Lalo Painceira fue un protagonista destacadísimo de los acontecimientos que conmovieron al universo cultural de la ciudad de La Plata e introdujeron profundos cambios en la opinión política de los años 60 del siglo pasado en la capital de la provincia de Buenos Aires. Fue por sobre todas las cosas, un activo protagonista del mundo político que se desenvolvía en torno a las actividades culturales de la capital de la provincia de Buenos Aires.
Lalo Painceira fue un protagonista destacadísimo de los acontecimientos que conmovieron al universo cultural de la ciudad de La Plata e introdujeron profundos cambios en la opinión política de los años 60 del siglo pasado en la capital de la provincia de Buenos Aires. Fue por sobre todas las cosas, un activo protagonista del mundo político que se desenvolvía en torno a las actividades culturales de la capital de la provincia de Buenos Aires.
Por aquellos años Lalo integraba, con quien suscribe, la conducción del Frente Cultural y Alianza de los intelectuales que condujeron en sus calidades de miembros del Partido Comunista y cuyo protagonismo adquirió relevancia en torno al “Grupo Sí” de autores que en un bar del centro de la ciudad iniciaron un profundo debate crítico de las políticas de dicho partido.
Pero como señala el mismo Lalo en el prólogo de su obra “Yo no quiero hablar de mí, quiero hablar de los otros”. Aunque evidentemente y por suerte para el lector, en el decir de Agnès Vardá “…no puede evadirse de narrar su filme en primera persona”.
Agregando luego “Quiero dejar en claro también que no soy un teórico. Por lo tanto, apelaré a los que saben y desempolvaré los libros que nos alimentaron en aquellos años cuando haga falta. Es sabido, pero vale la pena aclararlo, que el arte de vanguardia no expulsa ni excluye a los otros caminos expresivos”. Y es por ello, seguramente, que de alguna manera concluye manifestando: “Eso sí, dicho arte lo supera, mira más allá, abre caminos nuevos, penetrando en esa zona oscura que es todo exploración creativa”.
Y a partir de dichos conceptos Lalo ya construye una obra que revela con toda claridad los cambios que se estaban introduciendo en la sociedad contemporánea, no solamente en la Argentina sino también en el resto del mundo.
En aquellos tiempos “los acontecimientos en la ex Unión Soviética reflejaban, en las ideas de sus protagonistas conocidos, la negación del materialismo histórico. Y aunque paradójicamente, los sucesos desencadenados con las huelgas de los mineros, los levantamientos populares y, principalmente con la rebelión de las periferias, en aquel imperio; estaban confirmando, en los hechos, junto con el cambio de régimen, las principales premisas del marxismo; tanto en el plano de los social como de lo nacional: “La lucha de clases precede ontológicamente a cualquier toma de conciencia colectiva, y a cualquier forma de conciencia nacional o religiosa; o dicho de otro modo, a cualquier idea que se hagan las masas populares de los acontecimientos que ellas mismas protagonizaron”.
Seguramente es por ello que Lalo Painceira relata con absoluta claridad los acontecimientos que giraron en torno al “enfrentamiento de los jóvenes con la conducción del Partido Comunista Argentino”. En 1962 en la ciudad de La Plata se generó un enfrentamiento de los jóvenes contra la vieja dirigencia, que luego Otto Vargas y Jorge Rocha (fallecido luego en forma prematura) entre otros, convertirían en el año 1967 en la creación del Partido Comunista Revolucionario; con un fundamente teórico que evidenciaba la lectura profunda de los clásicos marxistas, incluidos Mao y el Che Guevara. Ambos militantes fueron por ello, calificados por las autoridades del PC como fraccionistas en el año 1967. Y se fueron. Pero no solos. Arrastraron, al menos en La Plata, al grueso de la poderosa Federación Juvenil Comunista y también a artistas e intelectuales.
Ya en un párrafo precedente Lalo Painceira había aclarado que “Otto Vargas, acompañado por Jaime César Lipovetzky… fue partícipe a comienzos de los sesenta, de algunos encuentros en el “Capitol”. Entonces lo llamábamos simplemente “Lipo” y asistía al bar como responsable del frente cultural que reunía a artistas del PC y sus aliados”.
En todo caso agrega, quien suscribe, de aquella historia nació el histórico “Grupo Uno”, que sin duda protagonizó en La Plata parte de los debates que sacudieron al mundo de la cultura y enriqueció a la crítica de las políticas del Partido Comunista, no solamente en el país sino en todo el contexto de Latinoamérica altamente influenciado por la Revolución Cubana y el ejemplo del Che.
Así las cosas, podemos destacar entonces la importancia de este libro (Ediciones EPC de la Facultad de Periodismo y comunicación social, Universidad Nacional de La Plata, año 2013), que sin dudas contribuirá a enriquecer la historia de los movimientos revolucionarios nacidos en el contexto de las grandes conmociones populares que se desarrollaron a lo largo y a lo ancho del continente latinoamericano.