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10 de agosto de 2011

Definieron la continuidad y profundización del plan de lucha comenzado tras el receso de julio. Cinco días de paro en dos semanas y una nueva movilización provincial. Repudio a la represión en Jujuy.

Docentes entrerrianos vuelven al paro

Hoy 1381 / Congreso de Agmer

Agmer sesionó nuevamente en Congreso, esta vez en Villa Urquiza (departamento Paraná), ciudad en la que el gremio consiguió hace pocas semanas la apertura de una nueva escuela secundaria para jóvenes y adultos (ESJA), con el objetivo de resolver una necesidad postergada para los vecinos y las familias de la zona. Allí, los congresales de la entidad, con el mandato elaborado en asambleas en las escuelas de toda la provincia, definieron continuar y profundizar el plan de lucha que había comenzado el 25 de julio con un paro de 48 horas y una multitudinaria movilización provincial. Se acordó realizar cinco paros en agosto: los días 3, 4, 9, 10 y 11, con movilización provincial el 11.
El congreso, además, sesionó “en repudio a la represión ocurrida en Jujuy, y en repudio a la profundización de la represión como respuesta a los reclamos sociales”.
 

Cosas claras
Los motivos de la persistencia de la lucha por parte de los trabajadores de la educación, a esta altura ya son más que conocidos. Lo han manifestado una y mil veces: “Plata hay”, han dicho, para resolver las necesidades presupuestarias de la educación entrerriana, sus escuelas, los comedores escolares, y las postergaciones salariales de los docentes. “Salario igual a la canasta familiar real (no la que mide el Indec)”, es lo que se han puesto como meta hace tiempo.
La lucha del gremio docente en Entre Ríos viene de hace mucho tiempo. De todos modos, sabido es también que desde que asumió la conducción Rojo y Negro en el gremio (con César Baudino como secretario general, en marzo de 2009), y meses antes en la Vocalía (con el equipo conducido por la vocal Susana Cogno), con una posición de independencia frente a los gobiernos provincial (la patronal directa de sus representados) y nacional, el oficialismo ha profundizado su decisión de aplastar, dividir y aislar la pelea de los maestros. Así, el urribarrismo, aplicando políticas que el kirchnerismo desarrolló a nivel nacional (de las que la conducción oficialista de Ctera parece ni enterarse), se mantuvo indoblegable hasta ahora con el descuento salarial y la no devolución de los días de huelga. Además, el gobierno se ha negado a escuchar, dialogar, negociar, y todo eso que le piden sólo a los trabajadores, por el único motivo de que el gremio que tiene enfrente no aplica el “sí a todo” al que otras organizaciones parecen haberlo acostumbrado. Finalmente, ha intervenido más que casi ningún otro gobierno en la vida interna del sindicato, no sólo apoyando a la agrupación históricamente aliada (Celeste y sus variantes, que dirigen 10 de las 17 seccionales de Agmer), sino también trabajando la traición hacía la Rojo y Negro con la creación de un nuevo brazo sindical oficialista: la agrupación Paulo Freire.
Nada de esto, sin embargo, pudo debilitar una lucha que, impulsada y conducida por Agmer, renace constantemente, balancea sus propios recorridos, e intenta encontrar de diversas formas los flancos por donde pegarle a las políticas del gobierno para conseguir sus reivindicaciones.
Desde la agrupación Ana Sosa saludamos y nos sentimos orgullosos de este plan de lucha construido desde bien abajo en cada asamblea de escuela, con la participación de cada docente. Confiamos en la justeza, oportunidad y efectividad de las medidas resueltas por nuestro congreso. La masividad del acatamiento, unida a la coherencia, práctica democrática y convicción de nuestra conducción Rojo y Negro son garantías del triunfo.
Con una marcha de miles como puntapié inicial, los trabajadores de la educación saben que la lucha será larga, como siempre, y dura. Pero saben también que, como siempre, si la pelean en la calle, explicándosela a los padres de sus alumnos y a sus vecinos, construyendo caminos para la comunicación propios, discutiendo en asambleas, y de nuevo a la calle, buscando la unidad con otros sectores en lucha (como la CTA Paraná y la CCC); saben también que no es en vano. Que cada reivindicación conseguida en la historia de su gremio fue conseguida de este modo: luchando. Y que si la escuela pública sigue en pie, es también por esta lucha, por esta historia. Saben, y lo pueden decir mirando a sus alumnos y a sus padres y a sus propios hijos a los ojos, que no es en vano. Que nunca lo fue.