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28 de octubre de 2020

Sacarse las anteojeras que llevan a un camino estéril

Distinguir los colores

El querido camarada Jorge Rocha, secretario de Organización de nuestro Partido hasta su fallecimiento en el 2008, para polemizar con ciertos sectores de la izquierda solía citar una frase de un famoso artista argentino, Luis Sandrini, que en una escena de la película Los duendes cazan perdices decía “¡La vieja ve los colores!”. Jorge decía que muchos dirigentes políticos e intelectuales, a diferencia de “la vieja” no ven los colores, es decir, no distinguen los distintos sectores, ni entre las clases dominantes ni entre los sectores populares.

La anécdota viene a cuento hoy, cuando se remozan viejas recetas que supuestamente explican todo lo que sucede en la realidad, e indicarían el rumbo a seguir para las fuerzas clasistas y revolucionarias, en nuestro país y en toda América Latina.

Todos los días vemos análisis basados en el “neoliberalismo” como fuente de todos los males, el uso excluyente de categorías como “la izquierda” o “la derecha” a la hora de catalogar a determinados actores políticos y sociales, la supuesta fuerza imparable del “capitalismo global”, poner como contradicción principal en el mundo “países centrales versus países periféricos”, y un largo etcétera que no desarrollamos para no aburrir.

Dejemos para otra nota la historia del uso de algunas de estas “categorías”, que supieron tener momentos de auge en otras décadas, como en los ‘70 del siglo pasado.

El problema central de analizar desde esta óptica la convulsionada realidad nacional e internacional es que abandona por “obsoleta” la categoría del imperialismo, la división del mundo entre países imperialistas y países coloniales, semicoloniales y dependientes, así como la disputa entre potencias imperialistas.

Así, la dependencia que es una de las cadenas que nos estrangula junto al latifundio terrateniente, se diluye, y con ella la disputa feroz que existe entre las distintas potencias por nuestra patria y el conjunto de América.

Como Partido hemos aprendido, con el maoísmo y en una práctica de más de 50 años, que es fundamental “distinguir los colores” tanto entre las potencias imperialistas como entre los distintos sectores de las clases dominantes nativas (sean burgueses intermediarios, terratenientes o reaccionarios de todo pelaje),  y su subordinación a tal o cual imperialismo, para poder definir en cada momento hacia quién dirigir el golpe principal para que avance la lucha liberadora.

También, que “la izquierda” y “la derecha” no alcanzan a explicar ni por asomo la variedad de sectores dentro del campo popular, ni en nuestro país ni mucho menos en América Latina.

Porque de lo que se trata es de tener un conocimiento correcto de cómo es la Argentina para poder trazar el camino que nos lleve a la tan necesaria revolución democrático-popular, agraria y antiimperialista en marcha ininterrumpida al socialismo, como plantea el Programa de nuestro Partido.

Y hemos aprendido que es fundamental “distinguir los colores” para que el Partido acierte en la táctica política, identificando al enemigo principal en cada momento, así como las fuerzas aliadas, cuáles los sectores que hay que neutralizar y hasta con quienes golpear juntos en determinadas circunstancias.

Nada de esto es posible con categorías y concepciones tan de moda como las que mencionamos, pero que no por eso dejan de ser expresiones revisionistas del marxismo-leninismo-maoísmo. Son como esas “anteojeras” ideológicas y políticas que operan como un yugo, de las que hablaba nuestro querido secretario general Otto Vargas. Ideológicas porque “obligan a bajar la cabeza”, y políticas porque señalan un camino.

Un camino estéril que nos aleja del objetivo revolucionario. Porque sonará muy de “izquierda” despotricar contra las clases dominantes en su conjunto, pero esto sólo lleva a ver al enemigo tan unido y poderoso, que mejor dedicarse a otra cosa porque la revolución es imposible.

Por eso preferimos seguir el camino que venimos recorriendo, de encabezar las luchas por los problemas económicos, sociales y principalmente políticos de las masas, hoy en la Argentina defendiendo la unidad de los Cayetanos y del Frente de Todos, en la pelea porque nuestro PCR crezca y arraigue entre las y los trabajadores y el pueblo.

Porque sin “distinguir los colores”, golpeando principalmente a los sectores de las clases dominantes alineados con el macrismo manteniendo nuestra independencia ideológica, orgánica y política, seremos los reyes de los análisis puristas, pero lejos vamos a estar de ser vanguardia reconocida en la lucha por destruir este Estado oligárquico imperialista que hoy sufrimos.

 

Escribe Germán Vidal

Hoy N°1838 28/10/2020