1. Verdades y mentiras de Obama
El nuevo presidente yanqui, Barack Obama, dejó de lado sus promesas electorales y confesó que la crisis será "devastadora" y durará "varios años". Japón sinceró que también está en crisis, como Inglaterra, Francia, España, Alemania, Rusia, China, Brasil (650.000 puestos de trabajo perdidos sólo en diciembre), etc., etc.
La crisis es mundial, durará años, avanza con una velocidad vertiginosa, y es devastadora como confesó Obama. Muestra el fracaso de todas las teorías y las ilusiones sobre un sistema capitalista-imperialista en eterno progreso, y revela todas sus lacras y podredumbre.
La trampa de los Obama (y demás gerentes de los Estados), es presentar la crisis como una situación sin otra salida que la política que ellos hacen: salvar a sus bancos y a sus monopolios, descargando el costo de esos "planes de salvataje", con despidos, hambre, e impuestos que pagarán los trabajadores y los pueblos por generaciones. Además, por el carácter opresor del sistema, los Estados, monopolios y banqueros imperialistas descargan brutalmente sus quebrantos en los países oprimidos, usando para eso a los gobiernos de nuestros países: desde las casas centrales vienen los planes de despidos, cierres de fábricas, rebajas de salario, aprietes con el pago de las deudas, fuga de capitales, etc. Desatan guerras: Obama manda más tropas a Afganistán y estimula el genocidio de Israel contra el pueblo palestino; o reprimen brutalmente como Rusia, China, Grecia, etc.
2. Islandia y Francia
Los trabajadores y el pueblo de Islandia, los de más altos salarios de Europa, se rebelaron contra el gobierno reaccionario y lo voltearon: buscan abrir un camino para imponer otra política.
La gigantesca lucha de la juventud y los trabajadores griegos sacudió a Europa. Grandes movilizaciones en Italia golpearon al gobierno de Berlusconi. Huelgas y rebeliones sacuden a China. Y la semana pasada, un masivo paro general, con movilizaciones de millones en decenas de ciudades, le movió el piso al derechista Sarkozy. Por todo el mundo se van extendiendo las huelgas y rebeliones con las que los trabajadores y los pueblos defienden sus conquistas, enfrentan la política de descargar la crisis sobre sus espaldas y luchan para cargarla sobre los que la provocaron llenándose los bolsillos. Y esas luchas buscan caminos, como en Islandia, para barrer a los gobiernos que gerencian la crisis en beneficio de banqueros, monopolios y oligarquías. O como en Nepal, en donde la lucha revolucionaria de las masas campesinas y la rebelión en las ciudades, acabó con el poder de una monarquía reaccionaria, imponiendo una Asamblea Constituyente y un gobierno de coalición encabezado por el Partido Comunista Maoísta.
3. Los K, gerentes de los de arriba
El gobierno de los Kirchner es un gerente de la crisis a favor de los de arriba. Maniobra para impedir las luchas, para aislarlas y derrotarlas, negociando con las patronales y jerarcas sindicales traidores y conciliadores. Sin vergüenza, aprovecha las quiebras, como acaba de hacer con Paraná Metal, para entregarla a su socio y testaferro Cristóbal López, un lavador de "plata sucia" y vaciador de empresas.
Los brutales tarifazos que está imponiendo el gobierno van unidos a un impuestazo que llega hasta el 1.000% en el caso de la electricidad, y presiona a la Justicia para que se corte la energía a los que no puedan pagar esas tarifas. Con el impuestazo, aumenta la recaudación de impuestos que no son coparticipables, mientras que le rebajó el 8% a los fondos coparticipables a las provincias.
Con la posibilidad abierta de un default de la deuda, el gobierno argentino negocia con los tenedores de bonos un "megacanje", como el que hizo De la Rúa antes del colapso de la economía. Paga un interés altísimo del 15,4% (prestó la plata de los jubilados en el Anses, por debajo de la inflación, al 11%). Logró postergar apenas un 8% de los cerca de 40.000 millones de dólares que vencen este año y el próximo. Pero, pese al impuestazo, siguen bajando los ingresos de la "caja K": el fantasma del default sigue rondando.
