Noticias

02 de octubre de 2010


Documentos aprobados en la Conferencia Permanente del Partido Comunista Revolucionario

4 y 5 de abril de 1969

Resolución de la Conferencia Permanente del PCR

1. Sobre la unidad de acción del Partido durante el período preparatorio del Congreso: la línea del Partido es la línea elaborada por el Comité Nacional que actúa como Estado Mayor del Partido.

Resolución de la Conferencia Permanente del PCR

1. Sobre la unidad de acción del Partido durante el período preparatorio del Congreso: la línea del Partido es la línea elaborada por el Comité Nacional que actúa como Estado Mayor del Partido.

2. Sobre la preparación del Congreso y la actividad política del Partido en este periodo: Las organizaciones partidarias deberán combinar durante el mismo la discusión en los organismos del Partido con la actividad política entre las masas, teniendo como eje la preparación del Congreso del Partido y tratando de encontrar las formas concretas, prácticas, de realización de las reuniones partidarias y de las formas concretas de actividad política que asegurando la discusión para el Congreso no conviertan al Partido en un ateneo de discusión, lo que aparejaría perder posiciones en la clase obrera y en los organismos de masa en los que actuamos.

3. Las Tesis para el XIII Congreso son la base de discusión para el mismo. La Conferencia Permanente autoriza al Comité Nacional a editar sus opiniones complementarias de la misma para ser agregadas a la discusión.

4. Se aprueba una recomendación metodológica para la discusión de las Tesis, no imperativo, que publicará Nueva Hora N° 26.

5. Se aprueban fechas topes para la realización de las Asambleas de delegados zonales para el Congreso.

6. Los Comités de Zona no editarán boletines de discusión. Editarán sí las resoluciones de los organismos de la zona y los harán conocer previamente a la Asamblea de delegados de la zona por los otros organismos zonales.

7. Se consideran Comités Zonales constituidos del Partido los de las zonas: 1; 2; 3; 4; 5; 6; 7; Universitarios de Capital; Secundarios; Profesionales; Cultural; La Plata; Rosario; Córdoba; Mendoza, Tucumán; Pergamino; Corrientes y Bahía Blanca. Las zonas no constituidas a la fecha de realización de la Conferencia Permanente enviarán al Congreso un veedor sin derecho a voto.

8. La Conferencia Permanente del Partido continuará existiendo hasta el Congreso del Partido. El Comité Nacional queda autorizado a invitar a las reuniones de la misma a otros camaradas sin derecho a voto.

9. Se resuelve realizar hasta el Congreso reuniones periódicas de secretarios de zona -en periodos de diez días- para controlar la marcha de los preparativos al Congreso y contribuir a resolver los problemas que surjan en los mismos.

10. Los cotizantes de cada Comité Zonal se controlarán a través del pago al Comité Nacional del 20% de las cotizaciones cobradas.

11. Todos los materiales que se editen para el Congreso en el futuro (opiniones complementarias del Comité Nacional; Boletín de discusión; resoluciones de organismos, etc.) son internos y queda prohibida su difusión fuera del Partido.

Resolución sobre el Informe del Comite Nacional

I

En la Conferencia del Partido se realizó un debate sobre el Informe del Comité Nacional. La Conferencia aprobó el mismo por unanimidad y resolvió emitir una resolución que lo explicitara, sobre todo en la parte que caracteriza la actual crisis. A ello tiende la presente resolución.

II

Como se expone en el Informe, la crisis actual ha puesto en el centro del debate:

La metodología de construcción y desarrollo del Partido y la crítica a la concepción centralista burocrática del mismo.

– Que tal método antileninista deviene y es parte a la vez de una concepción general reformista sobre el Partido.

Que se puso en evidencia al avanzar el Partido hacia una ruptura global con el reformismo.

– Que entró, como parte de dicho proceso de avance teórico-político, en crisis y devino en contradicción esencial, a resolver como momento concreto para permitir el debate y desarrollo del conjunto de la problemática planteada.

– Que al persistirse en el error y tardar en resolverse, agudizó tal contradicción hasta hacer crisis con los signos y consecuencias expuestas.

Que para resolver la misma hoy día, es necesario batir tal concepción centralista burocrática, para así abrir cauce a un debate y desarrollo del conjunto de la problemática teórico-política planteada al Partido y al propio accionar político entre la clase y las masas populares.

– Que el instrumento orgánico central de resolución de la crisis actual es la apertura y realización del Congreso partidario.

