Vamos a una movilización masiva al Congreso nacional el viernes 18 alrededor de las 17 hs. Hemos logrado que movilice la CGT junto a las organizaciones sociales. Por supuesto que está planteado que toda la clase obrera participe, como los distintos sectores de la CTA Autónoma, de la CTA de los Trabajadores, y otros sectores, con dos ejes, que son los que acordamos: contra los despidos y las suspensiones, la CGT agregó contra las importaciones indiscriminadas, y por la emergencia social, que es la motivación principal de la unidad.
Se realizaron reuniones entre el triunvirato de la CGT, la CTEP, Barrios de Pie y la CCC, con Federación Agraria Argentina. Luego el Consejo Directivo de FAA acordó sumarse a la convocatoria del 18, lo que pone en la escena política un elemento muy importante. Ya no es sólo la unidad de la clase en una acción, hasta donde la correlación de fuerzas permitió, sino que suma a los pequeños y medianos productores agrarios, esto es un cambio de calidad en la unificación de la clase obrera con el resto de los sectores populares.
Estos dos ejes: emergencia social y emergencia laboral están en el centro de la escena política, y de la discusión en el Congreso. Al ser vetada en abril la ley antidespidos, los despidos y las suspensiones han seguido. La perspectiva económica y de recesión es evidente al menos por un semestre más, y por eso se hace necesaria la pelea por una ley antidespidos. Al estar vetada, ya este año no puede salir, pero es parte de la agenda de la realidad.
Esta política es recesiva en su esencia, y genera despidos, suspensiones. Ante la falta de perspectiva de reactivación, empieza a aparecer una ofensiva para aumentar la flexibilización laboral, y seguir descargando la herencia K y la actual política económica sobre los trabajadores. Esto es impulsado por las grandes patronales y monopolios, y también lo están aplicando algunas pequeñas y medianas empresas y patronales agrarias, por la recesión. Esto se expresa en el acuerdo firmado en petroleros de Neuquén, acuerdo que rebaja todas las condiciones laborales de los trabajadores. Esto es gravísimo, porque el pueblo argentino en su conjunto está sosteniendo, con el IVA que pagamos todos pagando caro los combustibles, a las seis grandes compañías petroleras que reciben un precio subsidiado más alto que el precio internacional. Y este acuerdo flexibilizador tampoco ha parado los despidos y suspensiones.
Esto es más productividad y menos derechos para los trabajadores. La CGT, si bien dejó de lado el paro, las organizaciones sociales hemos logrado que apoye nuestro reclamo. Esto es positivo.
Esta semana se aprobaría en el Senado la ley de Emergencia Social. Sabemos que el gobierno va a tratar de maniobrar para que no salga en Diputados y, si sale, vetarla total o parcialmente. Se está librando la batalla política. El gobierno tiene una entrevista con la CGT el 22, cuando le tiene que contestar sus reclamos en torno a que frene los despidos.
Ese mismo día la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley, tiene que contestar a las organizaciones sociales los cuatro puntos que le hemos planteado: Aumento del monto de los planes sociales, que el monto de $1000 para la Asignación Universal sea por hijo y no por familia, el aguinaldo social, y que la bancada del gobierno participe de la discusión de la ley de emergencia social, cosa que aún no se concreta.
Por lo tanto entendemos que la marcha del 18 de noviembre es parte de la acumulación de fuerzas para esta batalla política y económica que se está librando, en la calle y en el Congreso.