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12 de diciembre de 2014

«El asesinato de Armando fue una piedra de toque»

Gabriel, protagonista de aquella movilización del 10 de octubre de 1974, en donde fue asesinado Armando.

No conocí personalmente a Armando, éramos muchos en esa época, no conocía siquiera a todos los que estábamos en la Facultad de Arquitectura. Ese año, 1974, era mi primer año de la facultad. ´Se van, se van, y nunca volverán´ cantábamos el 25 de mayo de 1973, y a la noche tomábamos “La Bastilla”, liberando a los presos políticos en el Devotazo. En tres años pasaron muchas cosas hasta el 24 de marzo del 76, y… volvieron. Cuando sucede lo de Armando, uno de los sectores más reaccionarios que estaba enquistado en ese gobierno tercermundista de burguesía nacional,  estab en la universidad, era la llamada misión Ivanissevich, que a través de su rector Ottalagano interviene la Universidad en setiembre de 1974. Para enfrentar esa medida, a los pocos días, el 10 de octubre, se hizo la movilización convocada por la FUA, dirigida por la Juventud Radical, el MNR y el FAUDI. Recuerdo que en esa movilización a Plaza Once el 80% éramos compañeros del FAUDI, que fue quien la impulsó y logró que la FUA la convocara. Al mismo tiempo la universidad estaba dirigida por la JUP, por los sectores de la tendencia revolucionaria, Montoneros, que dirigían no solo los centros de estudiantes sino que tenían los decanos, el rector, todo, con el apoyo del MOR del Partido Comunista.

Eran momentos en que nuestro Partido iba a definir la posición antigolpista. En la universidad, en particular, era un momento de mucho desconcierto porque las autoridades y los dirigentes de los centros de estudiantes se borraron, como se borraría Casildo Herrera después del 76. Recuerdo que el decano de Arquitectura en una asamblea dijo que no se iba, y a los dos días se tomó un avión a Perú. Pero más grave que lo del decano fue que esas dos fuerzas, que eran parte de toda esa izquierda antiyanqui, dirigían la Federación de Buenos Aires, y estaban comenzando los Montoneros el pase a la clandestinidad. Hay que recordar que el 1º de Mayo, un mes antes de que muera Perón, había sucedido el enfrentamiento entre Perón y los Montoneros, que se fueron de la Plaza.

Y en esas circunstancias vamos a la movilización del 10. Seríamos cerca de 800. Salimos de Corrientes y Pueyrredón, la zona estaba plagada de Falcon, de patrulleros, y a los dos cuadras empezó la represión y el desbande. Al otro día nos enteramos de que había muerto Armando, y de las circunstancias en que había sido asesinado.

Voy a leer una nota de José Mizrahi, que conocía a Armando y que hizo una crónica del momento. “En la intersección de Sarmiento y Castelli, Armando cayó herido por un disparo de bala en el abdomen. Antes de ser introducido en un patrullero, recriminó con furia a sus agresores. Después fue llevado con un tiro en la cabeza al Hospital Durand donde falleció. Otros compañeros de Medicina fueron detenidos en esa manifestación. Ese crimen como tantos otros nunca fue esclarecido”.

Lo que yo puedo transmitir es que esa movilización fue impulsada por nosotros  junto a las masas. Y fue contra una medida del gobierno, gobierno al que poco tiempo después nosotros íbamos a plantear su defensa frente al peligro del golpe fascista que se iba a producir. El año 75 fue un año muy complicado, donde la división en la izquierda fue feroz. Los Montoneros le dieron una feroz golpiza a Mizrahi, en Arquitectura nos tocó enfrentarnos 25 contra 80-100 de distintas fuerzas de izquierda por denunciar el golpe.

Esa marcha, cuando se produjo después la situación del 75, para mí y otros compañeros era una piedra de toque, cuando nos ponían el mote de lopezreguistas, eran discusiones feroces sobre por qué nosotros apoyábamos ese gobierno.

El asesinato de Armando fue una sorpresa, no era el momento en que mataban gente los grupos de las Tres A.

Recordar lo de Armando en una lucha por la reapertura de la Universidad, contra una medida limitacionista, del mismo tipo de las que había habido en la dictadura anterior, en una continuidad de la lucha revolucionaria junto  a las masas, donde se empezaban a abrir las trincheras, fue importantísimo para todo lo que pasó después en la lucha antigolpista y posteriormente en la dictadura.  Y creo que no es un recuerdo histórico, sino que lo de Armando está presente en las luchas de hoy, acá y en el resto del mundo, como hoy que tenemos  43 estudiantes desaparecidos en México.