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02 de octubre de 2010

Discurso en la ceremonia de clausura del onceavo pleno del octavo Comité Central

Mao Tsetung

Con respecto al Noveno Congreso, pienso que es tiempo que hagamos algunos preparativos. Debemos prepararnos para tomar una decisión de cuando el Noveno Congreso tendrá lugar. Ha pasado un buen tiempo, en dos años serán diez años desde la Segunda Sesión del Octavo Congreso. Ahora el Noveno Congreso debe ser realizado, probablemente a un tiempo conveniente el próximo año. Debemos prepararnos ahora para ello. ¿Puedo proponer que encarguemos las preparaciones necesarias al Buró Político y su Comité Permanente?
Si las decisiones tomadas por esta conferencia son correctas o incorrectas será mostrado por hechos futuros. Pero parece que nuestras decisiones son bienvenidas por las masas. Por ejemplo una de las decisiones importantes del Comité Central concierne a la Gran Revolución Cultural1. Las amplias masas de estudiantes y profesores revolucionarios nos apoyan y resisten las políticas del pasado. Nuestra decisión fue basada en su resistencia a las políticas del pasado. Pero si esta decisión puede ser implementada dependerá en última instancia de los dirigentes a todos los niveles, incluyendo aquellos que están presentes hoy y aquellos que no lo están. Tomar por ejemplo la cuestión de apoyarse en las masas. Un camino es implementar la línea de masas. Otro camino es no implementar la línea de masas. De ninguna manera debe tomarse como garantizado que todo lo que está escrito en nuestras resoluciones será implementado por todos nuestros comités de Partido y todos nuestros camaradas. Siempre habrá alguno que no esté deseoso de hacerlo así. Las cosas tal vez están mejores que en el pasado, desde que en el pasado no hemos tomado tales decisiones tan públicamente. Más aun, hay garantías organizativas para la implementación de estas decisiones. Ahora nuestra organización ha realizado algunos cambios. Los ajustes en los miembros plenos y alternos del Buró Político, en el Secretariado y en los miembros del Comité Permanente han garantizado la implementación de la Decisión y Comunicación del Comité Central.
A los camaradas que han cometido errores se les debe ofrecer siempre una salida. Debe permitírseles corregir sus errores. No deben tomar primero el punto de vista que ellos han cometido errores y luego negarles la chance de corregirlos. Nuestra política es "castigar primero las ofensas para evitar su recurrencia y curar la enfermedad para salvar al paciente", "primero observar y después ayudar", y "unidad-crítica-unidad". ¿Tenemos un partido fuera de nuestro Partido? Pienso que tenemos, y que tenemos facciones dentro del Partido. Nosotros acostumbrábamos a criticar al Kuomintang, que decía: "Ningún partido fuera del Partido y ninguna facción dentro del Partido". Alguna gente le puso a eso: "Ningún partido fuera del Partido es autocracia; ninguna facción dentro del Partido es un disparate." Lo mismo se aplica a nosotros. Puedes decir que no hay facciones en nuestro Partido, pero hay. Por ejemplo, hay dos facciones en lo que respecta a la actitud hacia los movimientos de masas. Es solo una cuestión de cual facción es la mayoría y cual es la minoría. Si hubiéramos demorado esta reunión unos pocos meses más, las cosas se hubieran hecho mucho más confusas. Así que es una buena cosa que esta reunión se haya realizado. Ha producido resultados.

