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12 de abril de 2011

Desatar las luchas ante las paritarias

El ejemplo de los petroleros de Santa Cruz

Hoy 1364 / La hora política

1. Y por casa, ¿cómo andamos?

Dicen en Santa Cruz que si se quiere conocer a los Kirchner, hay que verlos en su feudo.

Los docentes y los estatales están de paro, rechazan las propuestas del gobernador K, Peralta. Son propuestas muy por debajo de la inflación, que en las provincias sureñas es el doble que en el resto del país.

1. Y por casa, ¿cómo andamos?

Dicen en Santa Cruz que si se quiere conocer a los Kirchner, hay que verlos en su feudo.

Los docentes y los estatales están de paro, rechazan las propuestas del gobernador K, Peralta. Son propuestas muy por debajo de la inflación, que en las provincias sureñas es el doble que en el resto del país.

Esos paros se unen a la gran huelga de los petroleros, arrancada y sostenida desde las asambleas y cuerpos de delegados, y afirmada con piquetes de las rutas. El petróleo subió más o menos 40 dólares el barril, un 50%. La presidenta dijo que hay que moderar los salarios al aumento de “la productividad”. El jerarca sindical K, Segovia, firmó por un 25%. Las asambleas en las rutas rechazaron el aumento. El Ministerio de Trabajo K decretó la conciliación obligatoria. Y las asambleas la desconocieron.

¿Cómo se reparte el brutal aumento del petróleo? Hay 4 razones K para tratar de impedir el triunfo de los reclamos de los petroleros. 1) Una parte de ese aumento va a parar a “la caja K”, son impuestos que usan en su campaña electoral. 2) Los petroleros volverían a romper el “tope” salarial del 22 o 24% que pactaron Cristina K y Moyano (ya lo rompieron los portuarios, los aceiteros, los del Astillero Río Santiago y otros gremios). 3) El 15% de las acciones de Repsol-YPF es de la sociedad Kirchner-Eskenazi. Las compraron, en gran parte, con un crédito de Repsol, que devuelven a medida que cobran los dividendos por esas acciones. 4) Los K tienen inversiones petroleras a través de testaferros como Lázaro Báez.

En Santa Cruz se ve bien de qué lado del mostrador está el gobierno K, y su carácter de burguesía intermediaria del capital imperialista.

 

2. Las elecciones en Salta: Urtubey y los K

El triunfo del gobernador Urtubey, en Salta, volvió a poner de manifiesto la complejidad de la política nacional (ver pág.4).

Urtubey apoya al gobierno K y la reelección de la presidenta, con la que comparte la buena relación con las mineras, el banco Macro y otros monopolios. Se define peronista, no kirchnerista, y fue con la boleta del PJ, llevando como una de sus colectoras al Frente para la Victoria. Declaró ser “un gobernador y no un delegado del gobierno nacional”. Wayar, ex vicegobernador de Romero, fue apoyado por el ministro K, De Vido, y acompañado por un hombre de Moyano como vicegobernador. Fue superado por el poderoso terrateniente y empresario sojero Olmedo, que llevó la boleta del PRO de Macri. Romero fue vicepresidente del Senado, muchos años, impulsado por el kirchnerismo.

Néstor K colocó al PJ en el centro de su armado político después de la rebelión agraria, la ruptura con Cobos, y su derrota electoral en Buenos Aires. Desde que Cristina K tomó las riendas, se agudizaron las contradicciones con Scioli y un grupo de intendentes bonaerenses (ahora con la disputa por quién será el candidato a vicegobernador), con Moyano y su grupo en la CGT, y también, con otros gobernadores peronistas como Urtubey. Hasta ahora son contradicciones en las que forcejean sin romper, porque cada uno de ellos necesita de los otros.

 

3. Tableros cambiantes

Se ha vuelto a demostrar que las derechas opositoras, con los Olmedo, no pueden arrastrar en su apoyo el castigo al kirchnerismo.

La confluencia de fuerzas opositoras al kirchnerismo dentro del sistema, tuvo su punto de largada con la declaración de “defensa de las instituciones”, firmada por Macri, dirigentes del peronismo federal: Duhalde, De Narváez y Solá; Alfonsín y la dirección de la UCR, y Carrió y las cabezas de la Coalición Cívica, que luego rechazaron un pacto electoral con los demás firmantes.

No la firmaron Pino Solanas y las fuerzas de Proyecto Sur, tampoco el GEN y el Partido Socialista, ni el gobernador puntano Rodríguez Saá. Rápidamente, Cobos bajó su candidatura presidencial.

