—El 4 de noviembre llega a Buenos Aires la marcha de las economías regionales, que ha ido cosechando múltiples adhesiones en estos días ¿qué nos podés adelantar de sus características?
—El 4 de noviembre llega a Buenos Aires la marcha de las economías regionales, que ha ido cosechando múltiples adhesiones en estos días ¿qué nos podés adelantar de sus características?
—Grandes luchas de los campesinos, chacareros, originarios y trabajadores del campo y otros sectores de las economías regionales, se unieron y confluyeron en esta marcha, con la lucha que han entablado los sectores de desocupados, jubilados, cooperativistas, los trabajadores informales, tercerizados. Esta marcha del interior con las economías regionales va a integrar en Buenos Aires a los pobres del campo, particularmente al campesinado pobre y las naciones y pueblos originarios, a los sectores medios de las economías regionales que están prácticamente en quiebra. También estarán sectores de pequeños y medianos comerciantes y pequeños y medianos empresarios. Esto con una política que ha dado mucha, pero mucha ayuda a los sectores concentrados del campo, particularmente de la soja, el maíz, el trigo, y también de algunas economías regionales, pero una política de la que no han recibido absolutamente nada los sectores pobres y medios del campo.
Esto vale también para los trabajadores rurales, porque si bien es cierto que el Momo Venegas con su participación en el gobierno ha conseguido la extensión de las asignaciones familiares para los trabajadores discontinuos solo es para los que están en blanco. Tengamos en cuenta, por ejemplo, que de 25 mil tareferos en Misiones sólo recibirían ese beneficio 3 o 4 mil, más de 20 mil no tienen nada. Por eso uno de los reclamos son los planes interzafra. Aquí se integra la pelea política por la declaración de la emergencia social, el millón de planes Argentina Trabaja y el salario social complementario. Una parte de este reclamo es para ese campesinado autosostenido que la está pasando realmente muy mal, que está pasando hambre. La emergencia social puede ayudar en lo inmediato, y a mediano plazo mejorar un poco las condiciones en las que se está viviendo fruto de la parálisis de la economía, de la altísima inflación, de la recesión existente, que es aguda y va a seguir por muchos meses más, porque no hay perspectivas que esto levante en el corto plazo.
—¿Cúal es el cronograma de la marcha del 4 en la Capital Federal?
—Antes de las 9 de la mañana, están llegando más de 2.000 compañeras y compañeros desde distintas provincias: Misiones, Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Salta, Jujuy, Tucumán, San Juan, Mendoza, San Luis, Río Negro, Neuquén, Chubut. Estas delegaciones son expresión de una multisectorialidad en la que va a haber trabajadores, campesinos pobres, naciones y pueblos originarios, sectores campesinos de la Federación Agraria Argentina. También adhieren el gremio de la fruta, el del azúcar del Ingenio San Isidro de Salta. Todo esto va a expresar una parte del interior profundo de la Argentina, que va a llegar a Plaza de Mayo.
A las 9 de la mañana nos estaremos concentrando en dos lugares: en la Plaza de la República, en 9 de Julio y Corrientes para recibir a los compañeros del interior, y otra parte en Belgrano y 9 de Julio, para confluir en una sola columna que entrará por la Avenida de Mayo. En la Plaza de Mayo vamos a realizar un acto con el apoyo de la CTEP, Barrios de Pie y la CCC, entre otros sectores sociales, como los trabajadores de ATE vinculados al trabajo con la agricultura, como ATE Senasa y ATE INTA. Estos compañeros participan activamente incluso con trabajadores de todo el interior, para unirse en el reclamo de las economías regionales, y para exigir la reapertura de las paritarias y el bono de fin de año.
Estos reclamos volcados en Plaza de Mayo se van a condensar en el Ministerio de Agroindustria, en Paseo Colón al 900, donde está planteado que el gobierno reciba a toda esa multisectorialidad y tomen todos los reclamos planteados. Les hemos propuesto una comisión de cinco organismos de gobierno: Trabajo, Agroindustria, Desarrollo Social, Vivienda e Interior, y el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas. Haremos allí un acto final, que calculamos será alrededor de las 16, antes de la otra marcha prevista por las dos CTA.
—La Corriente, junto con la preparación de la marcha, ha participado en estos días de una intensa agenda de reuniones por el tema de la emergencia social, tanto con legisladores como con la CGT.
—Así es. La semana anterior hubo un hecho. Fracasó, por falta de senadores presentes, una reunión de tres comisiones que tenían que aprobar el despacho para que se trate la ley de emergencia social en el Senado. Esto detonó una alerta porque el gobierno aún no se suma a la discusión legislativa, aunque fue el cuarto punto que le planteamos a la ministra de Desarrollo Stanley: que el bloque de Cambiemos, en Senado y Diputados, se sume a la discusión. No queremos una ley que salga por mayoría y después sea vetada o no se reglamente. Es una ley que tiene urgencia y necesidad. Por esto hubo una reunión de todos los bloques opositores, una reunión de mucha fuerza política. Estuvieron todos menos el oficialismo y el Partido Obrero.
También mantuvimos, la CTEP, Barrios de Pie y la CCC, una nueva reunión con la dirección de la CGT. Vemos que la CGT ha dejado de lado el paro, más allá de la necesidad del mismo, y que hemos planteado reiteradamente. Hay negociaciones, y en el medio de las negociaciones, hay tironeos entre la CGT y los patrones, entre la CGT y el Estado, porque está en discusión el bono de fin de año. Nosotros entendemos que ese bono tendría que ser de 10 mil pesos, como propone ATE y por el cuál va al paro el 10 de noviembre, Pero aún el de $2.000 está en discusión en el Estado nacional, y sobre todo en las provincias. En muchas gobernaciones también se tironea para conseguir plata, ya no hablemos del bono si no para pagar los aguinaldos. Esto es parte de por qué algunos senadores del Frente para la Victoria no concurrieron a la reunión de comisiones por la emergencia social.
Por esto hemos planteado una movilización fuerte, para el 18 de noviembre, en medio de las negociaciones con el Ministerio de Desarrollo Social que quedó en responder el 11 de noviembre, y en la pelea por sacar la ley de emergencia social, que pretendemos que se apruebe antes del 10 de diciembre. No queremos que pase al año que viene y tener que empezar todo de vuelta, en medio de esta situación tan dramática que tenemos, con la pobreza y las necesidades de la gente. Necesidades que existen en las grandes ciudades, y entre los pobres del campo que van a integrar sus reclamos con los pobres de las ciudades el 4 de noviembre.
Por esto se va el 18 a una movilización al Congreso de la CGT y los tres movimientos sociales, por la emergencia social y le hemos planteado a la CGT el tema de los despidos, que golpetea desde abajo a la dirección cegetista. Esto se expresó en la reunión del Consejo Directivo con nosotros, donde varios gremios dijeron que hay suspensiones masivas y despidos.
Para nosotros el desafío es cómo unir a la clase obrera para la lucha. Porque hay algunos que se han adelantado, nos critican y hacen actos electorales en los próximos días. Nosotros creemos que todavía no es tiempo de actos electorales. Es tiempo de luchas, uniendo todo lo que podamos. No se puede dar vuelta la política del gobierno sin unir a la clase obrera. Esto es difícil y requiere una gran discusión política en las bases. Esto no se resuelve con declaraciones testimoniales.