NOTA
1. La Resolución del Onceavo Pleno del Comité Central del Partido Comunista de China: los 16 artículos:
1. La gran revolución cultural proletaria que se desenvuelve actualmente, una gran revolución que llega al alma misma de la gente, representa una nueva etapa, aun más profunda y más amplia, en el desarrollo de la revolución socialista en nuestro país.
En la X Sesión Plenaria del Comité Central elegido en el VIII Congreso del Partido, el camarada Mao Tsetung dijo: Para derrocar el Poder político, es siempre necesario ante todo crear la opinión pública y trabajar en el terreno ideológico. Así proceden las clases revolucionarias, y así también lo hacen las clases contrarrevolucionarias. La práctica ha demostrado como totalmente correcta esta tesis del camarada Mao Tsetung.
Aunque derrocada, la burguesía todavía trata de valerse de las viejas ideas, cultura, hábitos y costumbres de las clases explotadoras para corromper a las masas y conquistar la mente del pueblo en el esfuerzo por restaurar el Poder. El proletariado debe hacer exactamente lo contrario: debe propinar golpes despiadados y frontales a todos los desafíos de la burguesía en el dominio ideológico y cambiar la fisonomía espiritual de toda la sociedad utilizando sus propias nuevas ideas, cultura, hábitos y costumbres. Nuestro objetivo actual es aplastar, mediante la lucha, a los que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista, criticar y repudiar a las "autoridades" reaccionarias burguesas en el campo académico, criticar y repudiar la ideología de la burguesía y demás clases explotadoras, y transformar la educación, la literatura y el arte y los demás dominios de la superestructura que no corresponden a la base económica del socialismo, a fin de facilitar la consolidación y el desarrollo del sistema socialista.

2. Las masas de obreros, campesinos, soldados, intelectuales revolucionarios y cuadros revolucionarios constituyen la fuerza principal en esta gran revolución cultural. Un gran número de jóvenes revolucionarios, se han convertido en valientes desbrozadores de caminos. Actúan con firmeza, vigor e inteligencia. Por medio de grandes carteles (dazibaos) y de grandes debates, exponen franca y plenamente sus opiniones, denuncian y critican en profundidad, y lanzan resueltos ataques contra los representantes abiertos u ocultos de la burguesía. En el curso de semejante gran movimiento revolucionario, es inevitable que ellos muestren tales o cuales defectos, pero su orientación revolucionaria fundamental ha sido siempre correcta. Es esta es la corriente principal de la gran revolución cultural proletaria. Es la dirección principal en que la gran revolución cultural proletaria prosigue su avance.
La revolución cultural, por ser una revolución, encuentra inevitablemente resistencia. Esta resistencia proviene principalmente, de aquellas personas infiltradas en el Partido que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista. También proviene de la vieja fuerza de la costumbre de la sociedad. En la actualidad, esta resistencia es todavía bastante fuerte y tenaz. Sin embargo, la gran revolución cultural proletaria es, después de todo, la tendencia general e irresistible. Muchos hechos demuestran que tal resistencia se desmoronará rápidamente una vez que las masas populares sean plenamente movilizadas.
Debido a esta resistencia relativamente fuerte, la lucha experimentará altibajos e incluso repetidos altibajos. Esto no tiene nada de perjudicial. Templará al proletariado, a las demás masas trabajadoras y especialmente a la joven generación, les proporcionara experiencias y lecciones, y les hará comprender que el camino revolucionario es zigzagueante y no llano.

