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02 de octubre de 2010

La creciente combatividad de los metalúrgicos puso en jaque a las patronales del gremio y al gobierno.

El “arreglo” de Caló

Hoy 1279 / La dirección de la UOM firmó un acuerdo salarial vergonzoso

En la Capital Federal la masiva movilización de más de 15.000 trabajadores amenazó las oficinas de Techint y presionó sobre el Ministerio de Trabajo de la Nación. En Córdoba se quemaron gomas en la entrada de las oficinas del presidente de la Cámara de Industriales Metalúrgicos de esa cuidad y se rompieron los vidrios a piedrazos.
Hubo cortes de rutas y movilizaciones muy grandes en Santa Fe, igual en Entre Ríos y en otros lugares del interior del país. Inclusive en algunas fábricas sin delegados se paró por decisión de los compañeros que se organizaron espontáneamente y en aquellas donde no se pudo, reinaba un clima de tensión y bronca.
Había una firme voluntad de seguir hasta el paro por tiempo indeterminado y la toma de fábricas para quebrar la negativa de las patronales metalúrgicas, que Caló, secretario general de la UOM, había anunciado frente al edificio Catalinas, en Retiro, apretado por la chiflatina que recibió mientras hablaba.
La posibilidad de un desborde de la dirección sindical de la UOM había pasado a ser una posibilidad concreta que determinó que el paro del jueves 6/8 fuera convocado sin movilización.

El acuerdo por el 18%
En estas circunstancias, el Ministerio de Trabajo volvió a convocar a las cámaras y al Sindicato y seguramente estas cuestiones estuvieron presentes en la mesa de negociación.
El acuerdo que se firmó no es muy distinto a los valores que ya había ofrecido Tomada, con un monto importante en valores no remunerativos y al porcentaje que Caló propuso con anterioridad a los paros para llegar a un arreglo.
Los seis primeros meses una suma fija no remunerativa de $ 1.350 (ya se pagaron $ 500 en junio) que representan para el operario un 15% de aumento por mes y el 18% fraccionado en tres cuotas, la última a cobrar en febrero del 2010. Una verdadera vergüenza.
Así se le garantiza a las grandes patronales metalúrgicas mantener la tasa de ganancias que tuvieron durante los años de bonanza de la economía por el camino de bajos salarios y despidos, como ocurrió en Peugeot donde echaron a 1.200 metalúrgicos sin que el Sindicato dijera una palabra.
El garante de este acuerdo es el gobierno nacional, este es el famoso “modelo” que defienden los Kirchner, que va dejando en la calle a 420 trabajadores por día y crea 5.000 pobres más por mes. Entre ellos a los metalúrgicos que en febrero del año próximo van a cobrar un salario de bolsillo de $ 1.440, cuando consultoras como SEL o Ecolatina estiman que actualmente la línea de la pobreza está en $1.500.
Ni siquiera el propio Caló pudo defender lo que firmó (a las apuradas, entre gallos y medianoche) y apenas se justificó diciendo que lo hacían para defender a las pequeñas y medianas empresas metalúrgicas.
Miente, defienden los intereses de los monopolios extranjeros que controlan a la industria metalúrgica y los del gobierno nacional  que nos hacen pagar la crisis a los trabajadores.

El acuerdo salarial
A los $ 500 cobrados en junio se le suman $ 350 a cobrar con la 1ra. quincena de agosto, $ 250 más con la 1ra. quincena de septiembre y otros $ 250 con la 2da. quincena de septiembre. Todos no remunerativos.
A partir de la 1ra de octubre 12%, desde el 1de diciembre 15% y desde el 1de febrero del 2010 18%.

Lo que crece por abajo
Si algo quedó claro en las dos movilizaciones que realizamos los metalúrgicos en todo el país es que hay una enorme predisposición de ir a la lucha por la defensa de nuestras reivindicaciones más sentidas: el salario y la defensa del trabajo, y que la garantía para ganar es tomar las decisiones en nuestras manos.
Como dijo un consultor de importantes empresas del país, Julián A. de Diego “los delegados pasaron a tener un protagonismo clave por el entorno de poder que crearon y el estado asambleario en empresas líderes o con grandes dotaciones pone en cuestionamiento a la representatividad de los distintos estamentos de la estructura sindical”, esto crece por abajo.
Esta es la garantía para enfrentar la crisis y luchar para que no la paguemos los trabajadores y el pueblo y sí los que se enriquecieron durante los últimos años.