El Encuentro Nacional de Mujeres realizado recientemente en la ciudad de La Plata, tuvo y tendrá un impacto que aún no terminamos de dimensionar. Porque su masividad, su amplitud y su profunda democracia, conmovieron las fibras sociales y políticas, no sólo de nuestra ciudad sino de todo el país y, por qué no, de otros países hermanos y el mundo.
El 12, 13 y 14 de octubre, más de 200.000 participantes hicieron suyas las diversas actividades del Encuentro garantizadas desde la Comisión Organizadora que, tras el arduo trabajo de casi un año, estuvo en cada detalle para concretar y defender este evento que es único en el mundo.
Así, el 34° Encuentro Nacional de Mujeres nos abrazó a todas: estudiantes, trabajadoras, originarias, campesinas, desocupadas, obreras, trabajadoras rurales, amas de casa, jubiladas, profesionales, migrantes, cooperativistas.
Los talleres: el corazón de los encuentros
Fueron tres días a puro intercambio, debates, celebración y alegría. Una vez más nos encontramos, y sin duda fue una fiesta. Pese a la lluvia que impidió realizar el acto de apertura, la Comisión Organizadora junto a las encuentreras, hicieron posible el funcionamiento de alrededor de 400 talleres con miles de participantes, que coparon aulas, patios, pasillos, escaleras, terrazas y hasta la Terminal de micros, sin que la lluvia del día sábado pudiera detenerlas. Muchas incluso, a pesar de encontrarse con sus casas inundadas por la dura tormenta, estuvieron presentes porque éste es nuestro lugar, el lugar donde cambian las cosas y cambiamos las que participamos. Se expresó la dura situación de hambre que atravesamos, de precarización laboral, de violencia y maltrato. La brutal discriminación y violencia contra las travestis, el respeto por el derecho sobre nuestros cuerpos y nuestra sexualidad, las necesidades de las más jóvenes, la importancia de la Educación Sexual Integral en las escuelas y muchísimos otros temas. La pelea por educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir, que se manifestó con un enorme pañuelazo por el aborto legal.
Se demostró una vez más que los talleres son el corazón de los encuentros, porque ahí podemos hablar sin tapujos ni condicionamientos, sobre nuestros deseos, padecimientos y experiencias de luchas, y entre todas nos contenemos, fortalecemos y construimos caminos para avanzar.
Todos estos reclamos se vieron plasmados con una fuerza arrolladora en la gigantesca marcha que ocupó más de 35 cuadras, recorriendo ocho kilómetros que llenaron de canciones, alegría y fuerza la ciudad. Que nos oigan. Que escuchen. Que basta de doble opresión, de hambre, de femicidios e injusticias. Que el gobierno se haga cargo.
”A pesar de todo les hicimos el Encuentro” fue un grito de miles, y no hay vuelta atrás. Fue un Encuentro que dio expresión mayoritaria de descontento y oposición a las políticas del gobierno de Mauricio Macri.
El debate sobre el nombre del Encuentro
Todo el año y en el propio encuentro, sectores minoritarios que le hicieron en los hechos el juego al gobierno y a las clases dominantes, intentaron romper o paralelear a la Comisión Organizadora y así cambiar el carácter del Encuentro y transformarlo en un Encuentro de organizaciones. Usaron para esto debates supuestamente democráticos e inclusivos, como la “incorporación” de Plurinacional o identidades sexo-genéricas en el nombre del Encuentro, con argumentos que nos dividen entre mujeres originarias y “wincas”, blancas y negras, cis o no cis, lesbianas o hétero, etc. Basándose en reclamos que son justos, pero no hacia el movimiento de mujeres sino hacia el Estado y los gobiernos.
La verdad es que los Encuentros incluyen a todas las mujeres sin distinción de religión, ideología u orientación sexual. El encuentro es de las originarias desde sus inicios, de las amas de casa, las campesinas, las obreras, las estudiantes. ¡Es de todas! Y hace ya muchos años abraza también a distintas identidades sexo genéricas.
Las mujeres, que somos la mitad de la humanidad, doblemente oprimidas e ignoradas o silenciadas durante siglos, en nuestro país hicimos de los Encuentros, por 34 años, una herramienta para transformar la realidad, visibilizarnos, unirnos y avanzar. Junto a las diversas identidades de género o sexuales nos encontramos para compartir nuestras experiencias de lucha y nuestros deseos que no son individuales. Crecimos y avanzamos.
San Luis 2020: ¡el 35º ENM nos espera!
La historia sigue. Los Encuentros siguen: en el acto de cierre fue elegida por primera vez como próxima sede, para el 2020, la provincia de San Luis. En palabras de las futuras organizadoras “en San Luis también se sufre la violencia de género, el hambre de los hijos, pero también luchamos y tenemos como guías faros violetas”.
El Encuentro sigue siendo autónomo, democrático, autoconvocado, horizontal, federal, plurinacional, plural, autofinanciado y diverso.
¡El Encuentro somos todas!
¡Sigamos haciendo historia, el 35º ENM nos espera!
Corresponsal
Hoy N° 1789 30/10/2019