3. El desenlace de esta gran revolución cultural depende de si la dirección del Partido se atreve o no a movilizar audazmente a las masas.
Actualmente, las organizaciones del Partido a los diversos niveles pueden dividirse en cuatro categorías según cómo dirijan la revolución cultural.
1° Hay organizaciones del Partido cuyos responsables se colocan a la vanguardia del movimiento y se atreven a movilizar con audacia a las masas. Ellos ponen en primer lugar el "atreverse", son intrépidos combatientes comunistas y buenos discípulos del Presidente Mao. Estimulan el uso de los dazibao y los grandes debates. Animan a las masas a desenmascarar a los monstruos de toda clase y también a criticar los defectos y errores en el propio trabajo de ellos. Semejante dirección correcta es el resultado de dar prominencia a la política proletaria y tomar al frente el pensamiento de Mao Tsetung.
2° Los responsables de numerosas organizaciones tienen una comprensión muy pobre de la tarea de dirección en esta gran lucha, su dirección está lejos de ser concienzuda y eficaz, y, en consecuencia, se encuentran en una situación débil y de incompetencia. En ellos, el "temor" prima sobre todo; se aferran a los reglamentos y fórmulas anticuadas y no están dispuestos a romper con las prácticas convencionales ni a avanzar. Han sido sorprendidos por el nuevo orden revolucionario de las masas y, como resultado de ello, su dirección ha quedado a la zaga de la situación, a la zaga de las masas.
3° En algunas organizaciones, los responsables que han cometidos errores de uno y otro tipo, dan prominencia en aun mayor grado a su "temor" y tienen miedo a que las masas les pillen sus faltas. En realidad, si ellos hacen una autocrítica seria y aceptan las críticas de las masas, el Partido y las masas los sabrán comprender. Pero si ellos no lo hacen así, cometerán nuevos errores y se convertirán en obstáculos para el movimiento de masas.
4° Algunas organizaciones se hallan controladas por aquellas personas infiltradas en el Partido que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista. Estos individuos tienen un miedo cerval a que las masas los desenmascaren y, por tanto, recurren a todos los pretextos posibles para reprimir el movimiento de masas. Acuden a tácticas tales como desviar la dirección del ataque y llamar negro a lo blanco con el intento de descarrilar el movimiento. Cuando se ven muy aislados y ya no pueden seguir manteniéndose, traman nuevas intrigas, lanzan ataques solapados, difunden falsos rumores y hacen lo imposible para borrar la distancia entre la revolución y la contrarrevolución a fin de atacar a los revolucionarios. Lo que el Comité Central del Partido exige de los comités del Partido a todos los niveles es que persistan en ejercer una dirección acertada; pongan en primer lugar el "atreverse"; movilicen audazmente a las masas; cambien la situación de debilidad e incompetencia allí donde exista; estimulen a aquellos camaradas que han cometido errores pero que están dispuestos a corregirlos, a que desechen sus rémoras mentales y se incorporen a la lucha; y destituyan de sus cargos a aquellas personas que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista, reconquistando la dirección para colocarla de nuevo en manos de los revolucionarios proletarios.

4. En la gran revolución cultural proletaria, solo se puede adoptar el método de dejar que las masas se liberen a sí mismas, y no el de manejar todos los asuntos en su nombre.
Hay que confiar en las masas, apoyarse en ellas y respetar su iniciativa. Hay que desechar el "temor". No se debe temer que se den casos de desorden. El Presidente Mao nos ha dicho frecuentemente que la revolución no puede ser tan fina, tan apacible, tan moderada, amable cortés, restringida y magnánima. Hay que dejar que las masas se eduquen a sí mismas en este gran movimiento revolucionario y aprendan a distinguir entre lo justo y lo erróneo, entre la forma correcta de proceder y la incorrecta.
Es necesario lograr una plena y franca exposición de opiniones haciendo pleno uso de los dazibao y de los grandes debates, de modo que las masas clarifiquen los puntos de vista correctos, critiquen los erróneos y desenmascaren a todos los monstruos. De esta manera, las amplias masas podrán, en el curso de la lucha, elevar su conciencia política, incrementar su capacidad, distinguir entre lo justo y lo erróneo y trazar una clara línea de demarcación entre los enemigos y los propios.

5. ¿Quiénes son nuestros enemigos? ¿Quiénes son nuestros amigos? Esta es una cuestión primordial para la revolución y es también una cuestión primordial para la gran revolución cultural.
La dirección del Partido debe saber descubrir a la izquierda, desarrollar y engrosar las filas de ésta y apoyarse resueltamente en la izquierda revolucionaria. Solo de este modo será posible, en el curso del movimiento, aislar totalmente a los derechistas más reaccionarios, ganarse a los elementos intermedios, unirse con la gran mayoría y lograr, hacia el final del movimiento, unir a más del noventa y cinco por ciento de los cuadros y a más del noventa y cinco por ciento de las masas.
Hay que concentrar todas las fuerzas para asestar golpes al puñado de derechistas burgueses ultrareaccionarios y de revisionistas contrarrevolucionarios y desenmascarar y criticar plenamente sus crímenes contra el Partido, el socialismo y el pensamiento Mao Tsetung a fin de aislarlos al máximo.
El blanco principal del movimiento actual son aquellos elementos en el seno del Partido que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista.
Hay que poner cuidado en distinguir estrictamente a los derechistas anti-Partido y antisocialistas de aquellas personas que apoyan al Partido y el socialismo, pero que han dicho o hecho algo erróneo, o han escrito malos artículos u obras.
Hay que poner cuidado en distinguir estrictamente a los tiranuelos de academia y "autoridades" reaccionarias burguesas de aquellas personas que tienen ideas académicas burguesas ordinarias.

