“Son enemigos estratégicos de la revolución argentina los imperialismos, los terratenientes, la burguesía intermediaria del imperialismo, y los reaccionarios que se subordinan a esos enemigos.(…)
“Son enemigos estratégicos de la revolución argentina los imperialismos, los terratenientes, la burguesía intermediaria del imperialismo, y los reaccionarios que se subordinan a esos enemigos.(…)
Como ha enseñado Lenin, para avanzar hacia la revolución (y más aún en un país dependiente y en disputa entre varios imperialismos), es necesario que el enfrentamiento entre los de arriba produzca una ‘brecha’ por la que ‘irrumpa’ el proletariado y las masas populares. Esto exige determinar cuales son las contradicciones entre las clases dominantes y cómo se articula la alianza de diferentes sectores y grupos que detentan el poder, alianza a la que denominamos bloque dominante y que es el blanco a golpear por la lucha popular.
“Luchando contra esos enemigos ubicamos dentro del bloque dominante, cuál es el principal soporte de la política reaccionaria, en cada momento, contra el cual se debe dirigir el golpe principal de la lucha popular para hacer avanzar el proceso revolucionario” (Programa del PCR).
Es un error golpear sólo al bloque dominante o a algún sector del mismo sin tener en cuenta al sector que hegemoniza el bloque en ese momento. Y, por otro lado, también es erróneo perder de vista al conjunto del bloque dominante cuando se golpea al sector hegemónico del mismo en determinado momento político.