1. Crece la lucha y la unidad por las emergencias populares
El 7 de agosto miles y miles en todo el país realizaron una gran jornada por tierra, techo y trabajo, haciendo sentir en las calles el reclamo por las emergencias que vive el pueblo.
En la ciudad de Buenos Aires se realizó la séptima marcha desde la iglesia de San Cayetano, en Liniers, se marchó hasta las Avenidas de Mayo y 9 de Julio. Donde se sumaron columnas que venían del sur y el norte del GBA y CABA. Allí se realizó el masivo acto central, con cientos de miles de personas.
Esta movilización convocada por “los cayetanos”: la CCC, el Movimiento Evita, Somos Barrios de Pie; la UTEP, la Federación Nacional Campesina y numerosas organizaciones campesinas, sociales, sindicales tuvo el apoyo y la presencia de directivos de la CTA A y la CGT, entre otros (ver páginas centrales).
Fue un gran acto protagonizado por las trabajadoras y los trabajadores de la economía popular, las desocupadas/os, las precarizadas/os, las jubiladas/os plantaron bandera, peleando por su reclamo de pan, tierra, techo, trabajo, salud, educación y defensa de la soberanía nacional.
Y fue una respuesta frente a la ofensiva macrista y de otros para demonizar, judicializar, dividir e impedir que se hagan sentir sus protestas.
Todos los oradores afirmaron que todas las conquistas las ganamos en las calles, y que “si tocan a uno nos tocan a todos”.
Juan Carlos Alderete condenó la invasión rusa a Ucrania y la situación que vivimos los pueblos y las naciones oprimidas por la disputa imperialista. Planteó la necesidad de romper el acuerdo con el FMI.
El “Gringo” Castro (secretario general de la UTEP) lanzó la consigna: “Paz, tierra, techo, trabajo, el neoliberalismo al carajo. Nosotros vamos a construir un sistema humanista, cristiano, peronista, marxista y maoísta” (ver discursos en las páginas centrales).
La masividad y contundencia de esta jornada nacional es parte de las grandes luchas que recorren la Argentina, como las luchas docentes en Mendoza, San Juan, Chubut, Río Negro y otras provincias, la gran jornada de lucha del campesinado pobre del 3 de agosto, donde jugó un gran papel la Federación Nacional Campesina, también hay que destacar el triunfo de la lista Blanca-Celeste en las elecciones de Comisión Interna del Astillero Río Santiago y la pelea de los trabajadores ocupados por la reapertura de paritarias en varios gremios.
Las luchas crecen y avanzan en su unidad. En la CGT, a pesar de las presiones para levantar la marcha convocada para el día 17 de agosto se impusieron los sectores que decidieron ratificarla. Plantean su desacuerdo por la falta de respuesta ante la suba de precios, por aumento de salario en suma fija y la necesidad de reabrir paritarias.
Esto es la expresión de un pueblo que avanza en su protagonismo, que discute, sale a las calles, que quiere avanzar y que no se queda esperando que hace el gobierno, y rechazan a sus dirigentes cuando no se ponen a la cabeza de los reclamos.
Es un amplio sector de las masas que cuando lucha y se une va teniendo confianza en sus propias fuerzas.
Seguimos peleando la unidad y la confluencia de las luchas para conquistar medidas a favor del pueblo y de la patria.
2. El cambio de gabinete
Con el acuerdo con el FMI se profundizó la crisis económica, creció la inflación y también el descontento de las masas y en las fuerzas que conformamos el Frente de Todos.
El macrismo levantó las dos manos en el Congreso para firmar el acuerdo con el FMI y siguió jugando con su política destituyente, probándose el traje para volver al gobierno, y prometiéndole a sus patrones de las clases dominantes que en 90 días iban a tomar medidas que terminen con los derechos laborales, de los jubilados, avanzando en el ajuste y la entrega nacional. Y que va a usar a la justicia y las fuerzas que controlan para meter cárcel y represión a la protesta social.