6. Hay que hacer una estricta distinción entre los diferentes tipos de contradicciones: las contradicciones en el seno del pueblo y las existentes entre nosotros y el enemigo. No hay que tratar las contradicciones en el seno del pueblo como las existentes entre nosotros y el enemigo, no tratar las contradicciones entre nosotros y el enemigo como aquéllas en el seno del pueblo.
Es normal que existan opiniones distintas entre las masas populares. La contienda entre opiniones diferentes es inevitable, necesaria y provechosa. En el curso del debate normal y exhaustivo, las masas populares afirmarán lo justo, corregirán lo erróneo y llegarán paso a paso a la unanimidad de criterio.
En el curso de los debates, se debe adoptar el método de presentar los hechos, argumentar y persuadir a otros por medio del razonamiento. Es inadmisible forzar a someterse a la minoría que sostiene puntos de vista diferentes. La minoría debe ser protegida porque a veces la verdad está con ella. Incluso si la minoría tiene puntos de vista equivocados, se le debe permitir defenderse y reservarse sus opiniones. Durante el debate, se debe recurrir al razonamiento y no a la coacción o a la fuerza.
En el curso de los debates, todos los revolucionarios deben saber reflexionar por su propia cuenta y desarrollar el espíritu comunista de pensar con audacia. A condición de que marchen en la misma orientación general, los camaradas revolucionarios debe evitar todo debate interminable sobre problemas secundarios, con miras a fortalecer la unidad.

7. Los dirigentes de algunas escuelas, entidades y equipos de trabajo han organizado contraataques a las masas que les criticaron en sus dazibaos. Han formulado incluso consignas como "oponerse a los dirigentes de una entidad o de un equipo de trabajo es oponerse al Comité Central del Partido, es oponerse al Partido y al socialismo, es contrarrevolución". De este modo, sus golpes recaerán inevitablemente sobre algunos auténticos activistas revolucionarios. Esto constituye un error de orientación y de línea, y es absolutamente inadmisible.
Cierto número de personas con graves errores ideológicos y, en particular, algunos derechistas anti-Partido y antisocialistas, aprovechándose de ciertos defectos y errores surgidos en el movimiento de masas, difunden falsos rumores y chismes y se entregan a la demagogia, tildando deliberadamente de "contrarrevolucionarios" a componentes de las masas. Es preciso precaverse de los rateros de este tipo y denunciar a tiempo sus tretas.
Excepto los casos de contrarrevolucionarios activos sobre los que exista clara evidencia de asesinato, incendio, envenenamiento, sabotaje, robo de secretos del Estado, quienes debe ser tratados de acuerdo a la ley, no se tomarán medidas contra los estudiantes de las universidades, institutos y escuelas secundarias y primarias por problemas surgidos en el curso del movimiento. Para evitar que la lucha se desvíe de su objetivo principal queda prohibido, cualquiera que sea el pretexto, incitar a las masas o a los estudiantes a luchar entre sí; incluso en lo que se refiere a los verdaderos derechistas, sus casos debe ser tratados en una etapa posterior del movimiento según la situación de cada uno.

8. Los cuadros pueden clasificarse, en líneas generales, en las siguientes cuatro categorías:
1) buenos,
2) relativamente buenos,
3) aquellos que han cometidos graves errores pero que aun no son derechistas anti-Partido y antisocialistas,
4) el reducido número de derechistas anti-Partido y antisocialistas.
En circunstancias ordinarias, las primeras dos categorías (buenos y relativamente buenos) constituyen la gran mayoría.
A los derechistas anti-Partido y antisocialistas hay que desenmascararlos a fondo y derribarlos, aplastarlos, desacreditarlos completamente y eliminar su influencia. Al mismo tiempo, se les debe dar una salida de modo que puedan iniciar una vida nueva.

