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28 de octubre de 2015

El “blindaje” interno

Algunos aspectos de la pesada “herencia” kirchnerista (II)

 
Para preservar el “modelo” sojero-minero, prolatifundista y proimperialista, además de los acuerdos estratégicos con los imperialistas de China y de Rusia que se disputan nuestro país con los otros imperialistas, la presidenta Cristina Fernández sigue tomando una serie de decisiones para amarrar al próximo gobierno.

 
Para preservar el “modelo” sojero-minero, prolatifundista y proimperialista, además de los acuerdos estratégicos con los imperialistas de China y de Rusia que se disputan nuestro país con los otros imperialistas, la presidenta Cristina Fernández sigue tomando una serie de decisiones para amarrar al próximo gobierno.
Así Cristina impulsó otra serie de leyes en el Parlamento y creó nuevos organismos; metió toda la mano que pudo en la Justicia, y diseñó el presupuesto del primer año de gestión de su sucesor. Dicho Presupuesto 2016 establece un crecimiento del PBI del 3%, una inflación del 14,5% y un tipo de cambio de 10,60 pesos por cada dólar. Asimismo, prevé que los gastos corrientes y de capital de la administración nacional aumentarán apenas 15,8% en relación al ejercicio actual (sin ningún aumento en los salarios, por ejemplo), mientras que los ingresos se incrementarán un 21%. Se prevé que el Senado sancione esta llamada “ley de leyes” en los próximos días.
 
El Banco Central y otros organismos 
Aparte de garantizarse los primeros puestos en las listas de diputados con personajes como Axel Kicillof, Máximo Kirchner y “Wado” De Pedro, el kirchnerismo completó su “blindaje” en el directorio del Banco Central. El Ejecutivo designó el mes pasado a Juan Miguel Cuattromo, que responde a Kicillof, y a Flavia Marrodán, delfín de Alejandro Vanoli, para reemplazar a Waldo Farías y Santiago Carnero, que renunciaron tras la polémica suspensión del CEO del HSBC. Ahora hizo aprobar sus pliegos en el Senado, con lo que tendrán mandato hasta 2021. Así, Cuattromo y Marrodán se sumaron a los otros cinco directores designados en los últimos meses por Kicillof. Se trata de Alejandro Formento, Mariano Beltrani, Bárbara Domatto Conti, Germán Feldman y Pedro Biscay. Además, Vanoli anticipó que no piensa dejar su cargo en 2016.
También, en su último año en la Casa Rosada, Cristina Kirchner puso en marcha la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aftic), una agencia creada a través de la ley Argentina Digital, sancionada en 2014. El directorio de la agencia tiene siete integrantes. La Presidenta designó como titular de la Aftic al ex secretario de Comunicaciones, Norberto Berner, hombre cercano a De Pedro, y a Nicolás Karavaski como director, ya que ley establece que el Ejecutivo debe nombrar a dos representantes. El resto de los miembros del directorio de la poderosa agencia que regula las telecomunicaciones en el país fueron designados por el Congreso (uno del oficialismo, dos de la oposición), los gobiernos provinciales y el consejo federal.
Asimismo, el kirchnerismo en la Cámara de Diputados aprobó la semana anterior una serie de proyectos impulsados por La Cámpora que están vinculados con fomentar el deporte. Como las iniciativas prevén la creación de varios organismos estatales, esto le permitiría construir una red nacional de miles de militantes camporistas como empleados públicos.
Por si eso no alcanzara, también Cristina Fernández envió al Congreso un proyecto de ley para la promoción de juventudes, que crea seis nuevos organismos públicos. Se trata de la Secretaría Nacional de las Juventudes y la Defensoría de los Derechos de las Juventudes, el Comité Ejecutivo del Progresar, el Instituto Nacional de las Juventudes, el Consejo Federal de la Juventud, la Red de Consejo Municipales de la Juventud.
Por otra parte, Cristina Fernández deja de herencia funcionarios nombrados en puestos claves y cuyos mandatos se extienden más allá del 10 de diciembre, como el jefe de los espías, Oscar Parrilli; la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó; el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray; el jefe de la AFI, José Sbatella, y el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli.
Para romper estos y otros “candados” a favor del pueblo y la nación se requiere de un gobierno verdaderamente democrático y antiimperialista. Por eso, es necesario redoblar la lucha política y social, contra el latifundio y la dependencia y los gobiernos que los sostienen arrodillándose ante las potencias imperialistas. Solo así se podrá impedir que se sigan profundizando los ajustes sobre los trabajadores y la producción nacional, ampliando y fortaleciendo el Frente Popular, y de esa manera crear las condiciones que lleven a conquistar un gobierno verdaderamente popular y nacional.