Domingo Ramón Giménez, de 61 años, falleció en el incidente y Juan Castillo, de 42 años, quien estaba internado en la sala de terapia intensiva en el Sanatorio Británico falleció varios días después. La explosión, que está siendo investigada, se habría originado en un conducto que comunica silos donde se almacena principalmente soja. Técnicamente se especula con una “explosión de polvo” como detonante. La misma sucede cuando hay mucho polvillo acumulado en el aire en un sector cerrado y ante algún punto caliente (que puede ser una máquina funcionando mal, el roce de herramientas, o cualquier otra ignición).
Blanca Velásquez, madre del operario herido Jesús Zárate en declaraciones a la Agencia Telam aseguró que “queremos justicia y que esto no vuelva a pasar, la inseguridad que hay en ese lugar es impresionante”, y afirmó que “los obreros son un número más en estas empresas, a nadie le importa la vida de los obreros. No les interesa”.
En comunicación con el periodista Claudio De Luca un familiar de Sebastián Zárate, trabajador de Cofco, cuenta que “ellos especulaban con la suba del dólar y almacenaban el cereal, que fermenta y eso es combustible, ellos sabían que esto iba a pasar. Este accidente se pudo haber evitado”.
Las ganancias son ajenas
Cofco es la sigla que identifica al gigante estatal China National Cereals, Oils and Foodstuffs Corporation, grupo empresario estatal chino dedicado a la comercialización de granos y otros productos para la producción de alimentos. Una empresa estratégica para el objetivo del país asiático de lograr dar respuesta a la creciente demanda interna de su país. Para las inversiones en el mundo Cofco contó con el fondo soberano de la República Popular China (China Investment Corp. / CIC) que dispone de U$S 678.000 millones del Estado para inversiones en el exterior.
La empresa, que mundialmente ocupa a más de 100 mil trabajadores, se ha fijado el objetivo de convertirse en el mayor comerciante de alimentos del mundo en 2020 para rivalizar con los gigantes mundiales (Cargill, Archer Daniels Midland/ADM, Bunge y Louis Dreyfus), según su máximo ejecutivo Yu Xubo, presidente de Cofco.
Para esta tarea tiene una ventaja superlativa sobre sus competidores, un mercado interno cautivo de 1.340 millones de habitantes, que en 2015 implicaron 90 millones de toneladas de soja y 5 millones de toneladas de maíz, que serían 200 millones de toneladas de granos compradas por año a partir de 2025. Se espera que las ganancias del gigante alimenticio aumenten más del 60 por ciento anual en 2017. Logró un crecimiento del 80 por ciento en las ganancias el año pasado, según Yu.
En 2016 el grupo Cofco, que en Argentina adquirió las empresas cerealeras Noble y Nidera (ambas con puertos propios), fue el segundo grupo agroexportador en ventas con 48.499 millones de pesos, detrás de la estadounidense Cargill.
Un dato para entender cómo se posiciona hoy el gigante chino en nuestro país es la proyección de la última década. Si bien todavía se encuentra en el segundo puesto, detrás de la estadounidense Cargill, si se analizan los números de los últimos 5 años, mientras Cargill duplicó sus ventas, Cofco creció 10 veces a fuerza de compras y fusiones.
En contraposición con su crecimiento y buenos resultados económicos la empresa protagoniza también el podio de las empresas con más accidentes y víctimas fatales en todo el complejo agroexportador. De hecho, el incendio que se llevó la vida de dos operarios de la planta que la empresa compró a Nidera en Puerto San Martín, no es un episodio aislado.
Una política de (in)seguridad
En agosto, en esta misma planta se incendió una máquina enfriadora de harina y en setiembre se incendió la zona de descarga que Cofco tiene en Timbúes, donde en diciembre del año pasado Gustavo López -de 19 años- moría aplastado por un alud de soja mientras realizaba trabajos de limpieza en una celda de acopio de la empresa.
Tampoco son exclusividad del gigante multinacional chino las faltas de seguridad derivadas en accidentes o muertes obreras. Solo en 2017 se conocieron los casos de Laureano Gómez, de 35 años, en la planta de Bunge (P. G. San Martín), Brian Monteros, de 27 años, en Renova (Tambúes) y Humberto Ledesma quien murió trabajando para la empresa de montajes industriales Verdú en San Lorenzo. La lista se extiende si tenemos en cuenta los últimos años.
¿La industria del juicio o la industria de los accidentes?
Mientras que desde nuestra provincia se exporta el 80% de la producción agrícola y Santa Fe participa con el 45% de las exportaciones nacionales de Manufacturas de Origen Agropecuario -MOA- esto implica que 1 de cada 2 dólares que obtiene Argentina por exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, lo genera la provincia de Santa Fe, estas ganancias empresariales vienen acompañadas de más accidentes y muertes de trabajadores.
Desde los sectores que agrupan a las empresas como la Bolsa de Comercio de Rosario se reclama “bajar la litigiosidad”. El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Alberto Padoán, aseguró que “Santa Fe está a la cabeza de la industria del juicio a nivel nacional” y reclamó la adhesión de la provincia a la modificación de la ley de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) que apunta a dificultar la llegada de los reclamos laborales a juicio agregando una junta médica previa como condición para llegar al fuero laboral.
Los accidentes laborales se han cobrado la vida de decenas de trabajadores en los últimos años en el complejo portuario, principalmente jóvenes, subcontratados por empresas contratistas, con contratos temporales y precarios, ubicando a Santa Fe entre las tres provincias con más muertes obreras.
El diputado Carlos Del Frade, un habitual crítico de las multinacionales cerealeras, advirtió que en la provincia de Santa Fe se registran “106 accidentes laborales por día”, según estadísticas de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo. Daniel Yofrá, secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros, por su parte asegura que “lo único que se quiere evitar (desde las empresas y el gobierno) son los juicios, pero si quieren disminuir la litigiosidad lo que tiene que atacar son las causas” y concluye afirmando: “Nosotros queremos tener salud laboral y quedar vivos en el trabajo”.