9. En la gran revolución cultural proletaria han comenzado a surgir muchas cosas nuevas. Los grupos y comités de la revolución cultural y otras formas de organización creadas por las masas en numerosas escuelas y entidades son cosas nuevas de gran importancia histórica.
Los grupos, comités y congresos de la revolución cultural son las mejores formas nuevas de organización mediante las cuales las masas se educan a sí mismas bajo la dirección del Partido Comunista. Constituyen el mejor puente por medio del cual nuestro Partido se mantiene en estrecho contacto con las masas. Son órganos del poder de la revolución cultural proletaria.
La lucha que sostiene el proletariado contra la vieja ideología, cultura, hábitos y costumbres dejados a lo largo de miles de años por todas las clases explotadoras, se prolongará necesariamente por un período muy, muy largo. Por lo tanto, los grupos, comités y congresos de la revolución cultural no deben ser organizaciones provisionales, sino organizaciones de masas permanentes y duraderas. Son adecuadas no solo para las escuelas y las instituciones, sino en lo fundamental también para las fábricas, minas y otras empresas, para los barrios y aldeas.
Es necesario practicar un sistema de elecciones generales, semejante al de la Comuna de París, para elegir a los miembros de los grupos y comités de la revolución cultural y a los delegados a los congresos de la revolución cultural. Las listas de candidatos deben ser presentadas por las masas revolucionarias luego de plenas discusiones, y las elecciones, celebradas después de que las masas hayan discutido las listas una y otra vez.
Las masas pueden criticar en cualquier momento a los miembros de los grupos y comités de la revolución cultural y a los delegados electos a los congresos de la revolución cultural. Si estos miembros o delegados demuestran ser incompetentes, pueden ser sustituidos mediante elecciones o destituidos por las masas después de discutirlo.
Los grupos, comités y congresos de la revolución cultural en los centros docentes deben estar compuestos principalmente por estudiantes revolucionarios. Al mismo tiempo, deben incluir a un cierto número de representantes de los profesores y empleados revolucionarios.

10. Es una tarea de suma importancia en la gran revolución cultural proletaria transformar el antiguo sistema educacional y los antiguos principios y métodos de enseñanza.
En esta gran revolución cultural hay que acabar totalmente con la dominación de los intelectuales burgueses sobre nuestros centros docentes.
La política formulada por el camarada Mao Tsetung de que la enseñanza debe servir a la política proletaria y combinarse con el trabajo productivo, tiene que aplicarse en todo tipo de escuelas, para que todos los que reciben la educación se desarrollen moral, intelectual y físicamente y lleguen a ser trabajadores cultos y con conciencia socialista.
El período de estudios debe acortarse. Las asignaturas deben ser menos y mejores. El material de enseñanza debe ser cabalmente transformado, en algunos casos comenzando por simplificar el material complicado. La tarea principal de los estudiantes es estudiar, pero deben también aprender otras cosas. Es decir, no solo deben estudiar los libros, sino que aprender el trabajo industrial, la agricultura y los asuntos militares y, cuando se presente el caso, tomar parte en la lucha de la revolución cultural para criticar a la burguesía.

11. En el curso del movimiento revolucionario cultural de masas, la crítica de las ideologías burguesa y feudal debe ser muy bien combinada con la difusión de la concepción proletaria del mundo y del marxismo-leninismo, pensamiento de Mao Tsetung.
Se debe organizar la crítica a los representantes típicos de la burguesía que se han infiltrado en el Partido, y a las típicas "autoridades" reaccionarias burguesas en los campos académicos, incluyendo a todo tipo de puntos de vista reaccionarios en la filosofía, la historia, la economía política y la pedagogía, en las obras y teorías literarias y artísticas, en las teorías de las ciencias naturales, así como en otros campos.
La crítica a una persona por su nombre en la prensa debe ser decidida, después de una discusión por el comité del Partido al nivel correspondiente, o en algunos casos, sometida a la aprobación del comité del Partido al nivel superior.