III

Como es conocido, el Informe en su primer capítulo analiza los signos más evidentes de la crisis. Dicho sea de paso, es de observar que tanto las manifestaciones de la situación actual como las respuestas a la misma elaboradas por organismos y compañeros, han evidenciado de por sí lo que es una de las consecuencias más nocivas del centralismo burocrático. Una parte importante del Partido, al ir quedando al margen de la discusión en torno a su rumbo, estado real, cuadros, etc., ha ido quedando imposibilitada de dar respuestas acordes a la problemática general de todo el Partido, del conjunto de su actividad.

Tal situación es conveniente para una Dirección que pretende ocultar sus posiciones, que tiene una línea reformista que ha perdido de vista la revolución, como acontecía con el CC codovillista, pero es inconcebible para quien quiera construir un partido realmente de vanguardia del proletariado, compenetrado profundamente de la estrategia a seguir, capaz de actuar como un solo hombre frente al enemigo y en la complejidad política y militar.

Pero siguiendo con lo anterior. El Informe, decíamos, define en su primer capítulo los signos más importantes de la crisis, y posteriormente analiza nuestra concepción centralista burocrática sobre uno de los aspectos esenciales de la teoría de Partido. Concepción incapaz de incorporar al conjunto del Partido a la elaboración y a la acción en forma permanente y creadora y a la acción política concreta. Tal concepción presidió una resolución incorrecta del entronque de la concepción del Estado Mayor, de la homogeneización, de la resolución Congreso-práctica política que llevó a no impulsar el primero y al caer en dicho error también afectó el propio accionar político.

El análisis crítico del centralismo burocrático nos lleva ahora a valorar dicho proceso desde un ángulo cualitativamente superior.

Se analiza a renglón seguido las deformaciones a que llevó la misma y la responsabilidad que le cupo al Comité Nacional.

Como se expresa en el Informe, una teoría sobre la metodología de construcción y desarrollo de Partido no puede estar desligada de una concepción global teórico-política. Tan errado sería negar la especificidad de los temas y la influencia que los mismos tienen en periodos históricos concretos como negar una relación dialéctica de los mismos y su interacción. Por ello junto a analizar el proceso vivido por el Partido, se trataba de analizar:

– ¿Por qué persistió el centralismo burocrático?

– ¿En qué momento y por qué razón la contradicción antedicha se ponía al rojo vivo, transformándose en contradicción esencial?

– ¿Por qué se agudizó la situación hasta hacer crisis?

Y para ello se tornó necesario hacer un análisis de nuestro proceso teórico-político, de aquellos elementos que son el motor del mismo.

Solo sobre esta base es que podíamos ubicar y caracterizar correctamente la crisis actual del Partido y trazar caminos de superación.

IV

A tales interrogantes se responde en el capítulo VI. En efecto, la concepción centralista burocrática se muestra crudamente incapaz de garantizar el desarrollo teórico-político-militar del Partido cuando éste comienza a tomar conciencia de la empresa histórica que debe construir.

La creciente conciencia del Partido se manifiesta en:

1. Que debe batir, no solo los picos más elevados de la desviación sino la desviación misma; cuestión que no estuvo clara en el momento de la ruptura.

2. Que tal empresa no solo es nacional sino internacional.

3. Que para transitar tal camino se requiere un desarrollo creador de la teoría marxista-leninista en la realidad argentina y mundial actual.

4. Que ello impone analizar las leyes de dicha construcción teórica, y entre otras cuestiones analizar el proceso vietnamita, coreano, cubano, etc., para mejor comprender la relación dialéctica teoría-práctica.

5. Que ello es imprescindible para evitar tanto el oportunismo como el infantilismo de izquierda y evitar así una vez más una triste y castrada experiencia revolucionaria.

La creciente conciencia, repetimos, de que dicho proceso era simultáneo con nuestra penetración en la clase, con nuestra acción política y militar, con la necesidad de contar con un potente y eficaz aparato organizativo y militar y de que todo ello deberíamos hacerlo desde un plano cualitativamente superior, puso abiertamente al desnudo que para tal empresa se requería una metodología de partido capaz de lograr una participación real del conjunto de organismos y compañeros.

O sea que nuevas definiciones teórico-políticas, que por el momento transitan más el camino de la negación de lo anterior que los caminos de la creación superadora, cosa por otra parte lógica y natural y que no niega lo que de salto cualitativo hay en las mismas, pusieron al rojo vivo la contradicción entre este avance, entre esta necesidad teórico-política y un método centralista burocrático.

