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29 de abril de 2015

El adulador es siempre un sujeto peligroso. Y lo es, aún más, el que cede a los halagos del adulador. Ambos esconden un arribismo peligroso para un partido marxista-leninista. Los cuadros del Partido deben combatir la adulación y aprender a escuchar y a discutir con el que discrepa con uno, por duras que sean sus críticas. Si estas son injustas, el escucharlas y rebatirlas le ayudarán y servirán, además, para que reflexione aquel que es criticado.

El adulador