El 20 de junio de 1820 moría en Buenos Aires, Manuel Belgrano, el creador de la bandera azul celeste y blanca de la Argentina. Recién 118 años después, en 1938, por la ley 12.361, se fijó esa fecha como “Día de la Bandera”. Con ello se pretendía cerrar el círculo de la apropiación del héroe nacional por las clases dominantes de Argentina, absorbiendo sus “históricas desobediencias” a los sectores terratenientes y mercantiles de su época, personificados en particular por Manuel de Sarratea y Bernardino Rivadavia.
Estos sectores habían acordado el 18 de febrero de 1812 en el uso “por las tropas de la patria” de la escarapela blanca y azul celeste -“que se declara nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata”-, para diferenciarla de las tropas españolas que enfrentaban -hasta entonces, en ambos lados, tenían la misma escarapela roja de España-. Pero Belgrano -enviado a hacerse cargo del derrotado Ejército del Norte-, a su paso por Rosario de Santa Fe tuvo “el atrevimiento” de hacer coser una bandera con esos colores y enarbolarla en las baterías que defendían esa ciudad, el 27 de febrero de 1812.
Después haría lo mismo en Jujuy el 25 de mayo de ese año -Bartolomé Mitre lo justificaría diciendo que no le había llegado el mensaje reprendiéndolo desde Buenos Aires-. Y tras encabezar el histórico éxodo del pueblo jujeño al Sur, también en desobediencia al gobierno que desde Buenos Aires le ordenaba su repliegue a Córdoba, con los jujeños y salteños que venían con él y el aporte de los tucumanos, presentó batalla en Tucumán a los españoles y los derrotó el 24 de septiembre de 1812.
Rescate y denuncia
Los comunistas revolucionarios de la Argentina reivindicamos la bandera creada por Belgrano porque ella fue el estandarte de la unidad de nuestros pueblos en la lucha por la libertad y la independencia del colonialismo español. Y también al sol incaico del Escudo Nacional de 1813 que incluyó en la misma San Martín para el Ejército de los Andes, como símbolo de la prolongada guerra liberadora, en unidad con los pueblos hermanos de Chile, Bolivia y Perú.
Y denunciamos a su vez a la oligarquía terrateniente y comercial que se apropió de ella para aplastar las rebeliones provinciales, llevar a nuestro país a la guerra fratricida contra Paraguay en 1865; masacrar a los pueblos y naciones originarias de las regiones pampeana, patagónica y chaqueña, apropiarse de las tierras, someter a los trabajadores criollos e inmigrantes y avasallar nuestro país a su asociación con el imperialismo, reprimiendo en su nombre a quienes se rebelan (ver Programa del PCR de la Argentina).
Hoy N° 1819 17/06/2020