Tal salto cualitativo en el nivel antedicho, al tiempo que contribuía a descubrir lo erróneo y perjudicial del centralismo burocrático, imponía la necesidad también de cambiar cualitativamente en este aspecto de la teoría de Partido. En efecto, está claro ahora que también en este terreno no habíamos roto de raíz con el reformismo y el burocratismo sino con los picos más notorios del mismo. El solo hecho de "escuchar" a alguien, de evitar calificativos que impidiesen la polémica, de "absorber" ideas, fue un cambio radical, pero lejos estábamos de entender lo que significaba la circulación de ideas dentro del Partido, su proceso de discusión y definición, sus características y periodos pre-Congreso y periodos normales en la vida de Partido, sus rasgos histórico-concretos en periodos políticos concretos, el verdadero sentido y contenido del monolitismo de un partido y de la unidad de acción, el rol clave en este proceso de el Estado Mayor y del periódico, etc.

Tal contradicción al no resolverse acertada y rápidamente se fue agudizando hasta hacer crisis con las consecuencias anteriormente apuntadas. De tal modo, la crisis deviene al mantenerse tal incorrespondencia. Para resolver tal contradicción es necesario hoy día, en primer lugar, caracterizar y batir la concepción centralista burocrática. Y por ello es que se ha denominado a este problema teórico el cuello de botella a trasponer. De allí surge la necesidad de batir al centralismo burocrático, poner en vigencia una metodología leninista que ubique al Partido en una senda capaz de ir resolviendo el conjunto de los problemas.

Y volvemos, claro está, a la estrecha relación dialéctica de los problemas planteados. Pero es necesario ubicar en el tiempo y desarrollo concreto de nuestro Partido aquellos escollos prioritarios a resolver en su especificidad para que, como partes de un todo, permitan desarrollar el todo.

Resolver la crisis como plantea el Informe, ubicando "una nueva relación cualitativamente superior entre nuestros objetivos y la metodología que garantiza su permanente profundización y desarrollo, impone tanto en la relación antedicha como en el propio método un desarrollo creador". Y está claro que la resolución de tal cuestión se transforma hoy en el principal problema teórico a resolver para transitar un camino que vaya resolviendo el conjunto de los problemas teórico-políticos planteados. Sería erróneo diluir tal temática central y un análisis concreto de la misma en nombre de una generalización notoria cual es el concepto "crisis de ideas"; pero sería erróneo también no visualizar que la resolución de este tópico teórico, solo abre acertadamente un camino para encarar permanentemente la resolución de todos los temas teórico-políticos planteados al Partido.

V

La idea sostenida por algunos compañeros de que la crisis del Partido deviene solo de la crisis de línea, cae en un análisis parcial, no va al fondo de la crisis actual y abre un sendero peligroso de resolución de la misma. Por crisis de línea entendemos una situación en la cual la línea con que veníamos operando no llega a dar respuesta a los requerimientos del proletariado para hegemonizar la lucha revolucionaria, y que por lo tanto impone reconstruir una estrategia y táctica a partir de un eje proletario.

Esto se produce como parte de un proceso de búsqueda y avance teórico- político y su enriquecimiento por la práctica viva. Tal avance consiste en la toma de conciencia de los problemas que hemos señalado en el punto IV, el salto cualitativo que ello implica, y el inicio de pautas superadoras que van dando (aunque trabado el debate creador por la situación que nos ocupa) a través de los debates y aportes del Partido sobre:

– La caracterización de nuestra estructura.

– Sobre el proceso de concentración monopolista operado en el país; sobre la caracterización de la dictadura.

– Sobre el tipo de revolución en la Argentina, sobre su inserción en la problemática revolucionaria continental.

– Sobre la teoría insurreccional del proletariado y el papel de la violencia y sus formas en el periodo pre-insurreccional.

– Sobre el rol de la lucha política, sindical, estudiantil, de la propaganda armada, de la acción militar urbana y rural, vinculadas a una estrategia y táctica revolucionaria del proletariado.

– Sobre el tipo de partido.

– Sobre la crisis del reformismo en las filas del comunismo mundial y en torno a una línea internacional que ubique al Partido junto a todos los comunistas revolucionarios del mundo en la reconstrucción de una estrategia para la revolución mundial y la lucha consecuente contra el imperialismo.

– Sobre la caracterización del proceso político-económico del país en los últimos años, en especial del peronismo, etc.

Claro está que tal avance operado por nuestra permanente búsqueda teórico-política, frente a los requerimientos del proletariado y en el marco de la creciente crisis del reformismo mundial, no es tal para las sectas trotsquistas que nos dedican cada vez mayor espacio en sus periódicos y creciente "atención" política.

