El jueves 2 de agosto Rubén abría la escuela N°49 de Moreno, en el barrio San Carlos, como todos los días. Sandra, la vicedirectora, llegaba en bicicleta como siempre, y ante la necesidad de preparar el desayuno para alumnos y docentes -algo calentito porque hacía frío-, prendió la luz y voló por los aires… falleció junto a Rubén, víctimas de un Estado y un gobierno para los cuales la educación y la vida del pueblo no valen nada.
La tristeza, la indignación y la bronca nos conmovieron a todos. Saber que nos podía pasar a cualquiera, que los oídos sordos a los reclamos por infraestructura son una realidad en toda la provincia, y que por sólo 15 minutos no tuvimos que lamentar además la muerte de cientos de chicos. Las calles y las redes sociales se llenaron de mensajes que hablaban del compromiso, la lucha cotidiana y las hermosas personas que eran Sandra y Rubén.
Una alumna escribió “Te voy a extrañar Rubén, eras mi portero desde hacía mucho”. Claro, hacía 30 años que era auxiliar, un integrante de la comunidad educativa, delegado, un trabajador. Todos van a extrañarte porque ya no vas a abrir la puerta, ya no…
En la Escuela 49 funcionaba una orquesta. El profesor de música que ensayaba con las chicas y chicos expresó su tristeza y le dedicó unas palabras a la vicedirectora, que tanto hizo para que ese proyecto artístico tuviera continuidad, para que los chicos de los barrios humildes de Moreno pudieran aprender a tocar un instrumento.
Sandra ya no va a preparar el desayuno para los que integraban la orquesta, no vendrá más a su querida escuela, no va a devolver una sonrisa a sus amados chicos, no va a escuchar a los que practicaban violín ahí, donde explotó todo, tampoco va a seguir esperando que lleguen los del Consejo Escolar para que solucionen el problema, no. Faltaba poco para que se jubilara, no va a poder ser, no…
Amor, compromiso, lucha, maestra, buena persona, eso fue Sandra. Una de las tantas trabajadoras de la educación que a diario defienden la escuela pública y la dignidad docente tan pisoteadas por Macri y Vidal.
Usaba un guardapolvo blanco, ese de la escuela pública, donde orgullosamente “caímos” muchas y muchos, ese que usan los chicos y chicas y sus maestras, ese que usaba Sandra cada día, ese que vamos a defender siempre.
Por eso el viernes 3 de agosto una marea blanca junto a padres, vecinos y estudiantes recorrió las calles de Moreno pidiendo justicia por Sandra y Rubén. Nuestros compañeros, que estarán siempre en nuestros corazones, y en cada lucha por mayor presupuesto educativo, por mejores condiciones de trabajo y de estudio, por mejores salarios, para que estos crímenes no queden impunes.
El Foro de las Comunidades Educativas de Moreno en el que participamos, formado por organizaciones sindicales, sociales y políticas, venía denunciando hace meses el estado de las escuelas. El día anterior, miércoles 1/8 a la mañana, desde la CTA Autónoma nos movilizamos al Consejo Escolar por ésta y otras reivindicaciones. La respuesta de Sebastián Nasif, el interventor puesto por Vidal hace seis meses, fue de una caradurez increíble, para ellos estaba “todo bien”, y cualquier reclamo podíamos hacerlo por Internet. Ese mismo día Sandra hizo por enésima vez el reclamo del escape de gas al Consejo Escolar, y esperó en vano que fueran a solucionar el problema, al día siguiente murió junto a Rubén, víctimas del ajuste.
El jueves salimos a las calles, el viernes volvimos a marchar y acompañamos a las familias en su dolor. Ahora no a vamos parar hasta que se vaya la intervención de Vidal, hasta que se declare la Emergencia Educativa y Edilicia, hasta que las escuelas estén en condiciones, hasta que los responsables de las muertes de Sandra y Rubén estén presos.
Sandra y Rubén ¡presentes!
Selva, docente de Zona Oeste
Hoy N° 1729 08/08/2018
