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01 de marzo de 2011

Diez puntos para ganar la guerra antiinglesa

La defensa de la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur nos enfrenta a una situación nueva y difícil, que puede ser prolongada. Porque el imperialismo inglés no va a resignar así nomás sus pretensiones de reapoderarse de todas las islas, y además están en juego otros intereses imperialistas, en particular los de las dos superpotencias, que quieren hacer pie en la región por sus riquezas económicas y su proyección antártica, pero sobre todo por su importancia estratégica con vistas a la tercera guerra mundial.
Para defendernos de la agresión y derrotar al imperialismo inglés, evitando caer en manos de una u otra superpotencia imperialista, debemos basarnos fundamentalmente en nuestras propias fuerzas y en la solidaridad latinoamericana y del Tercer Mundo. Esto requiere consolidar la unidad interna satisfaciendo las reivindicaciones democráti­cas, económicas y sociales, imprescindibles para desplegar todo el potencial de movili­zación de las masas populares, defender al país frente a la agresión económica externa e interna, y posibilitar el desarrollo acelerado de la producción agraria e industrial que necesita la defensa nacional y el ejercicio efectivo de nuestra soberanía sobre las islas recuperadas, el Atlántico Sur y la Antártida Argentina.
En lo inmediato, el centro está en promover la organización patriótica de las masas para poder ganar la guerra. Por eso nuestro Partido propone la realización de asambleas en cada empresa, sindicato, escuela, barrio o localidad, un verdadero cabildo abierto del pueblo, impulsando la formación de comités patrióticos con delegados por sección, ofi­cina, curso, manzana, chacra o estancia. Y ofrece al debate de las masas, de sus organi­zaciones políticas y sociales, y de todos los demás sectores patrióticos, democráticos y nacionales, los siguientes puntos para garantizar una defensa consecuente de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur:

1) Levantamiento del Estado de Sitio y libre accionar para los partidos políticos, sindicatos y demás organizaciones populares, estudiantiles, culturales y sociales; liber­tad de todos los presos y aparición con vida de los detenidos-desaparecidos, aplicando la más estricta justicia republicana a los responsables de su desaparición y de otros crí­menes contra el pueblo; plena libertad de asociación y de prensa, radio y TV.

2) Desconocimiento de la deuda con el Reino Unido, como represalia a sus sancio­nes e indemnización de los daños y sacrificios ocasionados al pueblo y a la Nación; blo­queo de los fondos ingleses en nuestro país, confiscación de los latifundios de propie­dad de la Corona Inglesa o de sociedades de residentes en el Reino Unido, y de todas las empresas de ese origen; suspensión de todos los pagos a los países que apoyan a los ingleses, hasta tanto cambien su posición al respecto.

3) Urgente ayuda a los desocupados por parte de las municipalidades y provincias, a cargo del Estado Nacional; seguro de desempleo que garantice alimentación, vivienda, transporte y sanidad a los desocupados y sus familias; aumento de emergencia de un millón y medio de pesos para todos los salarios y jubilaciones, con un mínimo de cua­tro millones por 8 horas de trabajo en la ciudad y en el campo y de tres millones para jubilados y pensionados.

4) Empréstito patriótico para la emergencia de la guerra, a ser cubierto principal­mente por los grandes terratenientes y monopolistas, atendiendo al principio de que pa­gue más quien tenga más; congelación de alquileres y censo de viviendas desocupadas destinadas a la especulación, entregándolas a obreros y empleados con un alquiler que no exceda del quince por ciento de su salario.

5) Severo control estatal sobre las empresas y el sector económico relacionado con las necesidades de la defensa nacional; control de los obreros, técnicos y profesionales en las grandes empresas industriales, agrarias y comerciales castigando con la confisca­ción de bienes y el encarcelamiento a quienes acaparen la producción, oculten ingresos, saboteen la producción o no adopten las medidas conducentes a elevarla.

6) Condonación general de deudas usurarias para todos los trabajadores y para los chacareros, empresarios nacionales y empresas públicas, que evite su quiebra y las prohibi­tivas cargas financieras; tierra y créditos para la expansión de la producción agraria e in­dustrial necesaria para sostener el esfuerzo bélico y garantizar el mejoramiento de las condiciones de vida para el pueblo.

7) Estricto control de cambios que evite toda especulación con las monedas ex­tranjeras; reforma monetaria que sanee el peso resguardando los intereses de pequeños y medianos ahorristas y liquidando las tenencias especulativas; medidas de control de la banca con vistas a su nacionalización, única forma de instrumentar una política de fo­mento y desarrollo nacional y derrotar la especulación.

8) Democratización de la enseñanza y mayor presupuesto educacional y sanitario, garantizando una remuneración adecuada a docentes, profesionales e investigadores, y camas y remedios gratuitos en los hospitales y dispensarios; defensa y estímulo a la cul­tura y el arte nacionales, apoyando todas las actividades de expresión popular y en fun­ción de los intereses de la defensa nacional y la unidad latinoamericana.

9) Defensa de las empresas estatales en sectores claves como ferrocarriles y teleco­municaciones, petróleo, energía, acero y pesca; denuncia de todos los compromisos que puedan afectar la capacidad de decisión nacional; nacionalización del comercio exterior para realizar una política de verdadera defensa y diversificación de nuestras exportacio­nes e importaciones.

10) Arreglo pacífico del litigio con Chile sobre la base de la propuesta papal; acuerdos con todos los países de Latinoamérica y demás del Tercer Mundo para fortale­cer los lazos diplomáticos, políticos y económicos, en lucha común contra el impe­rialismo, el hegemonismo y todas las formas de colonialismo.