“Lugano, Soldati, Fuerte Apache son complejos del Plan Alborada que se construyeron en la época previa al golpe militar para trasladar la gente de las villas. El último que se entregó fue en el sector 30 del complejo Soldati, ubicado en Lacarra y Roca, son alrededor de cuatro sectores con quince nudos: edificios que comparten líneas de ascensores entre tres y cuatro edificios, están unidos por pasillos que se comunican en los pisos tercero, sexto y noveno. El estado en que están es de abandono.
Para la gente que necesita se construye muy poco, muy caro y muy malo. Durante la dictadura, la corrupción se acentuó… Por eso, cuando se habitó el complejo Soldati, con el paso del tiempo, las fallas edilicias fueron aumentando. Y el Estado siempre, en lugar de encarar el mantenimiento, se encargó de instalar los problemas edilicios en la gente que fueron víctimas del fraude porque no le entregaron las casas en condiciones.
Desde el Instituto de la Vivienda se fue empujando que la gente escriturara, de esa forma el Estado se lavaba las manos del mantenimiento y seguridad de las viviendas. Nosotros denunciamos que en esas condiciones no se podía escriturar, el que quisiera hacerlo que lo hiciera bajo protesta. La caída y muerte de los chicos dejó en evidencia las fallas de construcción: tuvo que haber un muerto para que saliera a la luz el abandono.
El Instituto de la Vivienda se constituyó en un ente totalmente burocrático que no tiene en cuenta ni la construcción ni el mantenimiento de viviendas. Hoy sirve para armar el padrón de la gente que vive en los barrios cuando hay elecciones. Aquellos que siempre vivieron del Estado ahora dirigen el Estado, la gente es un pretexto para hacer algunas cosas para las elecciones pero después no se tiene en cuenta su calidad de vida. No hay inspecciones de cómo están los edificios, nada de eso.
Hay una lógica por parte de los gobiernos, en lugar de ubicar que donde hay una necesidad hay un derecho, la gente humilde se convierte en pretexto para hacer negocios: escatiman materiales, calidad, y la gente es la que paga los platos rotos. En la época de Alfonsín se empezó a caer mampostería. Más adelante, el gobierno de Macri hacía una lavada de cara pero sin resolver los problemas estructurales. En esa zona hubo luchas muy importantes por el tema del agua, los ascensores. En su momento salimos sectores que veníamos de experiencias de luchas, como en la pelea por sacar la quema y transformarlo en parque.
En Argentina el déficit es de 4 millones de viviendas
“Pero el problema es más profundo: En Argentina hay un déficit de más de 4 millones de viviendas y en la Ciudad 400 mil. La ocupación en el Parque Indoamericano y en Papa Francisco (donde estaba el cementerio de autos) sirvió para poner en evidencia el tema de la vivienda. Hoy en una villa, una piecita te puede costar 2.500 pesos.
En la ciudad de Buenos Aires necesitamos medio millón de viviendas, pero que tienen que ser accesibles para la gente, por otra parte, hay más de 300 mil viviendas ociosas. La gente que tiene un sueldo no puede comprar y a veces tienen muchas dificultades para alquilar.
En Capital Federal la mayoría de la gente que está en las villas y lugares carenciados fueron desterrados de sus lugares de origen, gente que pertenece a distintas comunidades que fueron expulsados y que le quitaron la tierra.
La tierra en la ciudad de Buenos Aires cuesta mucha plata, en lugar de entregársela a los pobres, hacen negocio inmobiliario. La parte mayormente ocupada del Indoamericano, le entregaron al Polo Farmacéutico, que es totalmente contaminante. El cianuro está en San Juan pero el veneno también lo tenemos acá en Soldati-Lugano. Siempre la entrega es de manera vil.
Necesitamos un plan de viviendas populares
“Después de la muerte del chico, lo más importante fue la reacción de la gente que salió a denunciar no sólo la caída y la muerte del chico sino la situación general: todas las barandas están mal, hay edificios que hace meses no le funcionan los ascensores. Falta poco para fin de año y la Comisión de Vivienda se reunió nada más que dos veces, y por este tema fue la segunda vez. A lo sumo hacen un pedido de informe al Ejecutivo pero, en realidad, lo que se debió haber hecho es declarar estado de emergencia edilicio y poner a disposición de los habitantes el dispositivo técnico para resolver las urgencias.
Hoy en el barrio hay una especie de embrión de comisión de vecinos pero la gente se encuentra con la dificultad de que el barrio lo quieren dirigir los que están en la joda. Entonces la gente vive con el temor de organizarse para no ser manejados por esta gente. La droga avanzó muchísimo, los narcos se constituyen en poder: los trabajos, los reclamos, todo pasa por manos de estos tipos. En el caso de Soldati, trabajan con el PRO. Cuando fue la campaña electoral, fuimos víctimas de aprietes de estos tipos que andan en la joda, te decían “acá maneja el PRO”. Si hay un comedor, van a tratar de coparlo, si hay un negocio de un club también, entonces los vecinos de los barrios pobres entran en una pinza: por un lado la situación que viven y por otro, el apriete de los tipos que están en la joda que trabajan para el PRO.
Cuando ocurrió el accidente, la gente salió con todo. De golpe y porrazo, lo enfriaron. Hubo un fin de semana donde dicen que la gente del gobierno de Macri apareció con mucha plata, y la gente además de su dolor tiene necesidades y varios agarraron. Porque estos tipos también, en medio de la campaña, ponen plata para que las cosas no los enchastre. También está el aparato punteril que aprieta. Después está la prensa que viene cuando está al límite la situación, pero después ninguno de esos medios hizo un seguimiento sobre la familia o donde puede pasar una fatalidad así. En el complejo habitacional hay cuatro, cinco familias viviendo en un solo departamento. Hay departamentos que tienen cuatro ambientes, son muy pocos, cuatro dormitorios y llega a haber cerca de cuarenta personas. Lugares que al balcón, la terracita le fueron poniendo cerramiento para convertirlo en una habitación más.
Entiendo que la única forma de ir resolviendo los temas es con la participación y el protagonismo de la gente. No basta con que frente a un hecho tan lamentable como el que pasó, la gente salga a la calle de forma espontánea y corten la calle, la clave está en organizarse y hacer crecer algo más orgánico en los barrios para que no se repitan este tipo de cosas. Como transformar el enojo en organización, para que la bronca no sea una cosa espontánea sino algo cotidiano, para resolver estos temas.
El problema de la vivienda se cobra vidas. Cuando decimos un gobierno de unidad patriótica y popular es para resolver el problema de vivienda, trabajo, educación, la salud, seguridad, etc.
La cuestión para mí pasa por dar vuelta el guante, independientemente de las viviendas que se puedan hacer con cooperativas. El tema es que el gobierno tiene que trazar un plan de viviendas populares, ambicioso, que resuelva varias cosas: La contratación de gente con bajos recursos, por un lado, para resolver el problema de la desocupación y por otro, para que haya control de lo que se construye por parte de la gente que va a habitarlos”.