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04 de mayo de 2018

Pese al aumento de las tasas de interés

El desplome del peso

«Argentina vuelve a subir las tasas de interés a medida que se desploma el peso», fue el título central del diario inglés Financial Times sobre el cierre de la jornada del miércoles 3, donde además se destacaba que el Banco Central volvió a modificar la tasa de referencia «sólo seis días después del último aumento».

A su vez, el norteamericano Forbes se preguntaba ese día si no era hora de “salir de la Argentina”: «Argentina se veía bien para los lords de los bonos de los mercados emergentes y para los inversionistas de activos en dificultades a fines de 2017. Todos creían en el gobierno de Mauricio Macri. Él estaba haciendo lo correcto. Argentina iba a regresar, y de hecho ya estaba regresando, a los mercados de capital con abrazos de bienvenida. La recepción ahora se está enfriando«, decía la columna de opinión firmada por Kenneth Rapoza, quien afirma que «el carry trade mantuvo a la Argentina a flote».

Con esto se refiere a la “bicicleta financiera” con que el gobierno de Macri venía sosteniendo el endeudamiento en dólares a costos crecientes para el país, y que terminó haciendo crisis la semana pasada, por el retiro de los fondos externos aplicados a la misma. Ante eso, el Banco Central tuvo que salir a vender dólares para contener la suba de su precio en el mercado y tirar por la borda lo comprometido en diciembre de 2017, elevando las tasas de interés para detener la depreciación del peso, que es la contracara de la suba del dólar.

No obstante, el Banco Central tuvo que seguir vendiendo dólares, con que para el miércoles en dos meses llevaba acumuladas ventas por unos 7.700 millones de dólares, casi un tercio de las reservas netas (pues en las llamadas reservas brutas se computan los encajes en dólares de los bancos, créditos y pases como el swap chino que, en conjunto inflan las reservas reales en más de 30.000 millones). Así, el jueves el BCRA decidió, como medida extraordinaria, elevar otros 300 puntos básicos la tasa de referencia a 7 días, a 33,25%, en conjunto con la suba de la tasa entre bancos a 38,25%, para alinearla con la de las Lebac en el mercado secundario.

Esta corrida contra las Lebac se produce también frente a un stock de Letras emitidas por el Central que asciende a 1,3 billón de pesos, equivalentes hoy a más de 60.000 millones de dólares. Este monto supera holgadamente a las propias reservas internacionales y es mayor a toda la Base Monetaria (circulante, cheques cancelatorios en pesos y depósitos de bancos en cuenta corriente), de un billón de pesos.

Ante esto, este viernes a primera hora los ministros Nicolás Dujovne y Luis Caputo, tuvieron que salir a dar la cara anunciando mayores recortes en la inversión pública para un leve recorte de las metas de déficit fiscal, de 0,5% del PBI, atribuyendo la incertidumbre financiera al aumento de las tasas de interés en Estados Unidos y, aquí, al ruido político provocado “por la oposición irresponsable” a los aumentos de las tarifas, como si no fuera dicha medida lo que generó este clima. Haciendo caso omiso a la realidad inflacionaria que provoca la política del gobierno, Dujovne ratificó las metas de inflación establecidas el pasado 28 de diciembre, de un 15% para todo 2018, cuando el Gobierno modificó el plan que había establecido en 2016, con un objetivo inicial de 10 por ciento. Pero, por las dudas, antes de la apertura de los mercados, el Banco Central anunció la decisión de subir por tercera vez en ocho días la tasa de referencia, esta vez en 675 puntos a 40% anual. “Asimismo, se amplía el ancho del corredor de tasas. Las tasas a 7 días se ubicarán en 47% para el pase activo y 33% para el pase pasivo. Las tasas a un día se ubican en 57% para el pase activo y 28% para el pasivo».

Por lo visto el gobierno macrista sigue insistiendo en la misma receta monetaria para sostener el endeudamiento, que ha llevado al desplome del peso, con un creciente déficit financiero para el Tesoro, por los pagos de intereses que implica, y otro tanto para el Banco Central (que se lo llama cuasi-fiscal), con la consiguiente inflación y tasas de interés que ahogan el consumo y la inversión, el comercio y la producción nacionales. Para colmo, ahora se habla de que el gobierno se encamina a volver a endeudar al país con el Fondo Monetario Internacional (FMI). El precio de la movida será atarse más estrictamente a las recetas del fondo: congelamiento de jubilaciones, despido de empleados estatales y eliminación total de subsidios a las tarifas, entre otras.

 

Escribe Eugenio Gastiazoro