“En definitiva, en torno a esto giran todas las desviaciones del marxismo, fundamentalmente el reformismo, el oportunismo de derecha y el aventurerismo de izquierda. El empírico contrapone el concreto a lo general, interpretando el concreto como el producto inmediato de la sensación. Por ejemplo, a veces se dice: “está bien, eso es en general, pero acá en concreto…” Y cuando se dice concreto se da la versión idealista y burguesa del concreto que es lo inmediatamente percibido y no el concreto desde el punto de vista marxista. Y está el dogmático, al que el concreto no le interesa para nada, porque su vida transcurre en un mar de ideas por encima de la realidad, por lo que el concreto no tiene ninguna importancia. El doctrinario tiene una armazón dogmática que contrapone a los hechos. Estos no le producen “ni frío ni calor”.
Los ignorados, O. C. Vargas, Cuadernos de Editorial Agora.