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26 de febrero de 2014

“Como dijo Pablo Escobar no hay posibilidades de que la policía le gane al narcotráfico”, sostuvo el coronel Berni y aseguró que estaría de acuerdo si se despenaliza toda la cadena, “desde la producción hasta el consumo”.

El coronel Berni propone legalizar la producción de droga

“Si no puedes con tu enemigo, únete a él”, parece ser su lema

El coronel Berni realizó esas declaraciones como secretario de Seguridad de la Nación en funciones. Más allá de lo insólito de que tome como referente al capomafia del narcotráfico colombiano Pablo Escobar, resulta sorprendente enterarnos que el coronel Berni piensa en la legalización de la producción de droga.

El coronel Berni realizó esas declaraciones como secretario de Seguridad de la Nación en funciones. Más allá de lo insólito de que tome como referente al capomafia del narcotráfico colombiano Pablo Escobar, resulta sorprendente enterarnos que el coronel Berni piensa en la legalización de la producción de droga.
El secretario de Seguridad de la Nación se refirió claramente a la legalización del consumo y la producción; por lo que no caben posteriores declaraciones que desmientan este… ¿dislate?
Si el encargado de combatir el narcotráfico piensa así, estamos en el horno. “Yo estaría de acuerdo si se despenaliza toda la cadena, desde la producción hasta el consumo. Despenalizar sólo el consumo no termina de ser efectivo”, apuntó. Es decir, no sólo despenalizar al consumidor individual (al que habría que ofrecer, dicho sea de paso, condiciones y medios de recuperación) sino al que las produce, elabora, industrializa. Es decir… a los narcos.
 
“Agricultura” e “industria” de la droga
El coronel Berni discrepó con el ministro de Defensa. El secretario de Seguridad negó que Argentina sea un país “productor”, cruzándose con el ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien había dicho que la Argentina había pasado de ser un país de consumo a uno de “elaboración” de estupefacientes.
“No existen las condiciones climáticas y geográficas para el cultivo de marihuana a gran escala. La extracción se realiza en los lugares de la plantación, y se hace en el mismo lugar”, argumentó Berni y, si bien destacó que se han detectado y desbaratado cientos de laboratorios, conocidos en la jerga como cocina de drogas, el problema debe ser, dijo, abordado con otra perspectiva. 
¿Desconoce el coronel Berni que para “industrializar” droga no se necesita el cultivo, cuyo producto puede importarse, sino de laboratorios de purificación (del producto de siembra de plantas que son materia prima) y de producción de drogas de síntesis? Las drogas de síntesis, por ejemplo, son un conjunto de sustancias psicoestimulantes, en su mayoría derivadas de anfetaminas. ¿No es una muestra de desidia intencional que el gobierno haya mantenido sin nombrar director por seis meses, después de la renuncia de Bielsa, al Sedronar, que precisamente controla el uso de los productos químicos, como ácido clorhídrico, ácido sulfúrico, éter, etc., indispensables para la “industrialización” del principio activo de la coca? 
Dicho sea de paso, mientras Sedronar se dedica a controlar industrias legales, laboratorios, farmacias, etc., el negocio de la efedrina prosperaba a la luz del sol, como supimos por el conocido crimen en el que parecen estar implicados personajes afines al kirchnerismo y aportantes a las campañas electorales oficialistas.
En esta confusión entre la siembra y cosecha de la planta y su posterior industrialización, con extracción de principios activos y síntesis de nuevas drogas por modificación química, insistió también, en su comunicación matinal del 21/02/2014, el jefe de Gabinete Capitanich. El paco es un subproducto secundario de la purificación de cocaína. Su difusión en los barrios ¿es producto de la “importación” o subproducto de la fabricación nacional?
 