12. En el movimiento actual debe seguir aplicándose la política de "unidad, crítica, unidad" hacia los científicos, técnicos y personal en general, siempre que sean patriotas, trabajen con energía, no se opongan al Partido ni al socialismo, y no mantengan relaciones ilícitas con ningún país extranjero. Hay que proteger a los hombres de ciencia y al personal científico y técnico que han hecho contribuciones. Se debe ayudarlos a transformar gradualmente su concepción del mundo y su estilo de trabajo.

13. Las instituciones culturales y educacionales y los organismos dirigentes del Partido y del Gobierno en las ciudades grandes y medianas son los puntos focales de la actual revolución cultural proletaria.
La gran revolución cultural ha enriquecido el movimiento de educación socialista en la ciudad y en el campo y lo ha llevado a un nivel aun más alto. Hay que realizar aquella combinación con este último. Las diversas regiones y departamentos pueden tomar medidas a este respecto a la luz de las condiciones específicas.
En aquellas zonas rurales y empresas urbanas donde se está desarrollando el movimiento de educación socialista, éste no debe ser perturbado y debe proseguir de acuerdo con los planes originales si éstos son adecuados y el movimiento marcha bien. Sin embargo, las cuestiones planteadas en la actual gran revolución cultural proletaria deben ser sometidas, en el momento apropiado, a la discusión de las masas, a fin de promover aun más vigorosamente la ideología proletaria y erradicar la ideología burguesa.
En algunos lugares se toma la gran revolución cultural proletaria como centro para impulsar el movimiento de educación socialista y realizar una limpieza en los terrenos político, ideológico, organizativo y económico. Se puede proceder de esta manera donde el comité del Partido lo considere adecuado.

14. La gran revolución cultural proletaria tiene por objetivo hacer más revolucionaria la conciencia del hombre, lo que permitirá conseguir más, más rápidos, mejores y más económicos resultados en todos los campos de nuestro trabajo. Si las masas populares son plenamente movilizadas y se hacen arreglos apropiados, es posible llevar a cabo tanto la revolución cultural como la producción sin que sea afectada ni una ni otra, y garantizar una elevada calidad en todo nuestro trabajo.
La gran revolución cultural proletaria es una poderosa fuerza motriz para el desarrollo de las fuerzas productivas sociales en nuestro país. Es incorrecto todo punto de vista que contraponga la gran revolución cultural al desarrollo de la producción.

15. En las fuerzas armadas, la revolución cultural y el movimiento de educación socialista deben realizarse con arreglo a las instrucciones de la Comisión Militar del Comité Central del Partido y del Departamento Político General del Ejército Popular de Liberación.

16. En la gran revolución cultural proletaria, es indispensable mantener en alto la gran bandera roja del pensamiento de Mao Tsetung y poner en el puesto de mando la política proletaria. Debe ser impulsado adelante entre las amplias masas de obreros, campesinos y soldados y de cuadros e intelectuales, el movimiento para el estudio y aplicación creadores de las obras del Presidente Mao, y debe tomarse el pensamiento Mao Tsetung como guía para la acción en la revolución cultural.
En esta gran revolución cultural compleja, los comités del Partido a todos los niveles tienen mayor necesidad de estudiar y aplicar concienzuda y de manera creadora los escritos del Presidente Mao. En particular, deben estudiar repetidamente las obras del Presidente Mao referentes a la revolución cultural y los métodos de dirección del Partido, tales como "Sobre la nueva democracia", "Charlas en el foro de Yenan sobre literatura y arte", "Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo", "Discurso ante la Conferencia Nacional del Partido Comunista de China sobre el trabajo de propaganda", "Acerca de algunos problemas de los métodos de dirección" y "Métodos de trabajo de los comités del Partido".
Los comités del Partido a todos los niveles deben atenerse a las directivas dadas por el Presidente Mao a lo largo de los años, aplicar cabalmente la línea de "de las masas, a las masas" y ser alumnos de las masas antes de convertirse en sus maestros. Deben esforzarse por evitar la unilateralidad y estrechez de miras. Deben promover la dialéctica materialista y oponerse a la metafísica y al escolasticismo.
Bajo la dirección del Comité Central del Partido encabezado por el camarada Mao Tsetung, la gran revolución cultural proletaria logrará sin duda una brillante victoria.