedidos. Otro se encuentra al final de línea. Esto significa que debe ir sacando todos los paquetes que se van produciendo para que no terminen en el suelo ¿Cómo puede tener “bajo rendimiento” si el que fija el ritmo es el maquinista? Esto por dar un solo ejemplo de la falsedad de los argumentos de la empresa.
La verdad es que desde que se produjeron los despidos esos lugares fueron cubiertos por personal eventual, de agencia, lo que significa un claro fraude laboral que no debiera ser admitido por la Comisión Interna ni por el Sindicato.
 
Reincorporación de todos los despedidos
Los seis despedidos son afiliados al STIA. Tres fueron delegados varios años, ganaron varias elecciones. Durante todos los años que fueron Comisión Interna en Barracas fueron consiguiendo innumerables mejoras en las condiciones de trabajo en la planta, como mejoras en el comedor, en los baños y vestuarios, colocación de refrigeración en sectores donde antes no se podía trabajar del calor. Se consiguieron puestos de trabajo efectivos allí donde correspondía por la función, y las categorías más altas de la empresa. Esto por mencionar algunas de las conquistas basadas en una gran democracia, unidad y participación de los trabajadores.
Pero lo más importante es que con esa unidad y lucha inclaudicable consiguieron el traslado de todos a la planta de Echeverría cuando la empresa vendió el predio y quiso hacer pasar “vacaciones simultáneas” sin comunicar la venta. Esta empresa estaba acostumbrada a cerrar, incendiar, trasladar, dejando cientos de trabajadores en el camino, tanto de Molinos como de las empresas que fue adquiriendo y cerrando durante todos estos años (Arroz Gallo, Bonafide, etc.) Esta vez no pudo, y no lo perdona.
Greco y Ponce tienen fueros sindicales. Eran delegados cuando se terminó el traslado de Barracas a Echeverría. Sus fueros continúan vigentes hasta abril de 2018, como consta en la comunicación entregada por el Sindicato a la empresa. Esto fue refrendado cuando se firmó en expediente N° 156888/13, en el punto 9, que se conservaban los fueros producto del mandato de la C. Interna de abril 2015 a abril 2017, más el año posterior que otorga la ley de Asociaciones Sindicales. Los fueros vencen en abril de 2018. Todas las actas que correspondieron al traslado fueron firmadas en el Ministerio de Trabajo por los representantes del ministerio, de la empresa, de la Comisión Interna y del Sindicato.
Los seis despedidos fueron parte de la Lista Celeste y Blanca en las elecciones del STIA en el 2016. La lista no ganó las elecciones. Las ganó la Lista Verde encabezada por Rodolfo Daer. Pero todos siguieron siendo afiliados, participando gremialmente, acatando todas las medidas que impulsó el Sindicato y buscando la unidad con la nueva comisión interna para lograr equiparar mejoras para los compañeros de Echeverría.
Por algo la respuesta de todos los trabajadores, por unanimidad, fue el paro en repudio a los despidos. Molinos pidió la conciliación obligatoria. El artículo 8 de la ley de Conciliación determina que no se puede “innovar” sobre la situación que originó el conflicto. Los trabajadores levantaron el paro pero la empresa no cumplió con la reincorporación. Todos debían estar trabajando hasta la finalización de la conciliación.
Y correspondía que los despedidos estuvieran presentes en el desarrollo de las audiencias de conciliación y no afuera.
Por todo esto decimos que Molinos está fuera de la ley.
Por todo esto entendemos que los seis trabajadores deben ser reincorporados ya. 
Estos despidos implican claramente una persecución sindical que el Consejo Directivo del STIA y la Comisión Interna no pueden permitir. 
¡Todos adentro. Reincorporación ya!