Ello, por cuanto no transitamos hacia sus ejes doctrinarios y políticos por comprender lo falso de tal polarización, sino hacia una línea que supere el dilema reformismo-trotsquismo. Y esa es precisamente la perspectiva que ellos combaten, por cuanto pone al desnudo lo contrarrevolucionario de su trayectoria y lo erróneo de sus planteos. No es casual entonces que hagan centro de toda su actividad en bombardear nuestra búsqueda y práctica creadora. Pero prosiguiendo con lo anterior, ¿es tal crisis de línea solo la causa de la actual crisis? Si ello fuera así, se negaría un aspecto esencial a comprender y es que tales procesos de discusión en torno a la línea pueden y deben, con una metodología leninista, tener una resolución permanente, creadora, en un partido marxista-leninista. Que tales procesos, por profundos que sean, por saltos cualitativos que operen, pueden y deben transitarse sin crisis como la actual; crisis que ha tenido como características la no participación real del conjunto del Partido, la violación de elementales normas del centralismo democrático, un proceso de escepticismo y pérdida inútil de compañeros, paralización de la actividad práctica del Partido, perjudiciales actitudes liberales, etc., o sea sin mecanismos en definitiva capaces de entusiasmar y no desanimar a los camaradas y organismos.

Además, tal idea sobre la crisis abre un camino peligroso de resolución de la misma o al menos confuso, por cuanto si el problema es solo de línea, de lo que se trataría es de resolver la misma, no abordando el camino para hacerlo y abriendo así la posibilidad de solucionar la cuestión a través de una metodología que se ha venido transitando erróneamente y que ahora es esencial corregir. Por otra parte, tal análisis lleva a no categorizar la apertura del Congreso como decisivo instrumento actual del Partido para entrar en una fase superadora de la misma y garantizar su pleno desarrollo.

Tampoco es correcto analizar lo metodológico al margen del proceso teórico-político general. Ello lleva a subestimar el mismo, a no ver el salto cualitativo y a no ubicar la crisis del centralismo burocrático como parte de un proceso general, su relación dialéctica con el mismo y por lo tanto, al parcializar el análisis, lleva a no ubicar con justeza y subestimar los alcances de la crisis actual.

Por otra parte, la polarización crisis de línea o crisis de método es errónea. Ambas responden a un único proceso, son partes del mismo y se interrelacionan, si bien en los actuales momentos, en primer lugar, la solución de la situación planteada requiere la revisión crítica de una metodología de desarrollo y construcción de Partido centralista burocrático incapaz de abrir cauce al desarrollo teórico, político y práctico de nuestro Partido.

VI

La Conferencia Permanente resolvió señalar que el párrafo sobre la homogeneización del Informe es injusta. En el mismo se señalan claramente los objetivos a cumplir en este periodo por el Partido y la responsabilidad que le cabe al Comité Nacional para cumplirlos con éxito. El Comité Nacional debió recorrer tal camino con o sin homogeneización. A partir de tal concepto es que se debe analizar el proceso. Tal criterio es válido y es necesario remarcarlo para todo el capítulo III del Informe. Es necesario comprender que el centralismo burocrático tiñó todo el proceso, el entronque, la concepción de Estado Mayor, y su homogeneización, la resolución de la relación Congreso-práctica política. Es a partir de la crítica de raíz al mismo y desde un ángulo correcto, leninista, que debemos ahora analizar el proceso. Esto cobra importancia para el análisis de lo recorrido, pero sobre todo para el futuro del Partido, para resolver acertadamente la relación Estado Mayor-Intelectual Colectivo y la preparación del Congreso combinadamente con el permanente accionar político en la clase y las masas populares.

Resolución sobre el reglamento para la preparación del XIII Congreso del Partido Comunista Revolucionario

1. El Congreso es la autoridad máxima del Partido. Es soberano. Todos los delegados participantes, una vez constituido el mismo, son miembros del Congreso. Los delegados concurren sin mandato imperativo. El Congreso aprueba su reglamento de funcionamiento.

2. El Congreso del Partido se constituirá con los miembros del Comité Nacional del Partido, los delegados electos por las Asambleas de delegados de zona y una delegación única de Comisiones Nacionales del Partido.

3. Las Asambleas de delegados de zona elegirán un delegado cada treinta miembros o fracción mayor de quince. En ningún caso el número de delegados con voz electo por la Asamblea de zona podrá ser menor de tres aunque los delegados con votos corresponderán estrictamente al sistema de representatividad anterior.

4. Los camaradas que pertenecen simultáneamente a dos organismos participarán en los dos para las discusiones previas al Congreso pero ejercerán el voto solo en el organismo superior.

