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29 de abril de 2015

Desde 1890 hasta hoy el Primero de Mayo es el día en que la clase obrera sale a las calles en todos los países peleando por  sus reivindicaciones sociales y políticas.

El 1º de Mayo

Día Internacional de los Trabajadores

 
¡Un día de rebelión, no de descanso!… Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Un día en que comenzar a disfrutar “ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana”. Llamamiento a la huelga general por tiempo indeterminado que comenzó el 1 de mayo de 1886 en Estados Unidos.

 
¡Un día de rebelión, no de descanso!… Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Un día en que comenzar a disfrutar “ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana”. Llamamiento a la huelga general por tiempo indeterminado que comenzó el 1 de mayo de 1886 en Estados Unidos.
 
 
 La lucha por la jornada de trabajo de ocho horas venía siendo impulsada desde la década de 1860 por la Asociación Internacional de Trabajadores a propuesta de Carlos Marx, fundador del socialismo científico junto a Federico Engels. Luego vino la Comuna de París en 1871, el primer gobierno obrero de la historia. Pese a su derrota, las semillas de la Comuna germinaron en el movimiento obrero estadounidense, que se unificó en la reivindicación de las 8 horas.
 
 
Los mártires de Chicago
Chicago era, en 1886, una de las ciudades de Estados Unidos con mayor concentración obrera. Allí, durante una huelga comenzada el 1° de mayo se concentró la sangrienta represión de las clases dominantes yanquis. El 4 de mayo la policía cargó sobre los manifestantes en Haymarket Square, una bomba estalló entre las filas policiales y se desató una batalla con muchos muertos por ambas partes. El gobierno declaró el estado de sitio, allanó domicilios y detuvo a centenares de trabajadores, a los que sometió a juicios fraguados, alarmado por la vigencia de una corriente anarco sindicalista que en documentos previos al paro afirmaba “Llamamos urgentemente a la clase asalariada a armarse para poder presentar a sus explotadores el único argumento que puede ser efectivo: la violencia”. Esta corriente organizó milicias de autodefensa armada, que funcionaban clandestinamente, las Lehrer und Wehr Vereins (Asociaciones de Estudio y Resistencia).
La saña se concentró en cinco dirigentes de los trabajadores: Adolfo Fischer, George Engels, Albert Parsons, Augusto Spies y Louis Lingg. Los primeros cuatro murieron condenados a la horca el 11 de noviembre de 1887. Louis Lingg, “por no morir en ella hizo estallar en su propio cuerpo una bomba de dinamita” como escribió José Martí. Los mártires de Chicago murieron proclamando su convicción en la victoria definitiva de la clase obrera.
 
 
Una jornada internacional
En 1888, el Congreso de la Federación Americana del Trabajo decidió organizar una manifestación en todo el país para el 1º de mayo de 1890. En 1889, a propuesta de Federico Engels, el Congreso Internacional Socialista de París (donde estuvieron presentes cerca de 400 delegados de organizaciones obreras y socialistas principalmente de Europa) adoptó esa fecha para manifestar en todos los países y ciudades a la vez. La lucha por la jornada legal de 8 horas, una lucha política porque enfrentaba el poder de las clases dominantes, unió a los trabajadores de América y Europa. Por eso Federico Engels pudo escribir el 1º de mayo de 1890: “hoy el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por primera vez en un solo ejército, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada legal de ocho horas… El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!” (Prefacio a la edición de 1890 del Manifiesto del Partido Comunista, de Carlos Marx y Federico Engels).
Imponer la jornada legal de 8 horas, así como el reconocimiento de las organizaciones sindicales, cooperativas, etc. y el derecho a la actividad política de los obreros, costó años de esfuerzos y mucha sangre a los trabajadores de todos los países del mundo. Lo mismo que el reconocimiento del 1º de Mayo como su día, negado durante décadas (y muchas veces reprimido sangrientamente) hasta que se lo terminó aceptando como un diluido “Día del Trabajo”, con la excepción de los Estados Unidos donde se le cambió fecha (se lo pasó al primer lunes de setiembre), para que no se lo vincule a los asesinatos de los obreros de Chicago por la burguesía yanqui.
 
 
El 1º de Mayo en la Argentina
Cumpliendo el mandato del Congreso Internacional Socialista de París del año anterior, un núcleo de trabajadores, impulsado por los socialistas alemanes del Club Vorwarts, constituyó un Comité Internacional Obrero que organizó actos el 1º de Mayo de 1890 en Capital Federal, Rosario, Chivilcoy y Bahía Blanca. El primer punto del petitorio aprobado el 1 de Mayo en Buenos Aires y entregado a las autoridades reclamaba: “Limitación de la jornada de trabajo a un máximo de ocho horas para los adultos”. Así se unían los trabajadores de la Argentina a la clase obrera de todo el mundo. Y desde ese Primero de Mayo hasta hoy, con actos masivos o en la más cruda ilegalidad, regando muchas veces con su sangre las calles, la clase obrera argentina ha expresado sus reclamos en esta jornada de unidad y de lucha. El día en que la clase obrera de todos los países del mundo pasa revista a sus fuerzas y renueva su compromiso de lucha por la emancipación, hasta poner fin a la explotación del hombre por el hombre.
Desde los inicios, hubo debate entre las corrientes del movimiento obrero, sobre si el 1º de Mayo debía ser una jornada de lucha, o un “día de fiesta”. Con el correr de los años, los gobiernos incidieron intentando vaciarlo de su contenido rebelde. Así, bajo la presidencia de Alvear, en 1925, el 1º de Mayo fue establecido como “día de fiesta”. Este debate se prolongó durante el peronismo.
Los comunistas, en Argentina y en el mundo, peleamos por restablecer el sentido original de esta fecha. Son innumerables los ejemplos de militantes comunistas que dieron su vida en defensa de los ideales encarnados en estas jornadas.
 
 
El 1º de Mayo hoy
Hoy en nuestro país nos aprestamos para conmemorar el 1º de Mayo, fortalecidos por el exitoso paro general del 31 de marzo, el más grande de los realizados contra esta política kirchnerista. Este 1º de Mayo también reivindicaremos el derecho a la actividad política independiente de la clase obrera, con un partido propio como es el Partido Comunista Revolucionario, disputando en todos los terrenos, incluido el electoral con el Partido del Trabajo y del Pueblo. Con el PTP en el Frente Popular –que va clavando banderas para instalarse en la política argentina- peleamos para que los trabajadores y el pueblo puedan dar batalla también en el terreno electoral, disputando con las expresiones políticas de los distintos gerentes de las clases dominantes.
Este 1º de Mayo, reivindicando el carácter internacional de una jornada que une a los trabajadores de la Argentina con los trabajadores de todos los países del mundo y los pueblos y naciones oprimidas en la lucha contra los imperialistas y por terminar para siempre con toda forma de explotación y opresión de unos hombres por otros, vamos a actos en diferentes plazas del país.