“Es convicción cada día más arraigada que no menos que la iniciativa cuenta el control con que se ejecute la iniciativa, que los medios y los fines coinciden perfectamente (si bien esto no debe entenderse materialmente) y que se puede hablar de querer un fin solo cuando se sabe predisponer con exactitud, cuidado, meticulosidad, los medios adecuados, suficientes y necesarios (ni más ni menos, no más allá ni más acá de la mira). Convicción también arraigada es que, puesto que las ideas caminan y actúan históricamente con los hombres de buena voluntad, el estudio de los hombres, la selección de los mismos, el control de sus acciones, son tan necesarios como el estudio de las ideas, etc. Por eso toda distinción entre dirigir y organizar (y en el organizar está comprendido el “verificar o controlar”) indica una desviación y a menudo una traición”.
Antonio Gramsci