La firma del acuerdo con el Fondo fue la legitimación de la estafa que hizo Macri con Trump, favoreciendo a sus bancos amigos y legalizando el condicionamiento de nuestra economía a los dictados del FMI.
El gobierno pretendía patear la deuda con el FMI para después del 2023, subestimando el descontento popular frente al ajuste.
Después de cambios y recambios que profundizaban la incertidumbre, el gobierno oficializó el pasado miércoles la designación de Sergio Massa como ministro de Economía, Desarrollo Productivo, Agricultura, Ganadería y Pesca. Massa llega a ministro también con el impulso y apoyo de empresarios “amigos” como Eskenazi, José Luis Manzano, Marcelo Midlin, Daniel Vila entre otros.
Los anuncios hechos por Massa hasta ahora no son alentadores para la clase obrera y el pueblo.
Si se mantiene el acuerdo con el FMI, si no se toca a los que se la están llevando en pala, si no se toca la recaudación de terratenientes, exportadoras de cereales, mineras, bancos, etc. Y si se plantea resolver el déficit fiscal achicando el gasto (es decir planes sociales, obra pública, salud, educación), va a ser imposible resolver las emergencias. En el momento en que el macrismo y su rosca judicial, policial y mediática embisten contra las organizaciones sociales, se plantea que las universidades hagan una auditoría sobre los planes sociales.
Si lo que se quiere es generar recursos ¿no sería mejor que las universidades auditaran a las cerealeras, las petroleras y las mineras que pagan impuestos por lo que ellos declaran y no por lo que exportan? Que se auditaran las toneladas de soja que se sacan de contrabando. O que se obligara a las exportadoras a liquidar sus dólares. Que se pusieran retenciones segmentadas concentrando el golpe en esos 4.200 grandes productores que producen el 78 % de la soja, o en las 7 u 8 exportadoras de cereales que llevan sus dólares afuera.
Entendemos que lo que hay que discutir no es la pobreza en general, lo que hay que discutir es que se hace con “los que se la llevan en pala” en un país que produce alimentos para 400 millones de personas.
En un país con enormes yacimientos de petróleo, gas, litio y otros minerales estratégicos. Donde crece el hambre y la desnutrición infantil, y la mitad de la población está bajo la línea de pobreza.
El problema es que esas riquezas están en manos de un puñado de latifundistas y monopolios imperialistas.
Entendemos que no hay salida a favor del pueblo sin tocar a estos parásitos que viven y se enriquecen a costa del pueblo y de la patria; ni pagando las deudas fraudulentas y cediendo al chantaje del FMI y de todos los usureros imperialistas.
3. Plata y dólares hay, pero un puñado se los lleva en pala
La inflación de este año superaría el 90%.
“Durante el primer semestre de 2022 el sector oleaginoso y cerealero liquidó US$ 22.093 millones de dólares en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), lo cual representa el máximo histórico para el primer semestre del año” (Perfil 5/08/2022).
El informe detalló que entre enero y julio del presente año, se registra un incremento del 9% interanual, que fue el anterior máximo alcanzado. El 2022 cerraría con un ingreso de 40.668 millones de dólares. Son 2.000 millones de dólares de aumento interanual, y se transformaría en el máximo histórico del país.
Con el aumento de los precios, las empresas petroleras registraron ganancias históricas en el mundo, alrededor de 51 mil millones de dólares. Muchos de esos monopolios petroleros operan en nuestro país y se llevan las riquezas del pueblo argentino. Si consideramos que solamente YPF obtuvo una ganancia neta de más de 26 mil millones de pesos y su producción creció un 16% en el primer trimestre de 2022, es de imaginar las fabulosas ganancias del resto de los monopolios que saquean nuestro petróleo. Lo mismo pasa con el litio y toda la minería.
Está claro que pesos y dólares hay en Argentina, el problema es quiénes se lo llevan y para qué se usan.
Están en manos de ese puñado de oligarcas que tienen su principal expresión política en el macrismo y sus socios, y que usan la justicia y los medios de comunicación que controlan para demonizar a los que luchan y profundizar la división política, social y cultural que recorre nuestra sociedad.
