El 1º de junio de 1966, Mao Tsetung, como dirigente máximo del Partido Comunista de China, ordenó que un cartel de grandes caracteres (o periódico mural), escrito el 25 de mayo por Niej Yian-tzu, profesora de la Universidad de Pekín, fuera ampliamente publicitado y difundido por la radio. Este hecho señala el comienzo de la Revolución Cultural en ese gran país, entonces bajo la dictadura del proletariado.
El 21 de julio de 1966, Mao señaló que “el cartel de grandes caracteres”, de Niej Yian-zu, es un manifiesto de la Comuna de París china de los sesenta del Siglo XX”. Y el 5 de agosto, en la reunión del Onceavo Plenario del Octavo Comité Central, escribió su propio cartel: “Bombardead el Cuartel General”. Dicha reunión, a su cierre el 12 de agosto, dio a conocer su Resolución, de 16 artículos, cuyo primer artículo estableció:
“La gran Revolución Cultural proletaria ahora desplegada es una gran revolución que toca el corazón de nuestro pueblo y constituye una nueva etapa en el desarrollo de la revolución socialista en nuestro país, una etapa más profunda y más extensiva.
En la Décima Sesión Plenaria del Octavo Comité Central del Partido, el camarada Mao Tsetung dijo: “Para derribar un poder político es siempre necesario, ante todo, crear opinión pública, hacer trabajo en la esfera ideológica. Esto es verdad para la clase revolucionaria tanto como para la clase contrarrevolucionaria. Esta tesis del camarada Mao Tsetung ha sido probada enteramente correcta en la práctica.
“Aunque la burguesía ha sido derribada, todavía está tratando de usar las viejas ideas, cultura, costumbres y hábitos de las clases explotadoras para corromper a las masas, capturar sus mentes y esforzarse para establecer una vuelta atrás. El proletariado debe hacer justamente lo contrario: debe enfrentar cualquier desafío de la burguesía en el campo ideológico y usar las nuevas ideas, cultura, costumbres y hábitos del proletariado para cambiar la mentalidad de toda la sociedad. En la actualidad, nuestro objetivo es luchar contra y derribar aquellas personas en puestos dirigentes que están tomando el camino capitalista, criticar y repudiar las ‘autoridades’ académicas burguesas reaccionarias y la ideología de la burguesía y de toda otra clase explotadora, y transformar la educación, el arte y la literatura y todas las otras partes de la superestructura que no correspondan a la base económica socialista, a fin de facilitar la consolidación y el desarrollo del sistema socialista”. (El texto completo fue publicado en Política y Teoría, Nº 26, 1993).
Hoy N° 1864 19/05/2021
