El gobierno K conoce bien la realidad, la situación real provocada por su política de inflación de más de 40 % anual, de recesión, de ajuste brutal sobre los trabajadores, de despidos y suspensiones, de agobiante carga impositiva sobre los sectores populares, de reaccionario pago de deuda externa ilegítima y usuraria, de entrega del petróleo y las telecomunicaciones, etc.
El gobierno K conoce bien la realidad, la situación real provocada por su política de inflación de más de 40 % anual, de recesión, de ajuste brutal sobre los trabajadores, de despidos y suspensiones, de agobiante carga impositiva sobre los sectores populares, de reaccionario pago de deuda externa ilegítima y usuraria, de entrega del petróleo y las telecomunicaciones, etc.
Los K saben que han estirado la cuerda tanto en el último año que temen que se corte, pues ya se realizaron dos paros nacionales multisectoriales exitosos, luchas largas y masivas de docentes y estatales en todas las provincias, y multitud de luchas de fábricas que despiden o suspenden, donde el gobierno se ha visto obligado a intervenir, siempre jugando con los patrones y a favor de los jerarcas traidores, como el caso de Pignanelli en el Smata.
El gobierno sabe que la realidad de los despidos en todo el país ha desbordado sus maniobras, por su magnitud y, además, porque frente a algunas derrotas iniciales de luchas emblemáticas a nivel mediático, los trabajadores sacan conclusiones y ahora toman la empresa y masifican como ha pasado en Edenor de La Matanza donde triunfaron.
Frente a tanta lucha la presidenta Cristina ha hecho como si nada pasara, siguiendo con su repudiable relato mentiroso para confundir. Sin embargo hay un dicho popular que dice que al sol no se lo puede tapar con un poncho, y todos los sectores sindicales opositores como los colaboracionistas de Caló, Pignanelli y Yasky, se ven presionados desde abajo y reclaman la modificación del impuesto a las ganancias y la reapertura de paritarias, porque pagaron caro su traición de haber acordado paritarias de acuerdo a lo que el gobierno K quería, por debajo del 30%.
Está la lucha docente en la provincia de Buenos Aires, el fuerte plan de lucha de los bancarios, disposición a luchar contra el impuesto a las ganancias de la poderosa Confederación del transporte, que arrancó por primera vez un diálogo con Cristina como organización.
La realidad del aumento del hambre, pobreza, bronca e incertidumbre, no se arregla con palabras, y cuando todo esto se combina con una situación de inseguridad fuera de control, la situación se torna endemoniada hacia fin de año; no pueden olvidar el susto brutal que se llevó el gobierno y todas las clases dominantes en diciembre del 2013, con los saqueos y los levantamientos policiales. Lamentablemente Moyano “levantó su caballo”, que hubiera contribuido a otro gran paro general.
El gobierno empezó a ceder, autorizando de palabra el arreglo del plus de fin de año entre los sindicatos de trabajadores privados y las cámaras empresarias, reconociendo en los hechos es una realidad, que es la pérdida por inflación y el impuesto a las ganancias. La clase obrera está logrando este triunfo parcial, para no seguir perdiendo tanto.
Pero el gobierno nacional está atrincherado en no ceder ningún plus a los estatales, a los jubilados y pensionados, a los subsidios, a los planes sociales, y no cambiar nada del impuesto a los trabajadores. Pero la lucha de los estatales, se desarrolla en las provincias y van logrando hacer ceder el pago del plus.
Un gran ejemplo es la provincia de La Pampa donde consiguieron $3.500 en dos cuotas: 1.500 en noviembre y 2.000 con el aguinaldo. El gobernador Jorge es kirchnerista, pero cedió; gran triunfo de la lucha unida de los estatales.
Los desocupados en todo el país están luchando, y han llevado adelante jornadas muy grandes y muy visibles en los medios, como la de Capital Federal de Liniers a la Corte Suprema, que marcó su disposición a no ceder ante las presiones de gobernabilidad a las que cedió Moyano.
Las 40.000 mujeres en el Encuentro Nacional de Salta que mostraron al gobierno su enorme disposición de lucha, asimismo los varios actos en el país impulsando la constitución de un frente popular y el acto nacional del PTP, y por supuesto el gran acto de los 20 años de la CCC en la Capital Federal muestran una política de ofensiva frente a la política de ajuste del gobierno.
La situación de preparación y lucha política activa se condensará en una jornada nacional de lucha masiva con paros, piquetes y movilizaciones el día 20 de noviembre, Día de la Soberanía Nacional, donde en las rutas, calles y plazas llevaremos el programa de lucha por un plus de 4.000 pesos para todos los ocupados, desocupados y jubilados, la eliminación del impuesto a las ganancias, por una ley de emergencia laboral que prohíba despidos y suspensiones, por el 82% para los jubilados, por la suspensión del pago de la deuda ilegítima y usuraria y su investigación, y contra la entrega vendepatria del petróleo y los recursos naturales.