Son un puñado de terratenientes, monopolios y bancos que se la siguen llevando en pala mientras el pueblo sigue pagando la crisis.
La única vez que se salió de la crisis a favor del pueblo fue en el 2001 como resultado del Argentinazo, cuando se resolvió suspender el pago de la deuda, investigarla y no pagar la que era fraudulenta u odiosa.
Para que haya recursos para las emergencias, defender nuestra soberanía y derrotar a esa derecha destituyente es necesario conquistar medidas como impuestos extraordinarios al patrimonio de los grandes terratenientes y a los monopolios exportadores, romper el acuerdo con el FMI y los acuerdos antinacionales con todos los imperialismos.
4. Se agudiza la disputa imperialista y crece el peligro de guerra
En Ucrania siguen los bombardeos del ejército invasor ruso en la zona de Donetsk. El gobierno ucraniano llamó a la población a evacuar la región. Putin amenaza con provocar un desastre en la planta nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, si los ucranianos intentan liberar la cercana ciudad de Kherson, que está en manos rusas. Una explosión en esa central provocaría un desastre nuclear que causaría un daño muy superior al de la explosión de Chernobyl en 1986.
El presidente yanqui, Biden anunció la semana pasada el envío de otros 550 millones de dólares en armas, lo que sube a más de 8.000 millones de dólares la inversión estadounidense desde que Rusia invadió Ucrania el 22 de febrero. Con la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a la isla de Taiwán, se produjo una escalada en la disputa. La visita es provocativa porque viola el acuerdo entre China y Estados Unidos de 1979, donde los yanquis reconocen una sola China. Ese hecho causó gran irritación en el imperialismo chino. Taiwán es una isla donde se refugiaron en 1949 los derrotados por la Revolución liberadora encabezada por Mao Tsetung. Esta isla fue usada siempre por los yanquis para montar provocaciones. China siempre reclamó a Taiwán como propia. Tanto en la época de Mao, cuando China fue socialista hasta 1978, como ahora; con la restauración del capitalismo con la camarilla imperialista encabezada por Xi Jinping.
El gobierno imperialista chino respondió a la provocación yanqui con maniobras militares que transcurrieron del jueves 4 al domingo 7. Dichas maniobras bloquearon de hecho el estrecho de Taiwán, una de las rutas marítimas con más tráfico en el mundo. El jueves, lanzaron 11 misiles balísticos. Al menos cuatro llegaron a sobrevolar el cielo de Taiwán. El viernes, 68 aviones de combate y 13 barcos de la armada rodearon la isla que quedó sitiada por tierra y aire. El simulacro de aislamiento es particularmente grave para una isla que es totalmente dependiente desde el punto de vista energético. Sus reservas de gas, por ejemplo, duran 11 días. También para la industria global es un aviso, en Taiwán se fabrican el 40% de los microprocesadores del mercado mundial. El gobierno chino acelera su preparación para la guerra. Su presupuesto militar para 2022 es de 230 mil millones de dólares.
El canciller ruso, Lavrov declaró: «La política hegemónica de EEUU va en contra del consenso de la comunidad internacional y está condenada a no tener futuro. Rusia está dispuesta a trabajar con China para salvaguardar conjuntamente los propósitos y principios del derecho internacional».
El imperialismo yanqui, al borde de una recesión económica, juega para precipitar el conflicto consciente que sus rivales chinos necesitan tiempo para avanzar en su poderío militar. Al igual que hicieron en Ucrania, como hicieron en Afganistán y como pretende hacerlo ahora, provocan conflictos donde los muertos y los sufrimientos los ponen otros.
En la zona del Indo-Pacífico los yanquis trabajan con Japón, Australia y Corea del Sur principalmente. También se consolida la alianza militar Quad, que asocia a Estados Unidos con India, Japón y Australia, y el pacto con ese último país para dotarlo de una flota de submarinos nucleares.
