Los malos datos de la inflación vienen acelerando una creciente dolarización de las carteras de los inversionistas, optando por las letras del Tesoro (Letes) y los bonos de las provincias atados al dólar. Tendencia alimentada por el acercamiento de las elecciones, el atraso cambiario y el volumen del vencimiento de las letras del Banco Central (Lebac) que son en pesos, y ahora es mensual. La opción para los inversores son aquellas letras y bonos que rinden arriba de un 6% anual en dólares, cubiertos del riesgo devaluatorio, cuando el mismo tipo de bonos en el mundo no rinden más de un 2% e incluso en países en crisis abierta, como en Brasil, no pasan de un 4-4,5%.
En este contexto, dada la montaña de vencimientos de Lebac por $476.181 millones (equivalente al 60% de la base monetaria), sumado a la elevada carga mensual de intereses (la factura por ese concepto superó los $13.800 millones), el BCRA tuvo que pagar 25,50% por las Lebac que había colocado al 24,25% hace un mes y venía sosteniendo al 25,25% en los últimos días (con las ventas en el mercado secundario). Pero, con todo, sólo logró colocar nuevas Lebac por $448.011 millones, es decir un 9,5% menos de lo vencido.
Así, pese a los aumentos de las tasas en los últimos dos meses, la base monetaria muestra una tasa de crecimiento interanual superior al 35%, cuando la inflación en el período fue del 27,5% y la economía no creció. Es que, a contrapelo de su política monetaria contractiva, por el atraso del dólar debió sumar una nueva usina emisora de pesos: la compra diaria de reservas para evitar resignar más competitividad cambiaria.
Con las urnas más cerca, los plazos para lograr resultados se acortan y el BCRA no tiene más remedio que endurecer su política, aunque eso aplaste cualquier “brote de reactivación”. En boca de un analista financiero, “con este nivel de vencimientos y acercándonos a las elecciones (el BCRA) enfrenta dos riesgos: que los inversores sean más reacios a renovar porque ya no quieren pesos y que el precio por convencerlos se eleve hasta hacer un agujero en los números del BCRA. Hay que tener presente que estamos hablando de más de $830.000 millones de una deuda que devenga una tasa mensual mayor al 2%” (Clarín, 17/5/17). Un déficit cuasi-fiscal que por sí solo requiere una emisión anual de más de $150.000 millones.
En cuanto a la nueva usina generadora de pesos por la compra de dólares, Sturzenegger dijo que “hemos comprado US$2.000 millones desde el anuncio hasta acá como parte de ese programa y no tenemos previsto discontinuar esa actividad”. Es una cifra que logró frenar la caída del dólar –ayudada ahora por los sucesos de Brasil–, pero que es poco significativa en incrementar del activo del BCRA, cuando su pasivo está disparado, al haber crecido 70% en un año la deuda que tiene emitida en Lebac (de $499.000 millones a $843.200 millones) y quintuplicado los pases pasivos (de $26.000 millones a $107.000 millones) en igual período. Y dada la todavía incipiente tendencia del mercado señalada arriba, “a medida que se acerquen las elecciones, en algún momento parte de las posiciones en pesos van a intentar dolarizarse y el nivel de vencimientos de Lebac es muy grande. Cuanto más tarde lo hagas más caro vas a tener que pagar” (El Cronista, 15/5/07).