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12 de octubre de 2022

Empresa del monopolio Techint en Campana

Despidos y suspensiones con sueldos cada vez más bajos en Tenaris-Siderca

En los últimos 10 años se ha producido en Tenaris-Siderca, empresa de Techint, el principal monopolio industrial en el país, una transformación en la relación de trabajo obrero-patronal y en las expectativas que se tenían cuando se ingresaba a la empresa.

En el marco de las negociaciones colectivas y las paritarias a la baja de los últimos años, es un avance y anticipo de la reforma laboral antiobrera que impulsa la derecha macrista y los sectores más reaccionarios de la Argentina.

Siderca ha implantado -a través de las diferentes crisis que se fueron dando- una nueva política de empresa: un recambio de personal a través de despidos y suspensiones con sueldos cada vez más bajos.

Es una política promovida por Paolo Rocca, propietario de Techint, y propuesta públicamente a los sindicatos en general y particularmente a la Unión Obrera Metalúrgica, según la cual el interés de los trabajadores y el rol de los sindicatos debe reducirse a cuidar la fuente de trabajo y su conservación, sin que importe el sueldo que se cobra. O sea, lo fundamental es mantener la fuente de trabajo aunque los sueldos sean uno de los más bajos de las ciudades de Campana y Zárate y su zona de influencia.

Hoy existen en Siderca sueldos que apenas superan la línea de pobreza. A modo de ejemplo un ingresante con los relevos de puesto y turnística puede llegar a cobrar $110.000 mensuales. Cosa que no mejora mucho para uno de 15 años de antigüedad, que con la mejor categoría y adicionales puede llegar a los $200.000

Este nuevo régimen laboral/salarial lleva a que Siderca sea tomada por los jóvenes como un tipo Mc Donald, donde el perfil de jóvenes sea el de aquellos que viven con sus padres, puesto que estos sueldos para los que tienen cargas de familia es inviable.

Siderca, desde los despidos del 2015 viene produciendo un recambio a la baja de salarios, puesto que en cada oleada de despidos y suspensiones fue aplanando los salarios con una notoria pérdida ante la inflación.

Esto tuvo su mayor auge en la pandemia con la firma por el sindicato de actas de suspensiones que llegaron a que no se cobrara el aguinaldo de diciembre de 2020.

En todo este proceso el rol de la UOM nacional con Caló al frente fue el de acompañar este discurso de Siderca, de poner por encima mantener la fuente de trabajo en detrimento del salario.

En lo local la UOM Campana no hizo tampoco mucho: primero firmando suspensiones cada vez más a la baja con la excusa de mantener los contratados y reincorporar a los despedidos. Medidas que caían en saco roto puesto que los reingresantes después de los despidos eran ubicados en puestos de menor categoría, lo que hacía que en corto tiempo los compañeros se fueran igual de fábrica con “retiros voluntarios”.

Así como durante la pandemia no se firmaron más Actas de Suspensiones, pero se dejó a la empresa, ante la falta de producción, ceder a los compañeros a un Centro de Servicios sin la paga de adicionales, con lo que mermó el salario en un 50% en algunos casos. Y aceptando la legalidad de un convenio de empresa en el cual se han fijado adicionales de empresa, sobre los cuales no se aplican automáticamente los aumentos que se establecen en los acuerdos de la paritaria nacional, adicionales que terminan negociándose también a la baja en vez de tratar de compensar con ellos la pérdida del salario de convenio ante la inflación.

Emilio Núñez, Agrupación Clasista y Combativa de Siderca