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02 de octubre de 2010

El jueves 25 de octubre se llevó a cabo en la ciudad de Buenos Aires el 25º Congreso Ordinario de Ctera, en el cual se trató la memoria y balance, así como la política gremial hasta abril de 2008.

El Congreso de Ctera

congresales de Buenos Aires, Tierra del Fuego y Neuquen rechazaron al oficialismo

Una discusión de tal envergadura para los intereses de los trabajadores de la educación y de la Escuela Pública, dejó afuera a los docentes de la provincia de Buenos Aires, ya que la conducción Celeste, mayoritaria en el Consejo Ejecutivo Provincial del Suteba, decidió no convocar a asambleas de seccionales para la elaboración de mandatos, dejando a los congresales en libertad de acción.
Esta postura, apoyada por mayoría en el plenario de secretarios generales del Suteba, fue cuestionada por las seccionales de Suteba Quilmes, Berazategui y Echeverría-Ezeiza, en las cuales sí se había convocado a reuniones de delegados y asambleas en las que se rechazó memoria y balance.
El debate se trasladó al ámbito del Congreso, en el cual el  secretario general saliente, Hugo Yasky, defendió lo actuado por la Ctera, caracterizando a la etapa como el “cierre de un ciclo en el que se comenzó a dar vuelta la página de las políticas educativas neoliberales que se aplicaron desde la última dictadura militar y se profundizaron en los ‘90”. Desde esta perspectiva Yasky realizó un balance exitoso cuyas referencias principales serían las leyes de Financiamiento Educativo y de Educación Nacional (en este sentido calificó a esta ley como “un programa de lucha”) y la recuperación del salario.

Subordinaron las luchas al acuerdo con el gobierno

Los congresales de Buenos Aires y Tierra del Fuego (Darío Perillo, Lidia Braceras, Daniel Lombardo, Eduardo Gómez y Horacio Catena) junto a representantes de Neuquén, votaron el rechazo a la memoria y balance, así como a la política gremial propuesta. En las intervenciones se fundamentó esa posición.
Darío Perillo planteó que en las razones para apoyar las acciones de Ctera no se había incluido el análisis de la situación internacional y nacional. “Existen dos posiciones políticas en la Ctera, una de ellas mayoritaria, referida a la caracterización del momento y del gobierno nacional, la cual llevó a un rotundo fracaso a la organización gremial. Se fijó apresuradamente un piso salarial de $ 1.040 que se transformó en techo. Al cabo de ese acuerdo político con el gobierno nacional de Kirchner y Filmus, 14 provincias salieron a luchar por salario en un marco de inflación, hambre en los sectores populares y continuidad de las políticas de entrega por parte del gobierno de Kirchner (quien prolongó por 45 años, diez años antes del vencimiento dado por Menem, la concesión a la Pan American, regalándole el petróleo de Santa Cruz).
“Esta necesidad de subordinar las luchas docentes al acuerdo entre la Ctera y el gobierno nacional, llevó a la Junta Ejecutiva a negar todo apoyo efectivo a las provincias en lucha, que quedaron libradas a su suerte y a la represión desatada por Sobisch en Neuquén, con el asesinato de Carlos Fuentealba, y a la presencia de la gendarmería y las patotas kirchneristas en Tierra del Fuego y Santa Cruz. El acuerdo llevó a la conducción Celeste del Suteba a aceptar dos veces en el año un magro aumento que los docentes rechazaron y repudiaron parando masivamente los días 3, 17 y 18 de octubre en toda la provincia de Buenos Aires, que hoy está dividida por esta política claudicante.
“No se quiere hablar de las políticas represivas de este gobierno, como la Ley Antiterrorista, firmada a instancias de los Estados Unidos y el G8, ley por la cual los que estamos aquí defendiendo reivindicaciones legítimas, podríamos ser procesados y condenados”.
En la renuencia a debatir las diferencias políticas y el alineamiento o rechazo a las políticas de Kirchner y Filmus se distinguió el congresal por Mendoza, Gustavo Maure, quien dijo que “aquí no venimos a juzgar al gobierno nacional sino la línea de la Ctera”. Es de señalar que entre los congresales que lo aplaudieron fervorosamente se encontraban Alejandro Demichelis y Tito Nenna, de UTE, cuyos nombres y apellidos figuraron al día siguiente en una solicitada de apoyo a la candidatura de Cristina Kirchner, aparecida en el diario Clarín y firmada por personalidades de la educación y la cultura.
En el Congreso se aprobó por mayoría lo actuado por la Ctera. A instancias del congresal por Neuquén Gustavo Aguirre, que previamente intervino rechazando la memoria y el balance, se votó por separado y por unanimidad la moción de rechazo a las acciones represivas y a la impunidad de los crímenes como el asesinato de Carlos Fuentealba, la desaparición de Jorge Julio López, el retiro de la Gendarmería de Santa Cruz, el desprocesamiento de los luchadores populares apoyando el anteproyecto de Ley de extinción de las causas y de las penas y, en el marco del fallo del juez Ballestero investigación de la deuda externa y suspensión de su pago.

Por salario acorde a la canasta familiar

La lucha en la provincia de Buenos Aires, que no termina, así como el conflicto docente en Catamarca, por salario acorde a la canasta familiar y condiciones de trabajo dignas, muestran que las decisiones de las conducciones sindicales afines al kirchnerismo y a los gobiernos provinciales no pueden acallar la rebelión docente.
Al adjunto de Ctera, Nenna, se lo vio festejando el triunfo de Cristina Kirchner en el Hotel Intercontinental, a pesar de en el Congreso se aprobó la autonomía de la entidad respecto del gobierno. Si así cumple con los mandatos dispuestos y aprobados también por el oficialismo, ¿qué nos espera?