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14 de diciembre de 2016

Durante el Picnic de hoy y Chispa conversamos con el músico jujeño quien nos habla de su próximo disco, su carrera y su compromiso con la música y el pueblo.

“Donde hay luchas, tratamos de estar”

Bruno Arias

 
—Bruno, ¿Qué es lo que estás haciendo a nivel musical en este momento?
–Ahora estoy con el proyecto de grabar un disco nuevo —todavía no tenemos definido el nombre— que saldrá en el 2017. 

 
—Bruno, ¿Qué es lo que estás haciendo a nivel musical en este momento?
–Ahora estoy con el proyecto de grabar un disco nuevo —todavía no tenemos definido el nombre— que saldrá en el 2017. 
Hay una canción que compone este disco que se llama Como las copleras, me gustó mucho el tema y además, también soy parte de esa canción. El autor es Lucho Cardozo, un amigo que vive en Tilcara, que creó el tema Olor a Carnaval, que grabé con La Bruja Salguero para el disco Madre Tierra.
Ahora estamos tocando con un referente del bandoneón a nivel mundial que es Rodolfo Mederos. Vamos a hacer un recital en conjunto en el Torcuato Tasso, el 14 y el 29 de diciembre. Si esto marcha bien, puede llegar a terminar en alguna grabación. 
Con Mederos venimos de mucho ensayo, preparando repertorio, haciendo arreglos… 
Es un trabajo grande: Rodolfo Mederos es un referente a nivel mundial del tango y de la música nacional, es el discípulo viviente de Astor Piazzola: al punto que Piazzola le dio un bandoneón en un momento que a Rodolfo le habían robado el instrumento, y también para que fuera parte de la orquesta de Osvaldo Pugliese. Y en el rock nacional, Mederos tuvo un acercamiento con Spinetta: grabó Laura Va en Almendra. Con el bandoneón, también hay aparición de Mederos. Viene de llenar el Colón con Miguel Poveda, que es uno de los referentes del flamenco más importante del mundo. Entonces, que Rodolfo me haya elegido es un compromiso muy grande y me da una apertura muy grande a otro público que escucha este tipo de música. 
 
—Pero al mismo tiempo seguís con las peñas y festivales…
–En enero y febrero arrancamos con todos los festivales: El 11 de enero en Jesús María. El 14 de enero en Cachi (Salta). El 20 de enero en Viedma. El 28 de enero, Cosquín. El 24 de febrero la Serenata en Cafayate.
También estoy en una etapa de producir discos. Acabo de producir uno al Mono Villafañe que es un referente de Tucumán, y que posiblemente me acompañe en Cosquín, cantando un tema. Así que va a ser importante su presencia en Cosquín, que cante una canción con nosotros. 
 
—¿Qué estás buscando conseguir en tu próximo disco?
–Estoy buscando un disco más bailable. Un Colla en la ciudad es un disco que reivindica el originario, el derecho de vivir en paz; tiene mucho de las luchas sociales: la defensa de los recursos naturales, contra la contaminación electromagnética, la contaminación a nuestra madre naturaleza, con los saqueos que hacen las empresas de afuera con la minería a cielo abierto y con los agrotóxicos. También reivindica a la gente que murió por un ideal durante la dictadura militar en los años 70. 
Pero ahora me gustaría hacer algo más movido, que tenga más baile. 
También, tengo el proyecto de hacer un recorrido —con mi propia estructura— por todas las escuelas de la Puna jujeña. Una asignatura pendiente que tengo es hacer un documental, que sea todo el recorrido hacia la Puna. Queremos que sea una experiencia personal, nuestra, charlar con la gente lo que son las necesidades en la Puna.
 
—¿Cómo ves la situación de la cultura hoy?
–Está difícil la situación: la devaluación, la suba de los precios, sobre todo en los impuestos, a la gente le cuesta más ir a un recital. Las recaudaciones han bajado muchísimo. Uno ve un 25, 35% menos de gente. Pero también se da, que cuando a la gente le gusta un artista, como sea, junta la moneda y va. Aunque uno ve que las peñas han mermado bastante. 
La convocatoria no es tan masiva… todo esto genera que frena mucho el trabajo a los artistas independientes, a los música que se manejan con la autogestión, con la venta de entradas. En mi caso, yo sigo trabajando. No he dependido nunca de un Estado, o un gobierno, para trabajar. Siempre he sido muy inquieto y también autogestivo. Nunca me quedé con los brazos cruzados. Siempre estoy buscando fechas, lugares donde tocar. 
También soy un artista que trata de ser popular, en el sentido de ir a cantar a todos lados, a una villa donde no hay dinero, a una peña donde me pagan, a un festival donde hay un caché más grande; o a lugares donde toco gratuitamente, como hice anoche en apoyo a los centros culturales, como el Conti que está en la ex Esma, con el reclamo de que la cultura no se achique. La otra vez hice un recital a beneficio de la Ecunhi, donde hay treinta chicos sosteniendo el centro cultural, sin ayuda de nadie. También actuamos en el ex Olimpo, hoy Parque 30 mil compañeros desaparecidos, donde los chicos sostienen talleres con autogestión. Por eso, donde nos invitan, donde hay luchas, tratamos de estar. 
 
—¿Cómo ves a la gente en tu experiencia artística?
–Yo veo gente distinta porque me manejo en escenarios distintos. Alguna vez toco en una peña de Palermo o en el Tasso, donde la gente paga una entrada que por ahí gente de un barrio no puede pagar. Es otro tipo de público con otra realidad. Pero también voy a las peñas que están en lugares más marginados y también se ve otra realidad. Hace poco estuve tocando en la Boca para las cooperativas de viviendas de la Ciudad, que están luchando por un subsidio a las cooperativas para poder construir. Bueno en esos lugares se vive otra realidad, se respira la necesidad de luchar para lograr las cosas. Ver gente que se les ha quemado las casas, donde han muerto chicos en el incendio, gente que está pidiendo que se les dé una casa. Así vamos viajando, viendo diferentes realidades. 
 
—Con respecto a la ley de la música… ¿hay avances, cómo ves ese tema?
–Sí, sigue vigente la Ley de la Música, sobre todo el Instituto de la Música se han dado subsidios para muchos artistas. Esto también viene desde hace años cuando se presentó por primera vez a Kirchner lo que podía ser la ley de la música, y dijo: júntense, armen la ley y cuando la tengan la traen. Fue una ley creada por músicos, para músicos, donde estuvieron involucrados Spinetta, Cerati, Mercedes Sosa. El anhelo de todo esto es que el día de mañana un joven pueda reclamarle al Estado, amparado en esa ley. Eso sería cumplir con el objetivo de esa ley, porque nosotros, cuando nos iniciamos, no tuvimos esas posibilidades: nadie nos bancó, nadie nos dio un subsidio. Creo que la ley de la música sigue fuerte y esperamos que siga creciendo, que tenga su espacio propio, que tenga la música su lugar: el Instituto Nacional de la Música.