Una nueva oleada de luchas populares recorre el Ecuador. Las masas trabajadoras, los pueblos y las nacionalidades indígenas se han levantado con firmeza contra la política autoritaria y entreguista del gobierno de Daniel Noboa. Durante más de tres semanas, el país ha sido testigo de una heroica movilización nacional que no retrocede, a pesar de la brutal represión desatada por el brazo armado del Estado.
La protesta social ha ido de menor a mayor, crece en provincias y nuevos contingentes se incorporan a la lucha en las ciudades y en el campo.
La chispa que encendió el fuego fue la eliminación del subsidio al diésel decretada el 12 de septiembre, una medida antipopular que ataca directamente la economía de los más pobres subiendo drásticamente el valor de la canasta básica. Esto se sumó a la bronca popular que ya venía acumulándose: trabajadores públicos y docentes ya estaban protestando contra despidos masivos; organizaciones campesinas cortaban rutas en defensa de la seguridad social, rechazando los intentos de entregar los recursos del pueblo a la banca privada.
Frente a la fuerza del pueblo, la respuesta del gobierno de Noboa ha sido la violencia y la criminalización de la protesta. Ya se ha cobrado la vida de un compañero, hay 112 heridos, 94 detenidos acusados de “terrorismo” y los organismos de derechos humanos denuncian más de 208 vulneraciones de las libertades democráticas.
En las comunidades indígenas, el ejército y la policía reprimieron brutalmente golpeando a mujeres y niños, allanando hogares y ejecutado extrajudicialmente a Efraín Fuerez, líder comunitario en Cotacachi.
Sin embargo, el gobierno no ha logrado desmovilizar la protesta ni por la vía de la brutal represión ni por la vía de la entrega de dádivas. La provincia de Imbabura continúa siendo el punto fundamental de la protesta, ahí se expresan acciones combativas con un importante protagonismo de las masas en la lucha y en la toma de decisiones.
En varios momentos, el gobierno ha hablado de acercamientos con dirigentes indígenas para acordar la suspensión del paro; sin embargo, esto no ha sucedido. Al mismo tiempo, funcionarios gubernamentales han señalado que no está en discusión la eliminación de la elevación del precio del diésel, ni la liberación de los detenidos sin que cumplan con los procesos judiciales.
La histórica marcha por el agua en Quimsacocha contra la megaminería contaminante, que movilizó a más de cien mil personas en Cuenca el 16 de septiembre, fue un hito que marcó la tormenta que se avecinaba. Ha cosechado una victoria ya que el gobierno anunció que queda sin efecto la concesión a la empresa canadiense.
Además de usar las balas y los gases, el gobierno libra una guerra mediática. A través de los grandes medios difunde discursos de odio tildando de vagos, delincuentes y criminales a los luchadores populares. Busca infructuosamente generar un movimiento de masas que salga a confrontar con los luchadores populares.
Pero el pueblo cala la esencia del gobierno de Noboa, y algunos elementos de ese discurso se les vuelven en contra. Principalmente aquellos que tienen un fuerte contenido racista, y los calificativos de terroristas a quienes protestan. En sectores de la población, particularmente en la juventud, hay un sentimiento anti racista muy fuerte.
Un logro importante fue la constitución del Parlamento de los Pueblos, una verdadera expresión de unidad de clase. Este espacio, que integra a la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), el Frente Popular, la Federación Única de Afiliados al Seguro Social Campesino (Feunassc) y otras organizaciones combativas, se erige como un instrumento de poder popular. Su objetivo trasciende el simple rechazo a las medidas contra el pueblo; intenta construir un programa de gobierno popular, democrático y antiimperialista para disputarle la dirección del país a las élites vendepatria.
El Parlamento de los Pueblos es la encarnación de la lucha por la soberanía nacional, en defensa de los derechos al trabajo, la salud y la educación, y en protección de la Pacha Mama frente a la voracidad del capitalismo-imperialista. Trabaja para construir un programa de gobierno popular, democrático y antiimperialista para disputarle la dirección del país a las élites vendepatria. También se prepara para derrotar al gobierno en su intentona de consulta popular y para combatir la instalación de bases militares extranjeras en suelo ecuatoriano.
El gobierno decretó feriado del 9 al 12 de octubre; estableció el estado de excepción en 12 provincias; y tomó la decisión de adelantar el pago del aguinaldo a los empleados públicos, todas medidas que expresan el temor del gobierno frente al desarrollo y el ascenso de la lucha.
La historia la escriben los pueblos. En Ecuador, el pueblo ha decidido escribir un nuevo capítulo de dignidad y soberanía.
hoy N° 2081 15/10/2025