En estos tiempos, en el que el gobierno de Milei practica una política abiertamente entreguista de nuestros recursos y soberanía, arrastrándose ante las potencias imperialistas, particularmente Estados Unidos y Gran Bretaña, es imprescindible el rescate de estos hechos de nuestra historia nacional, como parte de la larga batalla por la liberación de nuestra patria y nuestro pueblo de las cadenas de la opresión imperialista y terrateniente.
La Vuelta de Obligado
Sobre la batalla de la Vuelta de Obligado escribió nuestro camarada Eugenio Gastiazoro, fallecido el 27 de noviembre de 2022, en el Tomo 2 de su Historia Argentina, (págs. 54/55): “La escuadra anglofrancesa intentaba obtener la libre navegación del río Paraná para poder comerciar tanto con Paraguay como con las provincias del litoral y auxiliar a Corrientes, provincia enfrentada al gobierno de Rosas. La defensa estuvo a cargo del general Lucio N. Mansilla, quien tendió de costa a costa barcos “acorderados” sujetos por cadenas. La escuadra invasora contaba con fuerzas muy superiores a las locales. A pesar de la heroica resistencia de las fuerzas argentinas, la flota extranjera rompió las cadenas colocadas de costa a costa y se adentró en el Río Paraná.
“La actitud del gobierno de Rosas de defensa de la soberanía nacional concitó el apoyo popular pues, como diría Mao Tsetung de una situación semejante en China para la misma época (la llamada Guerra del Opio, de 1848), en ese momento quedaron relegadas todas las demás contradicciones, “incluida la contradicción principal, entre el sistema feudal y las grandes masas populares” (Obras Escogidas de Mao Tsetung, tomo I, pág. 354).
“Ni el reino del terror impuesto por Rosas –cuando el puñal de la Mazorca asesinaba sin miramientos a todos sus enemigos políticos– ni su carácter de “Restaurador de las Leyes” (de las leyes feudales, habría que decir) justificaron el que la mayoría de los unitarios se hayan ubicado del lado del bando francés o anglofrancés, según el caso, contra nuestro país. Esto los divorciaría totalmente de las masas populares que, a pesar de estar divididas frente a la tiranía de Rosas y de su contradicción objetiva con ella, la apoyaron contra la agresión francesa y anglofrancesa. La posición de San Martín en esa oportunidad, enviándole el sable corvo a Rosas y ofreciendo sus servicios para la defensa de la patria fue una bofetada que aun hoy arde en las mejillas de nuestra oligarquía liberal.
“No hay dudas que la actitud de Rosas estuvo mediatizada por su condición de clase y su estrechez provinciana. Por ejemplo, por su defensa del cierre de los ríos y el puerto único, no podía lograr la adhesión de las provincias del litoral, lo que explica, no justifica, la intención de sus gobiernos de llegar a un acuerdo por separado con las potencias agresoras. Pues no es con la intervención extranjera, en cuyo repudio debieron coincidir todos, como se iba a avanzar en la ruptura del aislacionismo feudal y en la conformación de una nación autónoma.
“Rosas en su actitud de defensa de la soberanía nacional fue acompañado por todo el pueblo, aunque esa defensa no fuera ni fue consecuente. El, por ser un terrateniente feudal, se subordina a uno u otro sector de la gran potencia colonial de entonces, Inglaterra, aunque forcejea y opera sobre las contradicciones internas inglesas y entre Inglaterra y Francia. Por su condición de terrateniente feudal, la defensa de la soberanía nacional por Rosas, aparte de estar teñida por la defensa del exclusivismo bonaerense, tendría patas muy cortas pues no se conjugaba con una política de unidad nacional posible entonces solo a través del desarrollo del capitalismo, rompiendo las trabas del feudalismo que se oponían al desarrollo de una Argentina independiente política y económicamente, única base firme que hubiera podido permitir una defensa consecuente de la soberanía nacional”.
Sobre la misma cuestión, agrega el Programa del 13 Congreso del PCR: “La decisión de enfrentar a la flota extranjera constituía un legítimo acto de defensa nacional ante la agresión de las dos potencias principales del mundo de entonces. Tal decisión es meritoria porque se toma en momento donde la Argentina todavía estaba en lucha para constituirse como Nación independiente. Este hecho no se desmerece por el papel que a su vez tuvo Rosas en la consolidación del latifundio en la provincia de Buenos Aires con la primera ‘Campaña al Desierto’, invadiendo y usurpando grandes territorios de las naciones y pueblos originarios, restaurando las relaciones de dominación feudal sobre las masas campesinas y obturando el desarrollo del interior sobre la base de la imposición del puerto único y el control de los ríos y de la Aduana, en beneficio exclusivo de los terratenientes y comerciantes asentados en Buenos Aires”.
La batalla de Punta Quebracho
Extractado de Argentina sangra por las barrancas del río Paraná, de Luciano Orellano. Ver capítulo XV, “Las batallas de la Vuelta de Obligado y Punta Quebracho”, escrito por Erika Gnoatto (págs. 401 en adelante).
“En el mismo lugar donde San Martín en 1813 daba el bautismo de fuego a sus valientes Granaderos a Caballo se libraría lo que se conoce como el segundo Combate de San Lorenzo. En la zona del Campo de la Gloria las tropas al mando del Gral. Mansilla estaban decididas a hostigar palmo a palmo a lo largo de las costas a la flota invasora. El 16 de enero de 1846 en horas del mediodía «se eleva entonces la bandera argentina y los cañones criollos rompen fuego». El combate duró cuatro horas y el convoy de río sufrió graves daños y cincuenta bajas, que favorecidos por el viento logran escapar y continuar río arriba, Mansilla reagrupa sus hombres y los volverá a encontrar en Punta Quebracho donde se produce otro enfrentamiento.
“La flota siguió hasta alcanzar Asunción del Paraguay donde desembarcó sus mercancías y pasó el resto del verano. El viaje de regreso no fue un paseo y la benevolencia de la corriente a favor fue contrarrestada por un nuevo enfrentamiento el 4 de Junio de 1846 en Punta Quebracho, actual ciudad de Puerto General San Martín, Provincia de Santa Fe. Con 17 cañones dispuestos en las barrancas, 600 infantes y 150 carabineros, Mansilla dio la orden de fuego al grito de: ‘Viva la soberana independencia argentina’. Favorecidos por la altura de la barranca, las baterías resultaron inaccesibles para los buques invasores, dos se fueron a pique, otros debieron tirar su carga para aligerarse y en el caos de la huida algunas vararon; el combate duró dos intensas horas. Fue una auténtica derrota para los enemigos. Fue una auténtica victoria para nuestra Soberanía. Ingleses y franceses se convencieron que no podían navegar con impunidad nuestro ríos porque había patriotas decididos, a defenderlos. Anoticiado San Martín de la Batalla de Punta Quebracho le escribe a Tomás Guido: ‘…tentado estuve de mandarle a Rosas la espada que contribuyó a defender la independencia americana, por aquel acto de entereza en el cual, con cuatro cañones, hizo conocer a la escuadra anglo -francesa que, pocos o muchos, sin contar con elementos, los argentinos saben siempre defender su independencia’”.
Hoy, a 179 años de la Vuelta de Obligado, este 20 de noviembre saldremos a las calles en distintos lugares del país con marchas, actos, banderazos y caravanas para decirle al gobierno de Milei que ¡La patria no se vende, se defiende!
hoy N° 2035 13/11/2024