5. Los Comités de Zona participan en las Asambleas de zona con la totalidad de sus miembros con voz y con una delegación igual a la de célula más numerosa de la zona con voz y voto.

6. Las Comisiones Nacionales del Partido (periódico, revista, fábrica, organización, propaganda, finanzas, relaciones internacionales, comisión nacional universitaria, comisiones de estudio, comisión de trabajo en las villas de emergencia, frente militar, comisión de trabajo del frente político) discutirán los materiales del Congreso como células del Partido y elegirán cinco delegados en total al mismo.

7. El Comité Nacional podrá invitar camaradas al Congreso, los que tendrán en el mismo voz pero no voto, (cuadros obreros de empresa de concentración, obreros rurales y campesinos, dirigentes estudiantiles, etc.). El Comité Nacional queda facultado para invitar delegados extranjeros al Congreso.

8. Cada Comité de Zona debe presentar, dentro de los 15 días de realizada la Conferencia Permanente del Partido, al Comité Nacional, la lista con el número de afiliados en la zona y hacer los esfuerzos necesarios para que todos ellos participen en las discusiones previas al Congreso. Antes de realizar la Asamblea de delegados de zona se establecerá, de acuerdo con el Comité Nacional, la cantidad efectiva de miembros de la zona sobre la base de aquellos que cotizan, han participado en las reuniones preparatorias del Congreso y realizan las tareas asignadas por su organismo.

9. Las discusiones preparatorias para el Congreso se harán sobre la base de los materiales de discusión editados para el mismo y opiniones y resoluciones escritas. En las reuniones preparatorias de células y comités solo participarán los miembros del organismo, salvo que éste solicite expresamente, por unanimidad, la participación de algún organismo superior o miembro del mismo.

10. A partir del 7 de abril los que soliciten el ingreso al Partido tendrán la calidad de candidatos a miembros hasta la realización del Congreso y por lo tanto no podrán participar en las Asambleas de célula para el mismo.

11. El Comité Nacional del Partido asegurará a partir del 7 de abril la aparición quincenal del Boletín Interno de discusión para el Congreso. Todos los miembros del Partido tienen derecho a exponer en él sus opiniones sobre la línea política del Partido y las cuestiones en debate para el Congreso.

12. La discusión partidaria de los materiales del Congreso en las actuales condiciones de clandestinidad es una discusión interna y será sancionada severamente toda transgresión de un miembro del mismo que permita conocer fuera del Partido las cuestiones discutidas en él.

13. La elección de los delegados al Congreso por las Asambleas de delegados de zona y las Comisiones Nacionales del Partido se hará por lista única a la que se incorporarán todos los candidatos puestos por los asambleístas. Previa discusión amplia sobre los mismos se elegirán como delegados a los más votados. En el caso de existir una minoría opuesta a las resoluciones políticas aprobadas por la Asamblea, y en el caso que dicha minoría así lo solicite, la elección de delegados se hará por listas diferentes y con representación proporcional directa, de acuerdo a la cifra que resulta de dividir el número de asambleístas por la cantidad de delegados a elegir por la Asamblea, cifra que dará el mínimo necesario para elegir un delegado. Igual procedimiento se seguirá para la elección de delegados por las células para las Asambleas zonales del Partido.

14. Con el mismo criterio anteriormente señalado se elegirá una lista de suplentes, la cual determinará por su orden que a cada titular le corresponderá un suplente determinado, de forma tal que en el caso de existir mayoría y minoría se garantizará que los suplentes de cada lista se correspondan con los titulares de la misma.

15. Las direcciones de zona se elegirán por lista única a la que se incorporarán todos los candidatos propuestos por los asambleístas, según los candidatos más votados de la misma, y previo debate público en la Asamblea.

16. El Comité Nacional preside la sesión preparatoria del Congreso. En la misma se elegirá la comisión de poderes y previo tratamiento y resolución sobre el dictamen de la misma se elige la presidencia del Congreso y éste queda constituido.

17. Los Comités de Zona tienen un plazo de veinte días a partir del 7 de abril para presentar al Comité Nacional un proyecto de reglamento interno de la zona, en consonancia con éste, y el Comité Nacional le dará aprobación sobre la base de los elementos contenidos en este reglamento.

18. La fijación de fechas concernientes al Congreso Nacional estará a cargo del Comité Nacional, el cual deberá comunicar las fechas tipo para la realización de las Asambleas regionales y elección de delegados de las Comisiones Nacionales con un mínimo de un mes de anticipación.