En el caballo de un pampa
No hay peligro de rodar,
¡Qué pucha!, y pa’ disparar
Es pingo que no se cansa,
Con proligidá lo amansa
Sin dejarlo corcobiar
Pa quitarle las cosquillas
con cuidao lo manosean,
horas enteras emplean,
En el caballo de un pampa
No hay peligro de rodar,
¡Qué pucha!, y pa’ disparar
Es pingo que no se cansa,
Con proligidá lo amansa
Sin dejarlo corcobiar
Pa quitarle las cosquillas
con cuidao lo manosean,
horas enteras emplean,
y por fin, sólo lo dejan
cuando agacha las orejas
y el potro ya no cocea.
José Hernández, Martín Fierro.