En una reunión convocada por el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp) que preside Eduardo Eurnekian, el presidente del Banco Central (BCRA), Juan Carlos Fábrega, reconoció ante 300 empresarios que, a fines de enero pasado, el gobierno kirchnerista “tomó la decisión” de devaluar la moneda en un 20% para “devolverles la competitividad a los exportadores”.
En una reunión convocada por el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp) que preside Eduardo Eurnekian, el presidente del Banco Central (BCRA), Juan Carlos Fábrega, reconoció ante 300 empresarios que, a fines de enero pasado, el gobierno kirchnerista “tomó la decisión” de devaluar la moneda en un 20% para “devolverles la competitividad a los exportadores”.
También el jefe del BCRA ratificó la política de tasas altas que viene aplicando desde enero, y afirmó que: “Todas las medidas se tomaron coordinadas con el Poder Ejecutivo, llámese Ministerio de Economía y, por supuesto, la Presidencia de la Nación“.
Por otro lado, Fábrega pronosticó, conociendo todos “los parches” que gestiona Kicillof en los centros imperialistas, que para fin de año las reservas del Banco Central “se van a estabilizar en torno a los 28.000 millones de dólares”, es decir que no prevé un aumento de las mismas (actualmente en torno a los 28.500 millones de dólares). Aunque no lo dijo, esto supone que el Banco Central continuará haciendo frente al fuerte pago de importaciones de energía (que en el primer trimestre ya le insumieron 2.900 millones de dólares), y que también tendrá que hacerse cargo (en vez del Tesoro Nacional) de los 650 millones de dólares comprometidos para julio por Kicillof ante los usureros del Club de París.
La otra pata de la sota
Si bien el gobierno kirchnerista, a través de Fábrega admitió que la devaluación se hizo para favorecer “a los exportadores” (principalmente a los monopolios imperialistas de la soja y sus derivados, agregamos nosotros), nada dice sobre que también fueron principales beneficiarios los grandes bancos que de la noche a la mañana se hicieron de 10.000 millones de pesos de ganancia. ¿Cómo? Vendiéndole al Banco Central a 8 pesos los dólares excedentes que habían acumulado a 6 pesos; eso sí “obligados”, pobrecitos. Y que además están siendo extraordinariamente favorecidos con la bicicleta financiera armada con la duplicación de las tasas de interés que les garantiza el Banco Central, “tranquilizando” así al dólar (ver: “Una enorme tajada se llevan los bancos”, hoy número 1516, pág. 14).