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06 de marzo de 2020

Día de la Visibilidad Lésbica en Argentina

Los 7 de marzo se agregaron a la agenda feminista argentina luego del impactante asesinato de Natalia “Pepa” Gaitán en 2010, a manos del padrastro de su novia en la ciudad de Córdoba.

El asesino Daniel Torres fue condenado a 14 años de prisión luego de que lo encontraran culpable de “homicidio simple calificado por el uso de arma de fuego”. El veredicto decidió ignorar un agravante en la condena, el móvil del crimen: la orientación sexual de Pepa Gaitán. Pero las calles le dieron la atención que merecía, la que la justicia no quiso, y se manifestaron porque no fue la primera vez que asesinaban a una lesbiana, ni mucho menos que la discriminaban o atacaban, por salirse de la héteronorma dictada por un sistema patriarcal que se impone a costo de sangre. 

En Argentina este caso dio inicio a la conmemoración del Día de la Visibilidad Lésbica para combatir juntas la violencia machista que las mira raro, las niega, las denigra, las invisibiliza y las violenta. Los relatos que recuerdan a Pepa Gaitán hablan de una joven alegre, fuerte, valiente y libre. El final de su historia cuenta cómo todo eso resulta intolerable si deviene en salirse de lo establecido para las mujeres en una sociedad machista.

Siempre aparece un nuevo caso. Parejas de lesbianas a las que obligan a retirarse de bares, les censuran besos en la estación de trenes, les aplican códigos de contravención homofóbicos y las atacan salvajemente por ir de la mano o vestirse con ropa masculina. Incluso en pocas semanas será juzgada por defenderse de una violación “correctiva”, Eva Analía de Jesús, a quien llaman “Higui”, que llegó a estar presa acusada de homicidio. Hoy está en libertad pero la justicia sigue con su ojo sobre ella, que es culpable de defenderse de un intento de violación por parte de un grupo de hombres que no toleraban sus elecciones personales. Ellos decidieron que era problemático que se muestre públicamente lesbiana y por eso debía ser “aleccionada”, mediante violación y golpizas, para que dejara de ser lo que es.

Un lema de las lesbianas afirma que “El problema de la héteronorma es que no se ve”. El sistema se mueve a su son y solo es posible ver a quienes desentonan. Lo curioso es que estamos en un momento en que cada vez se hacen notar más quienes bailan a su propio ritmo poniendo en tela de juicio modalidades retrógradas. El movimiento LGBTIQ+ (lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual y queer) y el movimiento de mujeres se vienen manifestando de modo constante y creciente cuestionando su opresión, exigiendo derechos y desestabilizando el canon machista que pesa en sus espaldas.

«Existimos, gozamos, nos defendemos y resistimos», dicen las lesbianas y se convocan el 7 de marzo nuevamente a salir a las calles a luchar por la igualdad y la visibilidad de esta población en todo el país. Su respuesta a la invisibilización es movilizarse para no pasar desapercibidas, porque no aceptan las condenas moralistas que pretenden coartar sus libertades.