Casi 19 mil maestras y maestros se encuentran acampando, de “plantón” como dicen en México, cubriendo totalmente la Plaza de la Constitución, conocida como El Zócalo (el doble de tamaño de nuestra Plaza de Mayo), frente al Palacio Nacional, la sede del gobierno en la Ciudad de México.
Allí recibió a nuestro semanario la compañera Citlalli De Jesús Ortiz, dirigente de la CNTE, quien comienza contando el origen de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, “una disidencia al interior del Sindicato Nacional de Trabajadores”, surgida en 1979, y que reivindica el trabajo dentro del SNTE. Cuenta Citlalli que la CNTE surge como una herramienta que une a las y los maestros disconformes con la dirección del sindicato “con una importante participación de sectores del movimiento obrero, y sectores políticos como los que reivindican el marxismo leninismo, en momentos de auge del movimiento guerrillero. La Coordinadora tiene un fuerte sentido de pertenencia de clase.
“Seguimos siendo afiliados al sindicato y luchamos desde su interior. En el país tenemos 32 estados, dentro de los cuales tenemos secciones, nacionales o federales y estatales, entonces en total tenemos cerca de 39 contingentes a lo largo y ancho del país. Algunos, una representación pequeña, sencilla, humilde y en otros un movimiento muy poderoso, como Oaxaca y Chiapas, en Michoacán, Guerrero y la propia Ciudad de México”.
Citlalli resalta que la CNTE siempre ha sido oposición a los gobiernos, resumiendo algunas de las políticas “de carácter neoliberal, que arrancaron muchos derechos a los trabajadores”, porque “nuestra movilización no es nueva, como dicen en algunos medios, que por qué damos esta lucha en este momento, cuando hace poco asumió un gobierno que, hay que decirlo, tiene un amplio reconocimiento entre la población”.
La compañera recuerda que en el 2005 el gobierno de entonces quiso implementar reformas en el área de seguridad social, que fueron frenadas por la lucha. Los intentos siguieron, y tras la derrota de un gran movimiento en Oaxaca, con una gran represión, en el 2007 el gobierno de Felipe Calderón impuso una reforma a la Ley de Seguridad Social y al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que consiste en la privatización del sistema jubilatorio, y un aumento en la edad de las jubilaciones.
“Esta reforma implicó eliminar el sistema colectivo de pensiones, y pasar a uno de cuentas individuales, con lo que el dinero de los trabajadores pasó a manos de la oligarquía financiera. Y el otro punto es que los trabajadores de la educación ahora por lo menos tienen que tener entre 65 y 67 años de edad para poder jubilarse, cuando anteriormente era suficiente con los años de servicio para jubilarse, 28 años mujeres, 30 años hombres independientemente de la edad.
“Esto implicó un tope al monto de las jubilaciones de los compañeros, cuando anteriormente algunos docentes, por antigüedad y por preparación tenían jubilaciones decorosas. Ahora hay un tope de 10 salarios mínimos, y además esto llevó a que el sistema de salud esté por los suelos”.
Luego refiere De Jesús Ortiz que en estos años, si bien no lograron voltear esta reforma, han procedido por la vía judicial, consiguiendo cerca de 2,5 millones de amparos, con lo que se consiguió rescatar aspectos de la ley anterior. “Tenemos dos tipos de trabajadores, los que nos regimos todavía por la ley previa al 2007 y todos los compañeros que a partir del primero de abril de 2007 entraron a este régimen”.
“Organizamos el descontento de manera unitaria”
Dice Citlalli que el actual gobierno de Claudia Sheinbaum presentó en febrero una propuesta de reforma a la ley del ISSSTE, y que no cumplió. Un aspecto de la ley que quieren derogar implica que los gobiernos estatales se quedan con los aportes de las y los docentes, y no entregan ese dinero a la Federación, con lo que sumado lo que se quedaron los distintos estados son más de 90 mil millones de pesos, deuda que fue condonada durante el gobierno de López Obrador.