La proclamación, como candidato oficial de la UCR, de Ricardo Alfonsín, y sus declaraciones abriendo la política de alianzas de la UCR al peronismo federal con “límite en Macri”, removieron el tablero político dibujado por los firmantes de la declaración antes citada. Dentro del radicalismo, Cobos y Sanz reclamaron “la unidad con todos” (es decir, incluyendo a Macri). El triunfo de Aguad en Córdoba, aliado de Sanz, fortaleció su posición dentro del radicalismo.

Lo notable, es que todos giran alrededor de Macri (a favor o en contra), pese a que el jefe de gobierno porteño era antes y sigue siendo ahora, el candidato opositor preferido por la Casa Rosada: la embestida de Garré sacando a la Policía Federal de los hospitales y escuelas, lo puso a Macri en la primera plana de los diarios. Los frecuentes entreveros entre el gobierno nacional y el porteño, ¿serán solo por el afán de polarizar las elecciones, o también pesarán los negocios de “papá” Franco Macri con los chinos?

 

4. Otro tablero movido

Hay fuerzas que vienen trabajando para un acuerdo del centroizquierda con Ricardo Alfonsín, es decir, con la UCR, en la que, además de Ricardo Alfonsín, orgánicamente están Cobos, Saiz (cuyo candidato ganó la interna radical rionegrina) y otros gobernadores radicales, Sanz, Aguad, etc. Sería un acuerdo electoral, con un programa que tenga por eje emprolijar “las instituciones”. La “apertura” de Ricardo Alfonsín a acuerdos con el peronismo federal (“con límite en Macri), ha sacudido este tablero.

Otras fuerzas trabajan para un acuerdo del centroizquierda que podría disputar Córdoba, Santa Fe y la Capital Federal, y podría tener un buen desempeño electoral en Buenos Aires. Algunas, presionan para que Pino Solanas “baje” a la Capital Federal y Binner sea el candidato presidencial, lo que está condicionado, entre otras cosas, al resultado de la interna de la alianza socialista radical que gobierna Santa Fe. Otras fuerzas coinciden en Pino Solamas como candidato presidencial.

El PTP y el PCR trabajamos para un acuerdo programático en Proyecto Sur, que recoja y dé respuestas para resolver los grandes problemas: el hambre y la desocupación, la tierra urbana y rural, la recuperación de los recursos naturales y estratégicos, la deuda ilegítima y fraudulenta, etc. Acuerdo que se exprese en las elecciones y que vaya más allá de ellas, como centro coordinador que contribuya a la unidad combativa del pueblo.

Las fuerzas populares tenemos que sacar conclusiones de las elecciones de Salta. El PCR y el PTP trabajaron para un acuerdo de las fuerzas populares que reflejara en lo electoral lo que confluye en las luchas. El sectarismo de algunas fuerzas no lo hizo posible. En esa situación, el PCR y el PTP trabajaron para el voto en blanco, nulo y la abstención, que mantuvo un gran caudal. Otra parte pudo ser atraída por alguna de las variantes del sistema. Las fuerzas populares, divididas, no pudieron ser opción.

 

5. La personería del PTP y la unidad popular

En la situación política actual, hay quienes solo ven la ofensiva política del gobierno. Hay quienes sólo ven a esa oposición reaccionaria que, cada vez que alguna de sus figuras abre la boca le suma votos a Cristina K. No hay que subestimar a los K ni a sus rivales.

Pero hay otra Argentina. La que hoy tiene su mejor expresión en la lucha heroica de los petroleros de Santa Cruz, y los docentes y estatales de esa provincia. Es esta Argentina, con sus urgencias y sus necesidades, y con su voluntad combativa, la que nos exige, a las fuerzas populares, ser capaces de unirnos en torno a un programa por esas urgencias y necesidades, y parir un frente capaz de salir al debate en las masas, ir al encuentro de los que no se resignan al mal menor.

Coincidimos con Pino Solanas cuando afirma: “Trabajo para un proyecto nacional”. Y que hay “un debate abierto sobre cómo se construye una alternativa no solo progresista sino de carácter emancipador”, frente al cual “no hay que ser electoralero barato y de corto alcance”.

En esa dirección trabajamos la campaña del PTP y el PCR que, con un gran esfuerzo, ha sumado 25.000 adhesiones y cerca de 4.000 afiliaciones. Los tiempos se acortan, mediados de mayo es la fecha tope para presentar la personería nacional. Hay condiciones para lograrla desplegando las fuerzas y abriéndolas para que se sumen y participen de esa tarea muchos nuevos afiliados que quieren hacerlo.

Al mismo tiempo, los acuerdos con Proyecto Sur crean condiciones para avanzar con iniciativas de agitación, propaganda y movilización, que lleven a las masas que estamos trabajando para parir algo nuevo, popular, patriótico, democrático y antiimperialista, que tiene que encarnar en esas masas para hacerse fuerte y avanzar en el camino liberador.