El gobierno sigue castigando a los obreros rurales, originarios y chacareros. Mientras la sequía arruina la cosecha y mata al ganado, el gobierno se niega a reconocer la situación de desastre. Va quedando claro que su objetivo es acelerar la quiebra de miles de pequeñas y medianas producciones para que los K, sus amigos y los grandes pulpos de la oligarquía sojera, se queden con esas tierras por monedas usando el "blanqueo" de capitales. Un ejemplo de esa "sociedad": el gobierno usará los fondos de los jubilados del Anses para financiar a las exportadoras de granos (Ambito Financiero, 2/2), que son ¡el riñón de la oligarquía sojera! Son los mismos monopolios imperialistas investigados por una estafa de miles de millones de dólares, y el gobierno mantiene "cajoneada" esa investigación.
4. Se multiplican las luchas
El gran tema planteado es ¿quién pagará la crisis? Y ¿cómo hacer para que la paguen los que se enriquecieron y la provocaron? La respuesta la vienen dando los obreros del automotor de Córdoba y de GM en Rosario, Paraná Metal en Villa Constitución, Massuh en Quilmes, la construcción y la UOM de Siderar en San Nicolás, del pescado en Mar del Plata, rurales, de la fruta y portuarios en el Alto Valle y en San Antonio Este, en Río Negro; rurales de San Juan y Tucumán, de la carne en varios frigoríficos, de la construcción en Santa Cruz.
Son miles de obreros, ignorados generalmente por los medios de comunicación, que han ganado las calles, cortado rutas y ocupado empresas, movilizándose en defensa de la fuente de trabajo o por aumentos salariales.
La lucha más avanzada ha sido la de los trabajadores de Paraná Metal, que se unieron a otros obreros en lucha y a chacareros de la Federación Agraria, obreros y productores agropecuarios y a las Mujeres en Lucha, cortaron la ruta 9 superando, desde abajo, a la dirección de Piccinini, vacilante frente al gobierno y la patronal. Este hecho histórico de unidad obrero-campesina llenó de odio a Kirchner (como publicó Clarín). También, demostró que política de aislamiento de la clase obrera que impulsan fuerzas como el PO, es funcional a los objetivos del kirchnerismo de aislar a las luchas para derrotarlas. El kirchnerismo vergonzante del PO, lo lleva a Juan Ferro (Prensa Obrera, 28/1), a mentir desvergonzadamente sobre la decisión democrática en la asamblea de los obreros de Paraná Metal, de realizar el corte de ruta con los chacareros, y le lava la cara a Piccinini, que perdió la votación en la asamblea obrera y al que Ferro le adjudica la paternidad del corte.
La jornada del 29/1, golpeó a los tarifazos K y le dio nuevo impulso a los reclamos contra el hambre, (el PO decidió no participar, está muy ocupado con las candidaturas electorales). También se vienen realizando numerosas movilizaciones en distintos barrios y ciudades contra los tarifazos.
Las asambleas y movilizaciones chacareras en Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa, Córdoba y otras provincias, siguen afirmando el camino para el reinicio del paro de comercialización de granos, y la confluencia con las luchas obreras y populares.
5. Muchos Villa Constitución
La lucha de la clase obrera fabril para imponer que no haya ni un solo despido y conquistar mejoras salariales va unida a la del conjunto de los trabajadores y el pueblo contra el hambre, los tarifazos y los impuestazos, a la de los pueblos originarios y los chacareros por sus reclamos para enfrentar la crisis y la sequía, al aumento del presupuesto para salud, educación y cultura, etc.
La política del gobierno kirchnerista de gerenciar la crisis a favor de los monopolios, banqueros y terratenientes, exige, como respuesta, esa unidad obrero, campesina y popular, patriótica y democrática.
Es posible derrotar la política K, avanzando como en Villa Constitución, con la confluencia de los sectores en lucha: unidad en multisectoriales para hacer diez, cien, mil Villa Constitución. Ese es el camino para unificar el combate local y regionalmente, y crear condiciones para imponer un paro nacional activo obrero, campesino y popular.
Ese es el camino que recoge las enseñanzas de las grandes masas obreras y populares en el Argentinazo y la rebelión agraria. Esos grandes combates demostraron que era posible torcerle el brazo al gobierno gerencial de turno. Ahora, con la crisis, los tiempos corren. Grandes masas ya aprendieron –en las crisis anteriores– que sin luchar, quedarán decenas de miles de trabajadores hambreados y en la calle, chacareros quebrados, estudiantes abandonando sus estudios.
Hay muy buenas condiciones para la lucha y la confluencia en multisectoriales, porque con sus conflictos, la clase obrera se va poniendo de pie, jugando su rol en la lucha social y política. No solo en Francia, en Islandia o en Nepal, también en la Argentina.