¿País de creciente consumo, tránsito y producción?
Respecto a la industrialización de drogas y la producción de estupefacientes de síntesis, es bueno recordar que, en ocasión del desastre de Cromagnon, se supo que en ciertos boliches bailables se cortaba el agua corriente para que, ante la sed que provoca una droga de síntesis como el éxtasis, los concurrentes se vieran obligados a comprar agua a precios exorbitantes. Y que estos ingresos eran mucho más importantes que el que provenía del pago de entradas. Nunca se ahondó en este tema. Algunos comentan que todo sigue igual.
Como todos los miembros del Gobierno, el multifuncional secretario, coronel, médico y vocero mediático Berni es hábil en tirar la pelota afuera. Lo afirmado por el funcionario contrasta con informaciones que aseguran que la importación de precursores de la fabricación de drogas de síntesis, por parte de Argentina, ha aumentado de manera constante en los últimos años. Esto indica que la fabricación de drogas debiera haber aumentado. Distintas fuentes serias afirman que la acción policial sólo descubre el 10% de lo que se consume. La ONU sostiene que Argentina se convirtió en el tercer exportador de droga hacia Europa desde América Latina. Y hay importantes indicios de la participación de organismos de seguridad y estamentos políticos y judiciales en el crecimiento de la droga en nuestro país. El mismo Berni reconoció que se descubre no menos de un personal a sus órdenes involucrado en casos de drogas, por semana. La lucha entre distintos grupos narcos es parte de las noticias periodísticas cotidianas. En Argentina se habla mucho del blanqueo de capitales. Pero se investiga poco sobre su origen. Fortunas que crecen como hongos de la noche a la mañana, el juego (¿origen de ganancias o blanqueo de capitales negros?), lujosos hoteles desocupados que figuran con lleno completo, trata de personas y la droga. Combinación explosiva.
Mientras tanto el coronel Berni minimiza el tema y propone la legalización de la producción y el consumo.
Raro, ¿no? 
 
¿Guerra entre narcos, contradicciones interimperialistas y nueva burguesía intermediaria?
La lucha entre grupos narcos no está separada de la lucha interimperialista por la disputa de un negocio fructífero. Se sabe que la DEA obtuvo la colaboración de grupos rivales a Pablo Escobar y su cartel de Medellín, como el Cartel de Cali. De hecho se sostiene que quien lo mató, en el famoso operativo conjunto, fue un miembro de los Pepes (Perseguidos Por Escobar) pertenecientes a los carteles rivales que habían pactado con la DEA. Hay en Youtube un documental de la DEA al respecto.
Desde hace años se ha hablado de la mafia rusa de la droga. Es obvio que los norteamericanos no miran pasivamente que a “su mercado” (uno de los mayores consumidores y que incluye a su juventud y sus soldados que son drogados para soportar las tropelías que deben realizar) lo controlen potencias rivales. Es para ellos un problema de seguridad nacional y control de mercado que lo hagan sus “amigos”, por eso un país de control “capilar” como Estados Unidos no elimina el narcotráfico. 
Mientras tanto, Argentina libera sus fronteras terrestres y marítimas, carece de control de aviones y radares y saca a Gendarmería y Prefectura de sus funciones y las usa para tareas de represión interna. Nada que envidiar a la Política de Seguridad Interior de Onganía y la Escuela de las Américas.
Al coronel Berni lo irritan los piquetes pero no lo irrita la producción de drogas. Tal vez se deba a que es un secretario de Seguridad Nac&Pop.
¿Seremos entonces una republiqueta sojera, megaminera, pesquera, petrolera y, ahora también, narco y de trata de personas?
Y un dato más, para aumentar el estupor ciudadano: el día 17 de enero de 2014, mediante un decreto que fue publicado en el Boletín Oficial, el Gobierno decidió que la Secretaría de Seguridad que encabeza Sergio Berni pase al frente de la lucha contra el narcotráfico, al transferirle funciones que pertenecían a la órbita de la Sedronar.
La presidente Cristina Kirchner firmó el decreto 48/2014, en el que detalla que transfiere las funciones relativas “a la lucha contra el narcotráfico a la órbita de la Secretaría de Seguridad”.
“Cosas vederes, Sancho, que non crederes”.