Desde un comienzo el papel, el camino recorrido por la justicia en la causa por la desaparición de Paula, arrancó con el pie izquierdo. Con una investigación viciada de destrucción de pruebas, ocultamiento y desidia por parte del juez y la fiscalía, a casi 4 años quienes deben impartir justicia parecen más preocupados por “disciplinar” a Alberto Perassi que por cumplir su rol primordial. Un repaso por el camino de la (in)justicia.
En una causa tan polémica, con agentes de seguridad, políticos y empresarios involucrados, son pocos los puntos de acuerdo a los que se puede arribar desde los distintos sectores involucrados. Sin embargo hay uno en el que casi todos parecen concordar. La defensa de los policías acusados, la familia Perassi, los abogados querellantes y hasta el juez Prunoto Laborde (quien dictó la vergonzosa resolución que liberó a todos los procesados hasta el juicio) cuestionan como se conformó la investigación desde un principio.
La actuación del juez Eduardo Filloco (primer magistrado en tomar la causa) y del fiscal Ramón Mosceta es cuanto menos criticable por la inacción observada en los primeros años de la causa y preocupante en torno al entorpecimiento de la misma por “errores” que permitieron por ejemplo, fallos como el de Prunotto la semana pasada o el que había revocado en 2013 el procesamiento de Gabriel Strumia (empresario sospechado de participar en la desaparición de Paula y de ser su amante) y Antonio Díaz (empleado y sospechoso de colaborar).
Con el actual magistrado que entiende en la causa, Juan José Tutau, parte de los entrecruzamientos telefónicos que estaban “desaparecidos”, en la actualidad fueron recuperados a partir de la intervención de un nuevo fiscal que asiste en la causa, el doctor Donatto Trotta; son algunos de los indicios que como asegura uno de los abogados de Perassi, el doctor José Ferraza: “De haber actuado correctamente la policía y la justicia el hecho estaría esclarecido”.
Algunas pruebas fácticas existen al respecto. Desde la aparición en escena el año pasado (a tres años de iniciada la investigación) del fiscal Trotta y con casi los mismo elementos con los que se contaba al principio, se logró en poco tiempo el avance de la causa, la ratificación de algunas pruebas e incluso el procesamiento de los 8 imputados, que ahora gracias al polémico fallo de Prunotto Laborde, esperaran el juicio en libertad.
Según la Ley registrada bajo el nº 7050 en su artículo número 7, una de las posibles causas de remoción de los jueces es la ignorancia manifiesta del derecho o carencia de alguna otra aptitud esencial para el ejercicio de la función judicial, reiteradamente demostrada, algo que en principio se determinó más de una vez en esta causa. Y paradójimente también el representante por el senado y presidente de esta comisión (enjuiciamiento a jueces) no es otro que el senador del departamento San Lorenzo, Armando Traferri, quien difícilmente pueda alegar desconocimiento ni de la actuación de Filoco ni de la causa.
De la pata política, de posibles conexiones mencionadas en la causa, el periodista Carlos del Frade dio a conocer datos que aún no eran conocidos en la población, sobre la presunta participación en la desaparición del cuerpo de Paula del intendente de Puerto San Martín Carlos De Grandis y de su hijo (nunca citados por la justicia), quienes habrían sido corresponsables junto con el procesado Jefe de la Policía Puyol. Son algunos de los elementos que enturbian aún más el camino hacia develar una verdad oculta por los lazos con el poder.
El viernes 28 de agosto, en el tradicional lugar de expresión colectiva de San Lorenzo, “la esquina de los bancos” se realizaba una volanteada difundiendo las novedades y el repudio al fallo y a las 17 hs tuvo lugar una gran marcha de repudio a la resolución del juez Prunoto Laborde, que pone en riesgo la búsqueda de Paula, la causa y la seguridad de la familia Perassi y de “todos los ciudadanos”, decía el volante firmado por más de 50 organizaciones de todo el cordón industrial, Rosario y Gran Rosario.
Este es el camino que ha debido recorrer la familia de Paula, enfrentando no solo a los desaparecedores de su hija, sino a una trama de encubrimiento e impunidad amparada por el poder y una desidia judicial pocas veces vista.”
