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26 de noviembre de 2013

Cristina Kirchner hizo cambios en el gabinete tras el cachetazo electoral, y ordenó “profundizar el modelo” de ajuste y endeudamiento.

Después del castigo, lavado de cara

Hora Política - Hoy 1496

1. Un gran triunfo de las mujeres

Más de 20.000 mujeres se movilizaron con gran esfuerzo a San Juan, a su 28 Encuentro Nacional. Defendieron con firmeza el espíritu de su encuentro en 200 talleres: con todas las temáticas de su doble opresión volcaron sus sufrimientos, sus experiencias de vida, de lucha y de organización. Y se hicieron escuchar en una marcha gigantesca. La decisión de marchar a Salta, en el 2014, dio continuidad a los Encuentros, que son ejemplo aquí y en el mundo.

1. Un gran triunfo de las mujeres

Más de 20.000 mujeres se movilizaron con gran esfuerzo a San Juan, a su 28 Encuentro Nacional. Defendieron con firmeza el espíritu de su encuentro en 200 talleres: con todas las temáticas de su doble opresión volcaron sus sufrimientos, sus experiencias de vida, de lucha y de organización. Y se hicieron escuchar en una marcha gigantesca. La decisión de marchar a Salta, en el 2014, dio continuidad a los Encuentros, que son ejemplo aquí y en el mundo.

El 28 Encuentro fue un nuevo gran triunfo del movimiento de mujeres. Mostró la vitalidad y el crecimiento de sus organizaciones y sus luchas. Y la disposición a seguir avanzando en sus conquistas, enfrentando la política kirchnerista que refuerza su doble opresión.

 

2. Del 54,11% al voto castigo

Dos años atrás, Cristina Kirchner estrenaba su triunfo electoral (había sacado el 54,11% de los votos) con un plan que apuntaba a su re-reelección: un ajuste al que llamó “sintonía fina” destinado a eliminar subsidios que en ese momento sumaban $60.000 millones, negociaciones por el pago de la deuda de la dictadura al Club de París (las reservas en el Banco Central sumaban 47.587 millones de dólares), reuniones con empresarios y sindicalistas para negociar precios y salarios (y el gobierno empujó la división de las centrales obreras para garantizar el “techo” para los aumentos salariales).

La protesta popular por la masacre de Once, que reveló la situación de los “trenes de la muerte”, le torció el brazo al gobierno K.

Ahora, la presidenta encabeza un gobierno debilitado por el castigo de 7 de cada 10 votantes y el malhumor popular frente a las consecuencias de la inflación y la inseguridad ligada al narcotráfico. Además, debe parar la fuga de las reservas del Banco Central que cayeron en lo que va de este año 10.800 millones de dólares (800 millones en la última semana).

 

3. Una situación más difícil

Cristina K asumió, en condiciones de salud inciertas, en una situación mucho más difícil que la del 2011, y sin reelección.

De la mano de la “sojización” creció la concentración terrateniente. Se aceleró la extranjerización de la tierra, la industria, la energía, la minería y el comercio. Se endurece la presión imperialista por el cobro de las deudas con el Club de París, los juicios en el tribunal del Banco Mundial, y los bonos en manos de los “fondos buitres”. Las reservas cayeron a 31.517 millones. Los préstamos chinos son para comprarle a ellos, que han frenado las inversiones en las represas de Santa Cruz.

La presidenta debió desprenderse del fracasado Moreno: la inflación ronda el 30%. Los subsidios ya superan los $100.000 millones. La corrupción carcome todas las cuentas del Estado.

Frente a la crisis energética que provocó el aumento de las importaciones de energía, el gobierno (que apoyó la privatización de YPF por Menem, y luego fue socio de Repsol en su vaciamiento), en el 2012 impulsó el “rescate” del 51% de las acciones de YPF y la convirtió en una “sociedad anónima”. Ahora, “sin prejuicios ni anteojeras” (dijo Cristina K) negoció con Chevron y otros monopolios imperialistas la entrega de Vaca Muerta. El resultado es que sigue cayendo la producción de petróleo y gas, y las importaciones de energía pasaron de 9.357 millones de dólares en el 2011 a 14.000 millones estimados este año.

 

4. Ajuste y endeudamiento

Para el bloque dominante en la Argentina la situación se va volviendo ingobernable, y presionan para que no haya luchas. Quieren que el gobierno haga el ajuste y llegue al 2015, para negociar entre ellos “la transición”. El gobierno prepara su ajuste, y busca poner parches, endeudándose (a pagar después del 2015), pero teme que si no controla la inflación, la fuga de divisas y la inseguridad-droga, la situación puede descontrolarse. ¿Quién está difundiendo rumores de saqueos para fin de año en barriadas del Gran Buenos Aires?

Macri ya comenzó su tarifazo en el subte. Scioli, debilitado por las elecciones, fracasó en el intento de un impuestazo. Massa se pasea por España vendiendo su receta de “previsibilidad” y “reglas claras” para las inversiones extranjeras, y negociar con el Banco Mundial y el FMI.

 

5. “Profundizar el modelo”

Capitanich fue funcionario de Menem, luego jefe del Gabinete de Duhalde (donde se manejaba en estrecha relación con la Secretaría de Inteligencia), y ocupa ahora ese mismo puesto con Cristina K. Ni Capitanich, ni el nuevo ministro de Economía, Kicillof, se animan a llamar a la inflación por su nombre. El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Casamiquela, es un técnico fiel a “la rosca sojera”; de Monsanto, Cargill y las cerealeras, y los grandes terratenientes y pooles. En el Chaco, de la mano de Capitanich, avanzaron los “agronegocios” y la extranjerización de tierras, expulsando a originarios y pequeños y medianos campesinos.

La consigna de Cristina K para el “nuevo” gabinete, lanzada desde los balcones de la Casa Rosada, fue “profundizar el modelo”. El ingreso de Capitanich juega “en la interna” del Frente para la Victoria, dándole un lugar a los gobernadores K o aliados, no cambia el rumbo.

No miran para adentro, miran para afuera. El resultado de la concentración de la tierra fue un brutal retroceso en la producción de trigo y carne vacuna (120 frigoríficos cerrados) encareciendo los alimentos que consume el pueblo. Pero Capitanich está preocupado por “las exportaciones” y que vengan dólares de afuera.

 

6. Torcerle el brazo al ajuste

Cristina y Capitanich pueden macanear que hay desocupación cero en el Chaco, pero no les cree nadie. Con el endeudamiento, con Chevron y con Milani, se le hace difícil al kirchnerismo mantener “el relato” de centroizquierda para polarizar con el centroderecha de Macri.

El gobierno K ya no controla tres centrales sindicales, y las dos colaboracionistas se deshilacharon. Hay buenas condiciones para avanzar en la unidad en la lucha. Lo mostraron la jornada de lucha de la Multisectorial reclamando un plus de fin de año y reapertura de las paritarias, y el paro y movilización de estatales bonaerenses. Es lo que también se ve en el Encuentro de San Juan.

Hay buenas condiciones para la campaña por la personería del PTP y el fortalecimiento del PCR. Y la fragilidad de la situación, exige avanzar en el reagrupamiento de un frente popular, antiimperialista y antioligárquico.

En resumen, hay buenas condiciones para la lucha social y la lucha política buscando los caminos de aproximación a la revolución de liberación nacional y social que acabe con este Estado dependiente, oligárquico y mafioso.