En el mundo crecen los factores de guerra y avanza la crisis económica. El Reino Unido, por ejemplo, sufre una inflación de 13%, la suma más alta en décadas, y puede entrar en recesión.
En Medio Oriente, el gobierno fascista de Israel lanzó 130 misiles sobre el pueblo palestino en la Franja de Gaza. Se registraron 31 palestinos muertos y 253 heridos.
Los imperialismos descargan la crisis en países dependientes como el nuestro y se agudiza su disputa en todo el mundo.
En Argentina los terratenientes y los monopolios ligados a uno u otro imperialismo se disputan el poder. Lo que pasa en el mundo no es ajeno a la lucha de la clase obrera y el pueblo en nuestro país.
Somos parte de los pueblos del mundo que luchan por su liberación, y somos solidarios con la lucha del pueblo ucraniano contra la invasión del imperialismo ruso.
Y somos parte de los pueblos que se rebelan en esta América Latina, luchando por su segunda independencia.
5. Prepararnos y preparar a las masas
La crisis mundial y el crecimiento de la disputa imperialista se expresan en Argentina y tiñen el tablero político, agravando la crisis.
Las distintas roscas de las clases dominantes, ligadas a uno u otro imperialismo no quieren que las masas protagonicen la política ni que se unan en la lucha en las calles.
La derecha más reaccionaria, que expresa el macrismo y sus socios, apuesta a profundizar la división del pueblo para volver al gobierno.
Son cientos de miles de obreras/os, campesinas/os, desocupadas/os, jubiladas/os, originarias/os, jóvenes de distintos sectores populares que en todo el país son protagonistas de las luchas y quieren avanzar.
Son sectores que no delegan, que quieren decidir el camino a tomar y no aceptan las “verdades” que les quiere imponer este sistema. Salen a las calles a luchar por sus necesidades y a protagonizar la política.
En la lucha para derrotar al macrismo, en la pandemia y en la lucha por resolver las emergencias y defender nuestra soberanía, nuestro PCR, su JCR y los movimientos de los que participamos hemos jugado un papel importante. Por los aciertos políticos y el trabajo militante de miles de camaradas en todo el país avanzamos, crecimos, y pasamos a ocupar un lugar en la política nacional.
Vivimos en un momento donde se profundiza la crisis y se agudiza la disputa interimperialista y se pueden producir cambios bruscos de la situación, es nuestra responsabilidad prepararnos y preparar a las masas para abordar esos cambios y poder incidir.
En ese camino inscribimos la pelea por recuperar los organismos de masas de los principales centros de concentración obreros, campesinos, estudiantiles y populares para que esas luchas sigan avanzando.
Peleamos por la confluencia con todas las fuerzas nacionales, populares y democráticas para conquistar medidas a favor del pueblo.
Los maoístas aprendimos que para avanzar en ser reconocidos como vanguardia real es necesario encabezar el combate por los problemas económicos, sociales y principalmente políticos de las masas. Al calor de esto peleamos por el crecimiento de nuestro Partido y nuestra Juventud, porque la existencia de un partido revolucionario reconocido es una condición imprescindible para que esta oleada de luchas pueda imponer cambios profundos y que la clase obrera y el pueblo puedan conquistar el poder político para terminar con el latifundio, la dependencia, y este Estado oligárquico- imperialista que los sostiene.
Escriben Jacinto Roldán y Ricardo Fierro
Foto: Multitudinaria jornada del 7 de agosto convocada por los Cayetanos, en CABA y en todo el país.
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Pandemia: una nueva variante del Covid
No subestimamos la pandemia. Una nueva variante del Covid, la BA.5, es más contagiosa que las anteriores, y ya pasó a actuar en la mayoría de los casos del país: 53,5%. Los científicos están investigando esta nueva variante en los países que ya se ha instalado.
El poder de la vacunación está haciendo que la virulencia de la infección sea más acotada que con las variantes anteriores. De todos modos, si la curva de casos crece mucho podría repercutir, como ha ocurrido en otros países, en la demanda de internaciones, ya que hay cierto aumento de los casos y también en fallecimientos.