Luego quisieron hacer un nuevo descuento a los salarios netos, para volver a fondear el ISSSTE, totalmente desfinanciado, lo que provocó gran indignación entre las y los docentes, desatando una oleada de movilizaciones y paros escalonados, desde finales de febrero hasta hoy.
“La disconformidad estaba desorganizada”, dice nuestra entrevistada, “cada cuál salía por su lado. Finalmente logramos ponernos de acuerdo para organizar ese descontento y salir de manera unitaria. Y lanzamos esta pelea el 15 de mayo, incluso con un llamamiento a la huelga nacional, porque están afectados arriba de 3.5 millones de trabajadores al servicio del Estado, y los trabajadores de la iniciativa privada. Por eso en el plantón están también sindicatos docentes que no son de la CNTE, y de trabajadores de la salud”.
En el Zócalo, y en las calles aledañas, hay centenares de carpas de las distintas secciones de la CNTE, en medio del paso de turistas y trabajadores que se desplazan entre las sogas que sostienen largos plásticos que protegen parcialmente el acampe de las lluvias que se descargan prácticamente todas las tardes.
Sobre la organización del plantón nos cuenta Citlalli que la mayoría de los participantes viene de Oaxaca, estado cuya capital está a 500 kilómetros de la Ciudad de México (CDMX), y que tienen mucha experiencia de lucha. Allí somos arriba de 84000 trabajadores, organizados en 900 secciones. Cada delegación tiene su propio comité, que es el responsable de garantizar la lona, los mecates, la luz, organizar a los compañeros, y todo lo necesario para el acampe.
Al momento de la entrevista, la CNTE, además del plantón realizaba bloqueos de calles y rutas en toda la capital, incluso uno muy grande frente a uno de los aeropuertos, en medio de las negociaciones con el gobierno.
Sobre la toma de resoluciones, la compañera nos decía que “La coordinadora tiene, una instancia organizativa que se llama Asamblea Nacional Representativa, donde llegamos los delegados de todas las secciones, la asamblea delibera, pero la toma final de decisiones es la consulta de las bases. Obviamente todas las fuerzas se mueven, las del Estado, las de los movimientos organizados, la tendencia democrática, la tendencia revolucionaria, todo se mueve y después de un análisis, los compañeros deciden si aceptan o no las propuestas”.
“La CNTE tiene el 22 principios que lo rigen, uno de ellos movilización, negociación, movilización. Es la base para que nuestra Comisión Nacional única de negociación, que es la que se sienta con el gobierno, con el estado, pues tenga posición de fuerza y pueda negociar en buenas condiciones”.
“Este plantón ya es una victoria política”
Finalmente, sobre las perspectivas del conflicto, la dirigente docente afirmaba: “Quisiera que los habitantes de Argentina, y los militantes del PCR, supieran que para nosotros el estar en estas condiciones, en este momento en una movilización de tal magnitud es ya una victoria política, que reivindica el papel de la Coordinadora y que pone al centro el carácter neoliberal que mantiene este régimen.
“Los compañeros están muy preocupados e interesados en cómo va a ser su vida en el futuro. Siempre va a haber generaciones nuevas, ¿no? Pero la misma dinámica del capitalismo, de la enajenación, también a veces juega en contra de los movimientos. Hay apatía, hay desinformación, las redes a veces son las que nos informan, también contra eso batallamos.
“Me parece que en medio de esto, entre los compañeros más afectados hay esta necesidad de que sí podemos arrancar algo. Ya hubo un primer ofrecimiento, que es peor de lo que nos había ofrecido Andrés Manuel López. Obrador. Con lo que nos vayamos, poco o mucho, esta es una escuela sindical para los casi 19.000 compañeros que están movilizados. Es una escuela para la lucha de clases y eso le da esperanza al movimiento organizado en México. Me parece que esa es la principal virtud que va a tener este plantón. Por donde lo veamos, independientemente de los logros de la negociación, este movimiento, esta huelga nacional es una victoria en sí misma”, concluye De Jesús Ortiz.
hoy N° 2062 04/06/2025